Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Problemas en la visión: aprovechar la época de clases

Muchas veces los padres creen que sus hijos tienen problemas de aprendizaje, y quizás sea otra la explicación.

  Durante los primeros 10 o 12 años de vida, el 80% de todo lo que aprende un niño suele ingresar por los ojos. 

   La visión es el sentido que permite acumular conocimiento más fácilmente sumado a que, por lo general, todos los contenidos educativos están diseñados a partir de esta premisa. Por esa razón muchas veces se cree que un niño posee problemas de aprendizaje, cuando en realidad el motivo puede radicar en algún problema en su visión.

   Desde hace ya varios años se acostumbra la realización de un test de aptitud visual a los niños que ingresan al colegio primario. 

   Entre los trastornos de la visión que se pueden descubrir ya a esa edad se encuentran los errores de refracción como la miopía (mala visión de lejos), hipermetropía o astigmatismo (diferentes tipos de dificultad para enfocar correctamente, ya sea de lejos o cerca), además otros trastornos como ambliopía (cuando un ojo es débil o tiene menor fuerza visual; también conocido como “ojo perezoso”), estrabismo (desviación de un ojo) y otros menos frecuentes como los problemas derivados de la diabetes, glaucoma e incluso cáncer.

   En los últimos años, cada vez es más frecuente que en los colegios se exija dicho certificado antes del inicio de las clases. 

   Pero en el caso de que esto no ocurra, es importante que los padres estén atentos a una serie de signos que pueden alertar sobre la presencia de algún problema en la visión de sus hijos; que a partir del comienzo de clases se manifiestan con mayor facilidad:

   * Que parpadee o se frote los ojos excesivamente. 

   * Que se incline hacia delante al fijar la vista.

   * Que entrecierre los ojos para mirar o enfocar. * Dolores de cabeza, mareos y náuseas frecuentes.  

   * Que al leer se acerque demasiado al texto· 

   * Enrojecimiento de los ojos luego de fijar la vista * Que desvíe alguno de los ojos. 

   * Pérdida de la atención, incapacidad de aprendizaje y de focalizarse en las tareas.

   * Falta de confianza al subir o bajar por una escalera. 

   * Que realice movimientos raros de los ojos (cruzarlos o entrecerrarlos). 

   “Es importante que los padres estén atentos a los signos que nos pueden alertar sobre la presencia de algún problema en la visión (que suelen identificarse más fácilmente cuando los niños comienzan las clases) para acudir a realizar un examen ocular, corroborar la existencia de algún trastorno y comenzar así con su tratamiento cuanto antes”, aseguró el doctor Ramiro Diez Olea, médico oftalmólogo, especialista en Salud Visual Infantil del Instituto de Ojos Dr. Hugo Daniel Nano. 

   “Esto aumenta las probabilidades de recuperación y permite a sus hijos desarrollar mejor los procesos de aprendizaje”, agregó. 

   Trastornos de la visión en la etapa universitaria, tal como refirió Diez Olea, debe tenerse en cuenta que “entre los 18 y los 23 años aproximadamente existe un período en el que todavía puede aparecer algún grado de miopía que no se haya manifestado en edades más tempranas. La aparición de dificultad para ver correctamente de lejos, el cansancio visual, las cefaleas luego de fijar la vista o los ojos irritados al fin del día laboral o de estudio, pueden ser indicios de la aparición de esta miopía”. 

   Es importante que los jóvenes adultos de esta edad estén atentos a las mencionadas señales para tomar medidas preventivas o correctivas a tiempo y así evitar un deterioro precoz de la visión. 
“Suele ser una etapa en la cual se evade el control oftalmológico anual recomendado, por tener los mencionados una mayor independencia de sus padres (que acostumbran estar más al pendiente de estas cuestiones) y por la normal sobrecarga de actividades que se manifiesta en este período de la vida”, agregó el especialista. 

   Existen además otros dos trastornos a los que los jóvenes están expuestos especialmente a partir de este período de sus vidas, que también pueden favorecer el desarrollo de problemas visuales. Uno es el llamado Síndrome del Edificio Enfermo: ambientes laborales o universitarios modernos, sin ventilación natural y partículas invisibles que despiden impresoras y monitores.