Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

Bahía Blanca ¿de espaldas o de frente a la región?

Históricamente se la definió como la ciudad más importante del sur argentino y, en paralelo, se le cuestionó no tener una mirada regional. Hoy se coincide en la necesidad de una mutua integración para potenciar recursos.

   Anahí González
   agonzalez\lanueva.com

   Hernan Guercio
   hguercio@lanueva.com

   Motor del desarrollo integral del sudoeste, actor principal de una relación estratégica con los municipios de la zona, punta de lanza del crecimiento, una ciudad que no existiría sin las localidades de los alrededores, o viceversa.

   Históricamente, a Bahía Blanca se la ha definido como la ciudad más importante del sur argentino por su infraestructura, el puerto, el acceso a vías de comunicación viales, ferroviarias y aéreas, los efectores de salud y centros educativos de altos estudios. 

   Sin embargo, en forma paralela se le cuestiona un supuesto desinterés por el desarrollo de su zona más próxima. También se le reclama la necesidad de encabezar la elaboración de políticas públicas que contemplen no solo su propio crecimiento, sino que además incorpore y atienda las necesidades y el potencial de desarrollo de los distritos que la rodean.

   ¿Cómo se conjugan hoy todos estos factores? ¿Qué opinan los distintos referentes institucionales de la zona? ¿Ha logrado Bahía Blanca trascender el ostracismo y está en vía de hacer mayores aportes a sus distritos hermanos o, por el contrario, sigue cerrada en sí misma, más ocupada en atender sus problemáticas que ejecutar iniciativas integradoras?

   Las opiniones son variadas y en muchos casos duales: no todo es positivo ni tampoco todo es negativo; el “pero” siempre está presente.

   A favor, aparecen argumentos como las obras que se llevan a cabo en cercanías de la ciudad y favorecen al resto, como la construcción de la autovía de la ruta 33, o la importancia de contar con un puerto en medio de una zona eminentemente productiva como la nuestra.

   Lo negativo se vincula a cuestiones económicas, sobre todo para pequeños comerciantes que pierden ganancias ante los precios más bajos que se encuentran en la ciudad; a desconocer cuál es la realidad de sus localidades vecinas, fuertemente vinculadas al sector rural; y se le demanda que haga las veces de un ente integrador de las distintas actividades que existen en la región.

   “Es indiscutible la importancia de Bahía Blanca como aglutinador de gran parte de la actividad de la región —resume Bernardo Ramírez, presidente de la Asociación de Productores de Villarino Sur—. Pero, como pasa en todas las grandes urbes, gran parte de la sociedad está de espaldas al campo, desconoce la realidad rural y que el principal sustento de la región pasa por la actividad del campo, y se desentiende así de lo que está pasando a su alrededor”.

   “Muchos siguen viendo a los productores agropecuarios como los ricos de las 4x4. Hay que reconocer también que los dirigentes no hemos logrado crear conciencia y revertir esta visión errónea de nuestra actividad”, añade.

   Por su parte, Marcos Rebolini, tesorero de la Sociedad Rural de Coronel Suárez, consideró que Bahía Blanca debería integrarse aún más con la zona, haciendo un análisis de qué puede aportar cada uno para lograr un crecimiento armónico.
“Sería necesario ver qué tiene cada uno, qué le falta y cómo —entre todos— podemos sumar para que el resultado sea positivo”, explica.

   “Entonces, se debería elaborar una estrategia desde lo político y acompañado por lo productivo. Es necesario atender temas puntuales de integración como rutas, aeropuerto, puerto, industrias y la exportación desde Bahía Blanca”, añade.

   Andres Fidelibus, presidente de la Asociación de Comercio e Industria de Coronel Dorrego, remarca que “no hay duda de que es la capital del sur del país y, junto con Neuquén, una de las ciudades más importantes de la Argentina, desde la línea transversal hacia abajo”.

   “La cercanía nos favorece principalmente porque nuestra economía depende un 99% del puerto. Somos importantes productores de trigo y de cría de ganado vacuno, y nos vinculamos a Bahía mediante el transporte en camiones”, asegura.
Sin embargo, esta misma cercanía, explica, suele ser perjudicial para los pequeños comerciantes del rubro alimenticio, sobre todo cuando las grandes cadenas de supermercados ofrecen promociones vinculadas a tarjetas de crédito, con las que no pueden competir.

   “Cuando el precio de combustible es bajo, muchos viajan desde Coronel Dorrego a Bahía Blanca para comprar. Estamos a tan solo 94 kilómetros y no tenemos que pagar peaje”, indicó.

   El empresario hotelero carhuense, Rubén Besagonill, considera que “Bahía Blanca es el motor de la región”, y una referencia fundamental para cuestiones vinculadas sobre todo con la salud y la educación.

   “Con el trabajo pasa lo mismo: cuando faltan fuentes laborales en los pueblos, la gente muchas veces se refugia en la ciudad buscando una solución”, aseguró.

   Además, considera que es natural que las poblaciones de los alrededores aprovechen el crecimiento de una localidad de tal importancia.

   “La región depende de Bahía Blanca; y sin ella sería muy pobre”, sostiene.

   Fluidez

   Mario Fernández, presidente de la Cámara Sur Oliva, de Coronel Dorrego, remarca que hoy es necesario mejorar las vías de comunicación, particularmente con obras viales que favorezcan un sistema más fluido de arribo de la producción zonal al puerto local.

   Con él coincidió Ramírez, desde Aprovis, al destacar que es una cuestión natural que la ciudad motorice el desarrollo regional, aunque aclara que las dirigencias política y agropecuaria “deberán trabajar en este sentido y ser punta de lanza en el desarrollo del sudoeste bonaerense, empezando por entendernos como una región distinta, diferenciada del resto de la provincia”.

   “Puntualmente, entiendo que hay que ocuparse en promover el desarrollo del puerto y la zona franca para ampliar y fortalecer el comercio; apoyar y reflotar el tren de cargas como transporte más económico y eficiente de nuestra producción; apoyar el desarrollo de energías renovables en la región y afianzar las economías regionales”, sostiene.

   “Para esto, Bahía debería hacer punta, promoviendo mejoras en este sentido y exigiendo políticas públicas desde la provincia de Buenos Aires y la Nación para que el sudoeste bonaerense ocupe el lugar que se merece”, agrega.

La cuestión turística

   En cuanto al turismo, la bahíadependencia de los principales centros de la región es totalmente reconocida: tanto Monte Hermoso como Sierra de la Ventana reciben constantemente visitantes de nuestra ciudad, ya sea en estadías relativamente prolongadas como en escapadas de un día o dos.

   Distinto es el caso de Carhué y sus termas, que también cuenta con una importante afluencia desde la Capital Federal.

   Para el presidente de la Asociación para el Desarrollo y la Promoción Turística de Monte Hermoso, Hugo Sierra, Bahía Blanca es un motor de desarrollo indiscutido para la ciudad balnearia.

   “Si bien durante el verano tenemos un turismo muy importante de todo el país, en temporada baja Monte Hermoso se mueve gracias a los bahienses que apuestan a nuestra ciudad y tienen acá su casa de segunda residencia”, indica.

   Según Besagonill, sí existe una apertura desde nuestra ciudad hacia la zona.

   “Por ejemplo, en cuestiones turísticas —algo que no está afianzado en Bahía— nos manejamos con la Asociación de Hoteles local, que siempre está pendiente de lo que ocurre en la zona; incluso, nos reunimos en distintos lugares del sudoeste y siempre hablamos de la región como conjunto”, afirma.

   Sin embargo, la licenciada Gabriela García, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Villa Ventana, destacó que no puede asegurar que exista —a priori— una mirada de desarrollo regional desde Bahía Blanca, especialmente respecto al turismo.

   “Sí podemos asegurar que, muchas veces, las acciones que el municipio emprende en respuesta a sus propias problemáticas influyen de forma indirecta en los distritos aledaños”, explica.

   Un ejemplo de ello sería la gestión del gobierno de Bahía Blanca en pos del mejoramiento y construcción de parte de la autovía en la ruta 33, cuyos primeros movimientos ya se iniciaron.

   “Otro ejemplo es el incremento de la conectividad a través de la ampliación de los vuelos hacia y desde Bahía Blanca —agrega—. Todo esto, trabajándolo seriamente en forma regional, seguramente tendría un impacto positivo, tanto en el desarrollo de toda la comarca serrana del distrito de Tornquist como de otros distritos de la región”.

“Que la zona se arregle”

   El director del hospital municipal de Coronel Suárez, Rogelio Urízar, recuerda que su distrito se vio obligado a crecer en materia de salud por esfuerzo propio, al detectar que el sistema de sanitario de Bahía Blanca estaba saturado y no daba respuestas a la región.

   “Durante la epidemia de la Gripe A, a mediados de 2009, la ciudad transitó por una situación de emergencia. En aquel momento, la frase desde Región Sanitaria fue 'Bahía Blanca se va a encargar de Bahía Blanca'; la contracara era 'que la zona se arregle'”, cuenta.

   “Era secretario de Salud de Suárez en aquel momento, y desde el hospital nos hicimos cargo de pacientes de la zona. Fue muy incómodo porque la capacidad de terapia no es tan grande como para atender esa demanda. Un mes después me llamaron de Región Sanitaria para pedirme camas y se creó una situación tensa”, añade.

   Según su punto de vista, Bahía Blanca se tiene que desarrollar más en las capacidades de sus propios hospitales.

   “Suárez siempre fue un pueblo muy progresivo en cuestiones de salud, pero la relación con Bahía Blanca nos obligó más aún a ir por este camino”, dice.

   Hoy, este nosocomio depende de Bahía Blanca en las especialidades de neurocirugía y hemodinamia.

   “En el interior hay muchas situaciones. Una de las demandas, y que también le pasa a Bahía, es la falta de médicos de guardia. Además, hay residencias de médicos generalistas que pueden salir a la zona a rotar para aprender lo que es ser médico de un pueblo”, dijo.

   “Son médicos que se forman para hacer un poco de cada especialidad y se terminan quedando en ciudades grandes, cumpliendo una función que no es aquella para la que fueron capacitados”, destaca.

Educación superior: el camino inverso

   Pedro Silberman, decano del departamento de Ciencias de la Salud de la UNS, reconoció que la universidad posee una concepción amplia de la región, ya que su accionar no se circunscribe solo a la ciudad.

   “Si bien gran parte del desarrollo se da a nivel local, existen muchísimas propuestas vinculadas con la investigación, la docencia y la extensión que incluyen a la zona. La universidad en sí se piensa en términos regionales, ya que se percibe la enseñanza desde una perspectiva regional”, dijo a La Nueva.

   En una decisión inédita, hace un par de años la UNS habilitó el dictado de la carrera de Medicina en la sede de la UPSO en Pigüé. En su momento, la medida se definió como la proyección de la universidad ante una real necesidad educativa y de formación de profesionales médicos. 

   “La forma en que se concreta —en términos de resultado o de impacto— solo la puede medir la gente que vive en la zona, ya que no siempre los resultados son percibidos de la misma manera. En nuestro caso, tenemos muchos egresados que concluyen sus estudios y se radican en la zona”, agregó Silberman.

  Pérdida de mercados

   Autopartes. Fidelibus asegura que, si bien Bahía Blanca sigue siendo un gran proveedor de autopartes, ya no es una referencia primaria en otros rubros comerciales y ha perdido mucho terreno en el mercado.

   Contacto directo. “La tecnología ha permitido a los comerciantes tener contacto directo con las fábricas, eliminando la intermediación del mayorista. Eso nos acercó mucho a otras ciudades, principalmente a Buenos Aires”, explica.

   Institucional. Gabriela García subraya que sí ha habido una mirada regional planificada desde instituciones como la Universidad Nacional del Sur y la creación de la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO), y destaca los cursos y capacitaciones que desde la entidad que preside se logró gestionar a través de la filial Bahía Blanca de la Asociación de Hoteles y Gastronómicos.