Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Denunció haber llevado a un fantasma que hacía dedo en Santa Fe

 Según el relato del solidario conductor, ocurrió en Arteaga. Contó que el adolescente, con uniforme escolar, se esfumó y dejó las marcas de sus zapatillas quemadas en la alfombra.

Marcas en la alfombra delantera derecha de la camioneta de Peirone.

Las localidades santafesinas de Arteaga y San José de la Esquina se encuentran conmocionadas por el misterioso relato de un vecino.

Pedro Peirone denunció a la Policía haber trasladado a lo que él considera un "fantasma" y rápidamente el video de su testimonio se hizo viral.

Señaló que el lunes llevó a bordo de su camioneta a un adolescente, de unos 17 años, luego de que éste realizara "dedo" a la vera de la ruta.

Dijo que el muchacho vestía indumentaria similar a la de la Escuela Industrial de la zona.

En el cruce de los caminos entre Arteaga y San José de la Esquina, notó un olor a quemado por lo que detuvo su vehículo y se bajó para ver qué ocurría.

Sostuvo que al volver al habitáculo, el joven ya no se encontraba y que no lo vio bajar del rodado, ni tampoco irse.

Pedro indicó que, luego, encontró la alfombra de goma del lado del acompañante, derretida con la forma de los pies del misterioso pasajero. Con todos esos datos fue a la Policía y radicó una denuncia, señaló al sitio Rosario 3.

"Lo levanté creyendo que era alguien que venía a rendir. Me dijo que era de Arteaga y no le pregunté el apellido. No sé lo que miércoles traje arriba la camioneta", relató Peirone.

En diálogo con el periodista Omar Llanos de San José Video Cable, Peirone contó que subió a la camioneta al joven de unos 17 años en Arteaga. Dijo que el chico no le manifestó claramente dónde se bajaría.

Pedro es un vecino de San José de la Esquina que se dedica a realizar perforaciones y pozos. Según su relato, en un cruce de caminos entre Artega y San José de la Esquina comenzó a sentir olor a quemado y entonces bajó para ver qué pasaba. En ese momento perdió de vista a su misterioso compañero de viaje.

Pedro aseveró que no lo vio bajar ni tampoco irse. Todo ocurrió cerca del camino de acceso al cementerio y de la residencia de un sacerdote, el padre Nardi.

En distintos sitios periodísticos y en las redes sociales los lectores se dividieron entre los que optaron por tomarse en broma el relato de Nardi y los que mostraron preocupación y curiosidad.