Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Y una noche, Sepo Ginóbili volvió a dormir profundo

Cuatro partidos consecutivos y cuatro derrotas. ¿Cómo hace el DT de Bahía Basket para descansar? Él mismo contó de qué manera reaccionó día a día.

Foto: Sebastián Cortés-La Nueva.

Por Fernando Rodríguez / ferodriguez@lanueva.com

(Nota publicada en la edición impresa)

Sepo confesó que se acostó, aunque le costó conciliar el sueño. Tenía motivos. Bahía Basket había perdido el primer partido de la gira de cuatro. Y ante Comunicaciones (Mercedes), el rival -a priori- más accesible.
   “No estuvimos a la altura y eso me pone mal”, argumentó.
   Durante la permanencia en la capital correntina, el ánimo fue más lineal.
   “Con Regatas jugamos bien por momentos y con San Martín lo intentamos”, justificó.
   En tierra formoseña, tras el paso por la desconocida Laguna Blanca, el DT cambió su estado de ánimo, más allá de haber sufrido la cuarta caída en fila.
   “A pesar de no poder tirar la última pelota, me fui a dormir más tranquilo y me levanté mejor, con otro ánimo por saber que podemos. Porque, a veces, cuando sufrís una seguidilla de derrotas empezás a dudar de lo que hacés y del equipo.  Ahora estoy esperando la revancha en casa”, explicó.

   Sebastián Ginóbili, en este subibaja anímico que le genera su equipo,  modo de balance ayer fue contundente.

   “No me gustó la forma que jugamos, sacando el último partido; no estuvimos a la altura de la competencia; no jugamos duro”, aseguró.
   “Me parece -agregó- que tendríamos que haber enfrentado una gira como esta de otra manera”.
   —¿Es algo repetitivo?
   —Muy repetitivo. Hay que tener paciencia. Estamos sobre el final de la competencia. La irregularidad es con la que convivimos y debemos asumirlo. Tenemos que preparar el equipo para lo que viene.
   —Esta irregularidad, de mantenerse, los llevaría a entrar rápidamente de vacaciones. ¿Dónde se pone el foco del trabajo a esta altura?
   —En el hoy. La idea es seguir mejorando, reforzando la idea y competir en cada partido. Vamos a seguir insistiendo. A veces las cosas salen como uno quiere, algo que sucedió hace poco, y otras no. Hay un montón de atenuantes que prefiero no mencionar, porque sería conformarse con las excusas que pueden encontrarse. Quiero ser más duro, competir y darle otra cara al equipo.
   —Me imagino que sintieron la baja de Jorge Díaz, más allá de la lesión de Pancho Jasen y la indisposición de Juan Pablo Vaulet. ¿La idea es reemplazarlo a la brevedad?
   —Sí. Estamos buscando. La idea es tener un jugador cerca del tablero, porque si bien Francisco (Filippa) hizo un gran trabajo y Rodrigo (Gerhardt) rindió bien, necesitamos un jugador con más peso, para potenciar las posibilidades del equipo.
   —¿Los condicionó mucho el equipo corto que les quedó en esta gira?
   —Quedó corto por la ausencia de Jorge y por las lesiones. Además, tuvimos dos días consecutivos de juego y había que regular los minutos. Quedamos cortos en la posición de cinco, lo cual nos obliga a buscar opciones y encontrar mayor dinámica. Antes, Jorge nos frenaba un poco la velocidad, ahora tendríamos que acelerar más y tomar mayor cantidad de posesiones. El equipo está preparado para eso, aunque no lo logramos en esta gira.
   —Si bien la decisión de jugar días consecutivos fue de ustedes, ¿lo seguirán eligiendo?
   —Ya lo hemos hablado. El equipo rinde bien después de un día para otro. Hemos ganado y perdido. Tuvimos una gira muy exigente y el mejor fue ayer (por el viernes), el cuarto y con gran despliegue de energía.
   —¿En los terceros partidos, de cuatro en fila, es cuando menos rinden?
   —Nunca lo evalué, pero me parece que es una cuestión de preparación. Son jugadores jóvenes y pueden mantener la intensidad alta.
Bueno y malo a la vez
   —¿Qué lectura hacés de que, a partir del rendimiento de Pancho, el equipo logre un equilibrio?
   —Es un problema. El equipo está preparado para que Jamaal (Levy) y Pancho ayuden, no que sean los líderes. Pueden serlo en el vestuario o fuera de la cancha, pero adentro tienen que ser los chicos. Y, casualmente, en esta gira no lo hicieron bien ni Luciano (Parodi) ni Maxi (Fjellerup). Si ellos no toman protagonismo, el equipo pierde muchas posibilidades. Por ahí, pesa este tema y no están acostumbrados a hacerlo.
   —¿Pasa por una cuestión de juego o personalidad?
   —Personalidad. Me parece que todavía son jóvenes, no están acostumbrados a cumplir ese rol. Hay días que no están con todas las luces y esa función les pesa. Son pensamientos personales, no quiere decir que sea la realidad. Cuando le das el liderazgo a jugadores jóvenes pueden pasar cosas buenas y, también, no tanto.
   —¿Cómo se reconstruye el equipo después de cuatro derrotas en fila?
   —Este es un equipo especial. Ya hemos pasado por momentos similares, con rachas muy malas afuera y llegar sin saber cómo iba a reaccionar el equipo y, por ahí, sacamos unos de los mejores partidos. Hay que ver cómo nos levantamos ese día, qué tan listos nos encuentra para competir y desplegar la energía. Pero hoy ya estoy pensando en el partido del martes (ante Obras), sin mirar tanto la tabla o lo que viene.