Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Midget: “Uno es como es, no voy a cambiar por algo en especial”, dijo Cristian Nápoli

Sin guardarse nada, el ex piloto de motocross habló sobre su regreso al Midget y cómo ve a la categoría.

Fotos: Rocío Zabalza y Archivo- La Nueva.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
Nota publicada en la edición impresa de hoy   

   Sin el malo de la película, la película no se puede hacer. El rol protagónico de los llamados “villanos” ha sido indispensable en la historia del midget bahiense.

   Por carácter, personalidad y estilo, aquellos pilotos reprobados por una fracción popular, dejaron una marca inolvidable en diferentes etapas de la categoría.

   "En los últimos años fui discriminado por correr de manera riesgosa; hasta me echaron por hacer maniobras que, en otros tiempos, eran comunes y legales".

   Los dichos le corresponden a "un tal" Cristian Nápoli. Sí, aquel temperamental, vehemente y veloz piloto que, en su buena época, dividió las tribunas en aplausos y repudios.

   El hijo del recordado Vicente "Cacho" Nápoli, múltiple campeón de la actividad en las primeras décadas de actividad, planea su regreso luego de una temporada sabática, guiado por el motor que lo caracteriza...

   "Uno es como es, no voy a cambiar por algo en especial", aclaró el Negro.

   "Me gustaría correr de la misma forma que lo hice siempre. Trataré -avisó- de ir para adelante, seguir aprendiendo y ser protagonista".

—¿Por qué el alejamiento, y por qué el regreso?

   —Dejé porque enfermó papá, el alma mater del equipo, por lo que estuve muchos meses con él. Y, también, por algunas diferencias con el Club Midgistas del Sur. Pero la verdad es que siempre fui super competitivo y amante de cualquier tipo de carreras. Amo correr y armar mis vehículos. Por eso vuelvo, porque uno lleva esto en la sangre y no lo puede dejar para toda la vida. Además, tengo muchos amigos que me incentivaron a regresar.

   —¿Creés que al Midget le hace falta un Cristian Nápoli?

   —A la categoría le harían falta pilotos como Diego Andrade, Martín y Fernando Saldamando, Fernando Bonacci, Raúl Pochón y algún otro más de los que competíamos hace un par de años. En nuestra época, las carreras eran distintas y mucho más emotivas. No sé si porque éramos distintos, o por los códigos que manejábamos en pista. Por ejemplo, con Diego fuimos muy amigos y adentro de la pista nos matábamos. Eso a la gente le encantaba, además de todo el juego mediático que se generaba y que, a nosotros, tanto nos divertía. Ahora, esas cosas no pasan.

   —¿No te parece que el último campeonato tuvo más emoción que anteriores?

   —Para mí, los últimos tres o cuatro torneos fueron muy aburridos. Eso de largar y que se forme una fila india me parece lo peor o, al menos, a mi no me gusta. Cuando yo iba de chico veía otra cosa. También entiendo que la pista debe hacerse de una determinada manera, para soportar la exigencia. El midget se está volviendo de esa forma, no podés ni tocarte, porque sos echado. De todos modos, en el último certamen hubo más piso que antes. Ojalá se pueda seguir en esta línea, para que haya más espectáculo. 

   —¿Eso tuvo que ver con la pérdida de protagonismo en tus últimas participaciones?

   —El auto siempre tuvo lo mejor, pero en las últimas temporadas, por un motivo u otro, no pudimos estar entre los diez. Yo le echo la culpa a algo extra, porque conductivamente considero que sigo siendo el mismo y hasta con más experiencia. Igual, no todo pasa por un buen auto y un buen equipo. Los resultados también pasan por una cuestión anímica, y por ahí mi ánimo no era el ideal. Es como todo, un día te levantás bien y se te dan las cosas. De lo contrario, salen mal. Muchas veces fui a correr de mala gana, por estar mal con el Club u otras razones.

   —En cuánto a resultados, no imagino un Nápoli pretendiendo únicamente divertirse...

   —Está claro que uno corre para ganar. Lo ideal sería clasificar al playoff y estar entre los diez. Yo me divierto cuando manejo, pero más cuando voy al límite y, de esa forma, puedo conseguir buenos resultados. Acelerar a fondo, pelear con cualquiera, tapado de tierra y manejando, por momentos, con una mano; eso quiero.

   "Mi cara no condice lo que soy cuando me pongo el casco. En mi vida, el automovilismo es como sentarme a comer todos los días; algo esencial", cerró Nápoli.
Preferencias al margen, algo puede afirmarse: en función del espectáculo, pilotos como Cristian Nápoli, ¡siempre son bienvenidos...!

“Me parece bien que exista una alternativa”

   Otro de los temas abordados por el ex campeón de motocross, quien no se guardó nada ante la requisitoria de La Nueva., fue el presente dirigencial que atraviesa el Club Midgistas del Sur, que tanta opinión popular despertó el pasado verano.
Si bien se calmaron las aguas, tras los episodios ocurridos durante el último playoff, todavía se habla del tema...

   "A mí me parece bueno que haya otra gente que quiera presidir. Cuando uno lleva mucho tiempo al mando de algo, como en todos los casos, inconscientemente, se termina aburguesando, deja de hacer cosas, o cree que es algo que ya es suyo. Sea Bonacci, Saldamando, Altamirano, Pochón o cualquiera que quiera seguir adelante con el club, será bienvenido; me parece bueno que haya un cambio. En definitiva, tanto el club como nosotros, los pilotos, lo merecemos. Después se verá si funciona o no, pero el cambio es necesario", opinó.

   "Sería bueno que asuma un ex piloto, porque sabe lo que sufrimos, lo que nos pasa y el enorme sacrificio que tenemos que hacer para poder correr. Guiarse por un parecer, o de la forma que le parezca, no está bueno. Si no se prueba vamos a seguir así. ¿Por qué no imaginar a una mujer como Marisa Plano (NdR: hija de Héctor Plano) en el cargo? Sería una revolución absoluta", cerró. 

Mecánica renovada

   "Vuelvo con auto nuevo y motores de José Castellano. El chasis lo hice yo, con ayuda de los chicos, acá en el taller. Es copia del anterior al que actualmente usa Luciano Benedetti, que era un poco más bajito. Luis Jorge me da una mano muy grande con los amortiguadores. Teníamos todo listo para el Invernal pasado", detalló.

   "No creo que Gustavo Benedetti (NdR: su primer preparador) pueda atender mi auto, ya que está abocado de lleno al de su hijo. Me va a costar encontrar alguien que se asemeje a él. De todas maneras, seguro me haga algunos trabajitos puntuales cuando lo necesite", reconoció.

   "Las cuatro carreras del invierno las afrontaremos así como estamos, pero para el arranque del Estival voy a armarme de un buen grupo de gente, para estar bien equipado y en condiciones de pelear", sostuvo.

   "El midget es único, tiene cosas que no podés comprar con dinero. Extraño comer asados con los chicos y trabajar hasta tarde en el taller. No me gustaría pagar para que el auto lo atiendan en otro lado y que yo el viernes solo vaya a subirme", confesó.

Historial del Negro

   El debut de Cristian Nápoli en midget se produjo en el campeonato estival 2001-02, a bordo de un chasis construido por Jorge Zennaro. Al término de dicho ciclo pintó el 76°. Luego bajó al 41°, al 24°, al 11°, al 8° y al 5°. Su mejor numeración fue el 3°, luego del certamen 2010-11.

   En tanto, el bautismo triunfal del Negro se produjo el 25 de noviembre de 2005, en la tercera fecha del estival 2005/06. En total, el ex motociclista venció en 8 oportunidades. La última, el 17 de febrero de 2012, en la decimocuarta fecha del estival 2011/12.