Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

¿Cómo votaron los bahienses por primera vez con la Ley Sáenz Peña?

La renovación de la mitad de las bancas del Concejo Deliberante, en noviembre de 1913, marcó el inicio local del nuevo sistema de elección.

Archivo La Nueva.

Mariano Buren
mburen@lanueva.com

   Aprobada por el Congreso Nacional el 10 de febrero de 1912, y estrenada un mes después en los comicios para designar al nuevo gobernador de Santa Fe, la reforma electoral impulsada por el entonces presidente Roque Saénz Peña obtuvo recién el visto bueno de la provincia de Buenos Aires el 28 de junio de 1913, cuando la Legislatura decidió finalmente acompañar la iniciativa de la Casa Rosada, aunque con una diferenciación: la edad mínima para votar no sería 18 de años, sino de 21. 

   Si bien el principal objetivo del conservadurismo bonaerense era retener la gobernación en las elecciones previstas para diciembre de ese año, desde los despachos platenses decidieron observar con atención el estreno de la reforma en un puñado de votaciones a nivel municipal: en algunos distritos el calendario electoral estaba definido desde antes de la promulgación de la ley. Bahía Blanca, por ejemplo, debía renovar la mitad de las 10 bancas del Concejo Deliberante el 30 de noviembre de 1913, durante la tercera intendencia del radical Rufino Rojas. 

   Para comprender el volumen de aquel comicio bahiense, el primero bajo el nuevo sistema, basta con recordar que la ciudad contaba en ese entonces con poco más de 70 mil habitantes, de los cuales la mitad eran extranjeros, y que de "cada tres pobladores, uno no sabía leer ni escribir", según puntualiza Hernán Molina en su libro "1886-2003 Intendentes de Bahía Blanca-comisionaturas".

   Todavía más parecida a un pueblo ensanchado que a una urbe de tamaño medio, la Bahía de 1913 seguía sorprendida por la fuerte nevada de agosto, miraba con curiosidad al único policía de tránsito, que guiaba a los pocos autos circulantes "con gestos y ademanes un tanto exagerados" desde el cruce de O'Higgins y Chiclana, saludaba la apertura de la avenida Centenario (hoy Urquiza) junto a la ribera del Napostá, se asombraba por la imponencia del flamante edificio del Teatro Municipal, y exhibía con orgullo la presentación del servicio ferroviario hasta Carmen de Patagones.

   Apenas se lanzó la convocatoria oficial a las elecciones, el radicalismo presentó una lista encabezada por Francisco Hitce, Mauricio Tardieu y Emilio Pianacci; los conservadores postularon a Nicanor Toranzo Torino, Carlos Verzura y Ramón Olaciregui; y los socialistas a Miguel Etchegaray, Miguel Perusich y Emilio Pioppi. También competían, con menores chances, el Partido Provincialista (con Francisco Cervini en primer lugar), la Liga Liberal (Manuel Gordillo) y la Unión Cívica (Augusto Bordelois).

   En los días previas a los comicios, los diarios difundieron las reglas básicas para el día de la votación: los electores debían asistir aquel domingo "entre las 9 AM y las 4 PM" a la escuela designada, con "la boleta de su preferencia en el bolsillo, no debiendo olvidarla porque no estaría en el cuarto oscuro". También se les recordaba que "no había que inscribirse pues existían padrones" y que "sin la presentación de la libreta de enrolamiento no era factible sufragar". Finalmente se remarcaba que los resultados se conocerían recién "el día siguiente, a la 1 PM" cuando "se haría el escrutinio en la Municipalidad".

   Aunque el día de la elección no se registraron incidentes en ninguno de los 16 centros de votación habilitados en el centro de la ciudad -lo que llevó al periodismo a hablar del "acto comicial" bahiense como el "primero y único en toda la provincia que señala un ejemplo de moral política"- el atípico cronograma dispuesto para el recuento provisorio de los votos obligó a los apoderados de todas las agrupaciones a permanecer la noche dentro del palacio comunal, vigilando la integridad de las urnas hasta su apertura oficial. Las precauciones no eran exageradas: las múltiples irregularidades denunciadas por todos los partidos en las elecciones de 1911, que forzaron a su anulación, llevaron a extremar los cuidados.

   Los resultados provisorios se conocieron alrededor de las 17 del lunes 1 de diciembre, ante "una barra numerosa que seguía con verdadera ansiedad todos los accidentes" (sic), entre la que se contaban dirigentes conservadores "que evidenciaban intranquilidad y zozobra, desconfiando mucho de las sorpresas del voto secreto" a pesar de "haber enviado a más de 500 sufragantes a las mesas". 

   El escrutinio permitió develar, al menos en parte, cuál fue el impacto de la reforma en la ciudad: según los datos relevados, se presentaron 2.244 votantes, apenas 263 más que en la elección anterior. Se trató de una cifra muy baja, si se considera que había cerca de 15 mil bahienses habilitados para sufragar. Otro dato llamativo fue el desempeño del socialismo, que triplicó la cantidad de adhesiones, en buena medida gracias a la inclusión del cuarto oscuro.

   El triunfo fue, en definitiva, para la UCR, que logró 1.137 votos (50,66%) y obtuvo 3 de las 5 bancas en juego, seguido por el Partido Conservador, con 499 votos (22,23 %), que se quedó con las dos restantes. El escrutinio se completó con los resultados del Partido Provincialista (10,02 %), el PS (6,95 %), la Liga Liberal (5,43 %) y la Unión Cívica (4,67%).  

   Las cifras fueron difundidas esa misma tarde por "La Nueva Provincia" bajo el título "Las elecciones del domingo. Triunfo del Partido Radical", y también por el diario "Bahía Blanca", de intereses cercanos al oficialismo provincial, que publicó los mismos números pero con un encabezado bien diferente: "Ganó el Partido Conservador".