Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

El Parque de Agua fue la gran joya del verano

Por el establecimiento pasaron más de 30 mil personas durante la temporada, con picos de 700 en forma diaria. La idea es sumar otra pileta antes de fin de año.

Fotos: Rocío Zabalza y Emmanuel Briane - La Nueva.

   Redonda. Así fue la parte fuerte de la temporada en el Complejo Americano montehermoseño, por donde –de acuerdo a estimaciones oficiales- pasaron más de 30 mil personas.
   Más allá de las instalaciones de acampe, de los dos paradores y de los muchos servicios recreativos con que cuenta el lugar, la estrella del verano indudablemente fue el flamante Parque de Agua, con sus toboganes, sus juegos para chicos y sus propuestas recreativas para toda la familia.
   Si esto fue muy bueno, lo mejor está aún por venir. En el futuro próximo, de cara a diciembre de este año, la idea es darle una nueva vuelta de tuerca, ampliar el parque de agua y armar una nueva pileta.
Maximiliano Elías, quien se encuentra a cargo del complejo, afirmó que la idea es dar un salto de calidad y una estrella más a Monte Hermoso los servicios y opciones que ofrece para la familia.

   “Este año hubo mucha gente de la zona vino especialmente al parque de agua a pasar el día. Entonces, queremos posicionarnos ahí y consolidarnos; ser una propuesta más para el turista en general”, explicó.
   Las modificaciones llevadas a cabo –y las que vendrán- tienen que ver con un proyecto a largo plazo, en el que se van ejecutando obras año a año.
   Entonces, lo que viene puede explicarse como un cambio de paradigma o actualización de servicio del Complejo Americano: transformarse en el centro de servicios turísticos y recreativo más importante de la zona.
   “Nuestro primer paso fue el parque de agua y no es el único, porque queremos sacarle el 100% de potencial. Este año la pileta nos quedó chica”, resumió.

   Durante este verano en el complejo, el número de visitantes del Parque de Agua fue incrementándose, y en febrero se trabajó mucho gracias al de boca en boca, con un promedio de 600 visitantes diarios y picos de 700.
   Elías destacó que muchas de las comodidades y detalles con que cuenta el lugar idearon y se hicieron a pulmón.
   “Trabajamos con los recursos que tenemos, reciclando cosas: por ejemplo, todo el circuito periférico del Parque de Agua está hecho con el raleo de pinos, aprovechando la madera; los caminos de madera están construidos con un viejo deck que hemos recuperado y restaurado”, comentó.


   “Nuestra idea es usar los materiales propios del complejo. Es un trabajo más artesanal, que está íntimamente relacionado con los conceptos actuales del turismo, que tienen que ver con lo reciclado, con cuidar el medio ambiente y con generar propuestas inclusivas, no con lo ostentoso”, agregó.
   Por esto, el lugar cuenta con bajadas especiales y baños para discapacitados, además de una silla anfibia para la playa y el parque, para que también puedan disfrutar del agua.
   “Hacemos mucho hincapié y fuerza en el trabajo para la familia, para que la gente de todas las edades tenga una propuesta y un lugar para contener a los chicos, con propuestas para todos”, contó.

Más opciones
Más allá del Parque de Agua, el complejo cuenta con otras opciones para toda la familia, como clases de zumba o de aquagym, a lo que se suman actividades de recreación activa para jóvenes y adolescentes, hasta paseos nocturnos y fogatas. La cercanía con la playa también es fundamental, ya que los más chiquitos pueden estar en la pileta, mientras los padres están en la playa disfrutando del mar, con un parador y una oferta gratronómica amplia.
“Acá la familia puede tener su espacio propio y también hacerlo con dispersión, por separado”, comentó.
En cuanto al cámping, Elías reconoció que fue un enero raro, con fines de semana con mucha gente acampando y no tanto en la semana.
“Tuvimos muchos acampantes, pero esta vez notamos que venían con todo para consumir y buscaban el mejor precio para instalarse. Fue un poco lo que pasó en toda la costa. En cuanto a las cabañas y dormis, tuvimos un nivel de ocupación de casi el 90% durante toda la temporada”, resumió.

 

Los Sainte Cluque, acampantes del Americano desde hace 30 años

   Hace 30 años, Guillermo Sainte Cluque conoció el por entonces Cámping Americano y le prometió a un amigo que cuando tuviera una familia, ese sería el lugar para pasar las vacaciones. 
   Y así fue. En 1999 fueron todos juntos por primera vez con un par de carpas alpinas y una conservadora prestada; ni siquiera tenían sillas o reposeras, y debían sentarse en un tronco.
   “Era todos lo que teníamos en ese entonces -recuerda su mujer, Claudia-. Era un fin de semana en que no había casi nadie, pero el lugar nos encantó y la pasamos genial”.


   A partir de ahí, el Americano pasó a ser una cita obligada todos los veranos. Solo faltaron uno, cuando nació Julia, la más pequeña de la familia, que hoy tiene 15 años.
   “Acá venimos todos los veranos. Vamos a otros lugares, pero siempre tenemos que pasar unos días acá. Nos tira el lugar, las cosas que tiene; volvemos porque estamos rebien”, cuentan.
   La estadía mínima para ellos son cuatro días, pero han llegado a estar 15.
   “Somos de la época en la que transmitían todo por altoparlante en el predio -dice Claudia. Una mujer nos daba los buenos días por los parlantes, nos decía la temperatura; estaba todo el día informando qué pasaba”.


   “La gran ventaja que tiene el cámping, es que tenés para todos los gustos: si querés tranquilidad, hay tranquilidad; si buscás más actividad, la tenés. Además, con el Parque de Agua ha cambiado mucho; antes, unos pocos iban a la pileta, no era multitudinario como ahora”, agrega.
   A Daniel le gusta tanto el lugar que está pensando muy seriamente en hacer en él la fiesta de fin de año junto a toda su familia.
   “Acá hay momentos mágicos que pagan la vida de acampante. El hotel no te da lanoche mágica de estrellas o el aire puro que encontrás en este lugar”, dice.