Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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¿Un plan a la medida de La Cámpora?

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en la Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   Tarde pero seguro. El plan que lanzó el gobierno para ofrecer un programa de retiros voluntarios a unos 80 mil empleados de la Administración Pública Nacional persigue algo más que la reducción de la planta permanente de agentes estatales o de la que desde años se rige mediante la firma de contratos anuales. Es, desde el costado eminentemente político, una estrategia subterránea que apunta a sacarse de encima a los miles de militantes de la agrupación ultrakirchnerista juvenil La Cámpora, que se quedaron en el Estado después de la partida de su jefa y mentora el 10 de diciembre de 2015.

   Nadie en el gobierno lo va a reconocer públicamente, pero a puertas cerradas se obtienen alguno detalles de parte de quienes trabajaron desde hace casi un año en el decreto que firmó el presidente Mauricio Macri que se publicó en el Boletín Oficial. Son los confidentes funcionarios del segundo nivel de gestión que trabajan en el ministerio de Modernización, a cargo de Andrés Ibarra, uno de los amigos que el primer mandatario trajo a la función pública desde la actividad privada, y cerebro especial de esta decisión destinada a achicar el año que viene en alrededor de un diez/quince por ciento la planta de agentes estatales.

   En líneas generales, más allá de la letra de la norma legal publicada hoy, en el ministerio de Ibarra creen que unos 3000 empleados que trabajan en Presidencia, ministerios, secretarías y organismos descentralizados dependientes del Poder Ejecutivo (PAMI, ANSES, AFIP, INTA, INTI, SENASA, etc.) podrían acogerse al plan de retiros voluntarios que prevé el pago hasta en 24 o 36 cuotas del haber que perciben actualmente a quienes tengan más de diez años de antiguedad.

   Casualidad o no, en el gobierno creen y no desde ahora que cuando Cristina Fernández se fue de la Casa Rosada, le dejó a Mauricio Macri una de sus pesadas herencias: unos tres mil "pibes para la liberación" que en los últimos meses de la "década ganada", pero en general en los días previos al cambio de mando, fueron nombrados en planta permanente dentro de distintas estructuras del Estado. Aunque la mayoría de ellos quedó allí donde ya se desempeñaban durante la gestión de la doctora, es decir en ministerios y secretarías de Estado, aunque hubo casos emblemáticos como la Dirección de Fabricaciones Militares, literalmente "copada" por la agrupación hoy caída en desgracia que condujo Máximo Kirchner. O la agencia oficial de noticias Télam, que de la mano de Hernán Lombardi encara actualmente un proceso de franca reorganización y achique de personal improductivo.

   Peor todavía, en el macrismo no faltaron desde aquel arranque voces críticas de la gestión de cientos de esos empleados heredados, que se convirtieron en verdaderos "topos" dentro de la administración que en apariencia reportaban a sus jefes naturales pero por la espalda pasaban información y otros datos que pudieran ser utilizados en la propaganda antimacrista a sus jefes de La Cámpora.

   Aunque con las reservas del caso, los confidentes del ministerio de Modernización dicen que "la pista" para descubrir el plan destinado a sacarse de encima a los heredados de la agrupación kirchnerista está en el inciso C del decreto de Macri. Allí se encuadra en la posibilidad del retiro voluntario a los agentes que tengan "hasta sesenta años" de edad y más de dos años de antiguedad en el cargo que ocupan actualmente en entidades y jurisdicciones comprendidas en el artículo 8 de la ley 24.256, que es la que regula el empleo público. Los registros oficiales sostienen que los nombramientos de apuro realizados en diciembre de 2015 son en su inmensa mayoría de jóvenes de entre 30 y 40 años.

   Nadie en el gobierno sostiene seriamente que de los tres mil empleados que podrían dejar la administración sean "todos de La Cámpora" . Pero que hay unos cuantos cientos de ellos, no quedan dudas.

   Otro cantar, a menos que la jefa mande una improbable "retirada", es que el plan funcione y los pibes acepten dejar escritorios informativamente sensibles sólo a cambio de una buena indemnización en el bolsillo.