Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

"Bahía Blanca" se convierte en película con Guillermo Pfening

Se hizo conocido a partir de Nacido y criado (2006), de Pablo Trapero. Se queda hasta el viernes filmando Bahía Blanca, dirigida por el bahiense Rodrigo Caprotti.

Fotos: Sebastián Cortés-La Nueva.

Franco Pignol / fpignol@lanueva.com

   Está cómodo en la ciudad. Dice que están recibiendo buena respuesta de la gente. Casi una contradicción con lo que plantea Martín Kohan, el autor del libro que le da nombre a la película: Bahía Blanca (dirigida por el bahiense Rodrigo Caprotti).

   Guillermo Pfening estaba todo emponchado, con buzo, bufanda y gorro de invierno, preparado para filmar una de las escenas de la película en la garita de taxis que está afuera del Comedor Universitario, sobre la vereda de la Avenida Alem, casi San Juan. Eran las dos de la tarde. Hacían más de 26 grados.

   "Necesitamos que haga frío y viento. Me estoy muriendo de calor", confia Pfening.

   En un alto del rodaje nos apoyamos en la reja roja de la vereda del comedor y charlamos un poco de todo.

   —¿Cambió tu manera de encarar los proyectos actorales teniendo en cuenta que ahora son más rentables los formatos de series cortas, tipo Netflix?

   —La manera de encarar la actuación no cambia. Uno tiene que interpretar lo mejor posible un personaje y seguir trabajando en grupo. De eso se trata el cine y la TV. Está buenísimo que ahora la televisión, más que nada Telefe, está empezando a hacer series cortas, de ocho o diez capítulos, como Sandro, que en dos semanas se publicó todo, agregó.

   —La tecnología cambia las costumbres.

   —Se dieron cuenta de que quizás haya un público para ver una novela durante todo el año, pero es cada vez más reducido. Creo que lo que se viene en "tele" es eso, para no perder terreno con las plataformas de streaming.

   —Entonces para el actor no cambiaría demasiado.

   —Personalmente, mientras actúo, no estoy pensando si algo mide o no mide. Para mi es lo mismo trabajar para culaquier plataforma o medio. El trabajo artístico es el mismo.

Esperar no es lo único

   Guillermo Pfening tiene en su haber una gran cantidad de novelas, películas y series protagonizadas, además de obras de teatro.

   Entre lo más reciente encontramos que este año filmó R.R.P.P., una miniserie para Argentina y Brasil que se hizo en Córdoba.

   "Córdoba se está conviertiendo en un polo audivisual nuevo y muy bueno porque lo declararon como industria entonces recibe un apoyo directamente del ministerio. Además hay gente muy capacitada", aclara Guillermo.

   También estuvo en Matar al dragón, una película de Jimena Monteoliva. Compartió el protagonismo con Justina Bustos y Luis Machín. Se trata de un proyecto de cine fantástico y terror.

   Paralelamente a la filmación de Bahía Blanca está desarrollando el guión de lo que será su segunda película como director que se llamará Alice, sobre una mujer adicta a las cirujías estéticas y la relación con su hijo. La primera fue Caito, de 2011, que la presentará mañana en Villa Mitre, Garibaldi 49.

   Seguramente esta película tendrá que ver con su propia biografía, ya que su mamá padeció esa problemática.

   "Ahora tengo chances de hacer algo en Latinoamérica. por un lado se cierra un poco  la posiblidad de hacer televisión tradicional, pero por el otro se abren otras posiblidades de hacer ficción en Latinoamérica y España en cuanto a las series", dice.

"Ojalá que me convoquen"

   Guillermo Pfening estudió Comunicación y luego se pasó a Filosofía y Letras. No terminó ninguna carrera, pero en su momento tuvo que tomar una decisión entre estudiar y recibirse o dedicarse a la actuación (tenía cada vez más trabajo).

   "Tenía algunas dudas hasta los 23 o 24 años. Incluso no sabía si realmente era esto lo que quería o si me había equivocado. También es muy duro el comienzo de un actor. Yo tuve la suerte de empezar a ser mucho más convocado a partir de Nacido y criado (2006, dirigida por Pablo Trapero y producida por Martina Gusmán).

   "Luego, no me quedé sólo con eso, generé mis propios proyectos. Hice y dirigí Caito, mi ópera prima que nació como un cortometraje. También dirigí y dirijo teatro. Por un lado decía `ojalá que me convoquen`, pero por el otro nunca dejé de generar cosas. Si estás pendiente de que te convoquen todo el tiempo es muy esquizofrénica esta profesión. En cuanto a lo económico también. En el año 2003 o 2004 dejé de tener esa angustia existencial.

Otro actor bahiense

   —En el imaginario popular está que cuando arrancaste en "Verano del '98" ya la tenías clara con la vocación.

   —(risas) ¡Pero estuve sólo un mes en Verano...! No fue mucho tiempo. En el imaginario popular la gente piensa que los actores somos millonarios y que tenemos la vida salvada. Yo, sinceramente, si no trabajo durante los próximos meses me quedo sin dinero. Por un lado tuve suerte  de trabajar en cine y en teatro que es lo que más me gusta. En TV hice poco y es lo que más dinero te deja. Entonces vivís un poco al día.

   —¿Es cierto que estás dirigiendo a un actor bahiense?

   —Sí, estamos con Francisco Andrade haciendo una obra en una habitación de una  restaurante para unas 20 o 30 personas, en Buenos Aires. Es muy buen actor.