Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Viene Alvear

por Mario Minervino

Hace 95 años, en marzo de 1923, Bahía Blanca engalanó sus calles para recibir al presidente de la Nación, el abogado Marcelo Torcuato de Alvear.
Miembro de lo más granado de la aristocracia porteña, Alvear era nieto del general Carlos María de Alvear e hijo de Torcuato, primer intendente de Buenos Aires. 
Había sido elegido presidente en 1922, como sucesor de Hipólito Yrigoyen.
Su visita fue un hecho conmocionante. Según las crónicas, “los homenajes proyectados” constituían el tema de “todas las conversaciones y comentarios” en las calles. “Hay verdadero anhelo en el pueblo por ver al primer mandatario”, se dijo.
Uno de los principales trabajos realizados por el hecho fue la iluminación de las calles que recorrería el presidente, desde la Estación Sud -en Cerri al 700- hasta el Palacio Municipal y el Club Argentino, donde establecería la residencia durante su visita.
Un técnico de Buenos Aires colocó adornos de lamparillas eléctricas en varias esquinas, mientras que las calles principales se iluminaron a giorno, dando a la ciudad “un realce encantador”. 
También la Plaza Rivadavia fue profusamente iluminada, colocándose colgantes de lamparillas entre sus árboles. 
Por último, se pidió a los habitantes del centro abrir sus balcones e iluminar sus salas, “de manera que, a la hora propicia, las calles tengan un aspecto interesante y novedoso”.
Apenas terminó su mandato, Alvear se radicó en Francia, de donde regresó en el año 1931, preocupado por la realidad del país. Estuvo detenido en la isla Martín García y fue proscripto por el gobierno de facto. 
Falleció en marzo de 1942, a los 79 años de edad. 
Lo sobrevivió su mujer, la soprano lírica Regina Pacini, jamás aceptada por los Alvear por ser una artista.