Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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A este Olimpo le falta un poco de todo, pero de lo que más carece es de pasión

El 1-1 frente a Temperley lo dejó al borde del abismo. Si se decreta el descenso, hay que revisar el pasado antes de responsabilizar a los que están hoy penando junto a este equipo.

Fotos: Sebastián Cortés-La Nueva.

Por Sergio Daniel Peyssé / speyssé@lanueva.com

   El hincha de Olimpo ya había perdido la confianza y el sentido de representatividad con este equipo. Sostenía su poca ilusión con la esperanza de saber que los milagros de vez en cuando se hacen realidad. Pero esa pequeña dosis de optimismo se terminó de esfumar en el partido contra Temperley, donde el aurinegro mostró un aturdimiento y una flacidez mental que lo acarreó un poco más hacia el abismo.

   Para decirlo más directamente: el hincha se convenció de que el descenso es “cosa” juzgada. Hace varias fechas que el equipo viene penando con resultados negativos y goles que no se convierten, pero el que ama estos colores y el que quiere seguir viendo fútbol de Primera, igual pispeaba los resultados de los demás y se interesaba por las cuentas que se tenían que dar para que el elenco olimpiense mantenga viva la ilusión por la permanencia.

   Además de variantes, de jerarquía y de jugadores “distintos”, hace algunos encuentros que veo que a este Olimpo le falta pasión. La actitud está, la valentía también, pero no percibo un conjunto de hombres que le duela en el alma irse a la B Nacional.

   Dicen que un equipo se hace a semejanza de su entrenador, pero los hinchas que insultaron y silbaron a Christian Bassedas se equivocan. Este técnico, barato o caro, capaz o incapaz, maduro o inmaduro, hace lo que puede. No pudo, y quedó demostrado, levantarle el ánimo a un plantel que está en la lona desde diciembre del año pasado, cuando fue actor secundario en la vida de un club que gastaba sus energías con prendas y castigos entre una Comisión Directiva que se iba y otra que entraba.

   No se potenció la plantilla, los refuerzos que se trajeron sólo reemplazaron a los que se marcharon y las lesiones fueron una maldición de nunca acabar. Tal vez esa sea la única culpa con la que puede cargar esta CD.

   Pero no seamos ingenuos. Este plantel se armó con la dirigencia anterior y con la anuencia del técnico Mario Sciacqua, quien después de haberse salvado a fines de junio con un equipo que él mismo fortaleció, perdió prestigio con la formación de un grupo de profesionales que nunca estuvo al nivel ni a la altura de la Superliga.

   Y rebobinemos: en el torneo de Transición 2016, Olimpo salió último con 13 unidades, y ya quedó sin efecto la campaña de 50 puntos conseguida en la temporada 2013-2014, la que lo mantenía con vida.

   Se tocó fondo, en varios aspectos. Económicamente, y por lo que heredaron, la actual CD está atada de pies y manos, por lo que le será complejo, si es que desciende, armar un equipo competitivo para poner en marcha el operativo retorno a la A en un año, tal como se hizo en otras oportunidades.

   Los pibes son el futuro del club, pero los pibes solos no pueden jugar. A veces pienso demasiado, a veces me voy por las ramas, a veces soy muy pesimista. Si hay descenso, que sirva para reestructurar y volver, porque coincido con lo que alguna vez expresó un ex dirigente: “vegetar en la B te hace desaparecer del mapa, y si te endeudás, es seguro que te vayas al Federal”. Sería tristísimo...