Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Agustina Bustos: morir sin sentido

Salvo que exista un Dios que realmente tenga un plan desde el inicio de los tiempos y en el cual cada cosa que sucede en el mundo tenga un sentido o lógica, la muerte de Agustina Bustos parece inscribirse entre los hechos ilógicos, sin sentido y portadores de una enorme cuota de tristeza, desazón y dolor.
La chica, de 19 años, estudiante de enfermería en la Universidad Nacional del Sur, fue abordada por un desconocido que le arrebató su mochila. 
En esa acción, sin que la joven opusiera al asalto más resistencia que la instintiva, recibió una puñalada, mortal, que la dejó tendida sobre una escalera de los edificios del barrio Rucci.
Agustina murió antes de que llegara la ambulancia. Antes de que el criterio de un agente de policía presente en el sitio permitiera a un ocasional transeúnte prestar auxilio, antes de que se viera que había una herida de gravedad.
Alertada la policía, de inmediato se dedicó a la búsqueda de tres menores que, al decir de algunos vecinos, eran los autores del hecho. 
Pocos minutos después se daba cuenta de la detención de los mismos, se encontraba la mochila y un cuchillo, se verificaba la presencia de Poxiran y se daba por acreditada la participación en el hecho de los tres menores. Esto último, con el correr de los días, fue descartado.
El mismo día del hecho, los vecinos realizaron una manifestación en el barrio, clamando justicia y más cuidados por parte de los encargados de brindarla. 
El comisario Luján Avondet, presente en el lugar, protagonizó un momento conmocionante cuando un niño le tiró de su brazo, le insistió para que lo escuchara, y le dijo una frase devastadora: “Señor, está muriendo gente”, advirtió.
Además de la historia del niño, de la muerte de Agustina, de la inmensa pena de su familia, hubo un paquete de consecuencias.
La gobernadora María Eugenia Vidal disparó contra la policía local, el intendente municipal no pudo abrir las sesiones del Concejo Deliberante y los menores apresados resultaron ajenos al hecho. 
Hay mucho por hacer y corregir en una sociedad que todavía sigue aturdida por lo ocurrido.