Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Historias sin vuelta: la desaparición de una estatua del parque de Mayo

La estatua, pocos meses antes de su desaparición.

Mario Minervino / mariominervino@lanueva.com

A principios de 2004, un vecino se acercó a la municipalidad con una particular inquietud: denunciar que desde hacía días faltaba en el parque de Mayo una de sus más atractivas esculturas, de la cual sólo había quedado el podio sobre el cual descansaba.

La observación era acertada. Efectivamente, sin tener una fecha exacta del hecho, alguien se había llevado la pesada escultura de mármol de Carrara que desde los 80 estaba a pocos metros de la pista de atletismo del paseo.

Se trataba de una doncella y un pavo, y era parte de los bienes donados a fines de los 50 por la familia del abogado Miguel López Francés.

La obra se ubicó en principio en el acceso al parque, por avenida Urquiza, hasta que un busto del caudillo entrerriano la reemplazo y motivó su mudanza.

La estatua tenía grabado el nombre de Pulchritudo (pulcritud) y hay quienes sugieren que su autora podía haber sido la escultura tucumana Lola Mora.

Pese a la inmediata intervención de la justicia y ciertos rumores sobre que la obra podía estar en algún local del barrio porteño de San Telmo, nunca más se supo de su existencia.