Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Agua del Colorado

por Mario Minervino

Hace 75 años, en el mes de marzo de 1929, la Compañía de Aguas Corrientes de Bahía Blanca, por entonces administrada por el Ferrocarril del Sud, anunció que solucionaría el abastecimiento de agua trayendo agua desde el río Colorado.
Alternativa histórica a fin de atender la demanda para consumo y riego de la ciudad y la región, ya había sido planteada por el perito Francisco Moreno en 1910, cuando, de paso por aquí, respaldó “el viejo pero nunca estudiado” proyecto de desviar ese río hacia Bahía Blanca, “siguiendo una depresión del suelo que parece señalar un viejo cauce que los años no han conseguido hacer desaparecer”. 
En la década del 50 la idea fue sostenida por el ingeniero Domingo Pronsato, quien destacó las ventajas de esta fuente respecto a recurrir a un embalse del Sauce Grande en Paso de las Piedras.
Retomando el anuncio de 1929, fue el ingeniero Charles Enthony, director técnico de la Compañía de Aguas, quien anticipó que el directorio, con sede en Londres, había aprobado los estudios “iniciados hace años”, y era inminente la adjudicación de un presupuesto para los trabajos. 
Ese año, el agua local se captaba del Sauce Grande, cuyo caudal ya no era suficiente de dar respuesta al consumo local, por entonces estimado en 15 mil metros cúbicos por día. 
Con la construcción, en la década del 70, del dique y acueducto desde Paso de las Piedras, la alternativa del Colorado pareció terminar, al menos por los siguientes 30 años. 
Por estas horas, esa provisión está cerca de ser licitada, a fin de servir de complemento al agua de Paso de las Piedras, cuyo acueducto funciona en toda su capacidad y ya no puede atender la demanda urbana e industrial. 
Es la gran obra de los próximos tiempos.