Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Alimentación natural: ¿cómo podemos volver a la comida “real”?

El bahiense Ariel Casanova, coach nutricional y facilitador de talleres de cocina, asegura que es casi imposible alimentarnos bien sin cocinar en casa y brinda algunos sencillos tips y recetas para los tiempos que corren.

   El bahiense Ariel Casanova, coach nutricional y facilitador de talleres de cocina y alimentación natural asegura que hoy en día nada de lo que comemos es como antes.

   “Ni las carnes, ni los huevos, ni los lácteos, ni siquiera las golosinas y galletitas que consumimos hoy se parecen a las de hace 20 años, aún cuando conserven el nombre y el packaging”.

   El proceso de industrialización de los alimentos y nuestro vertiginoso ritmo de vida nos han llevado, de algún modo, a terminar comiendo cualquier cosa en cualquier lado sin saber realmente qué le estamos dando a nuestro cuerpo.

   “El cuerpo es una máquina perfecta de la naturaleza y para funcionar bien, tenés que darle lo que necesita y no cualquier cosa. Si a una Ferrari, le ponés nafta común seguramente afectás su motor y su rendimiento ¿Por qué darle nafta común a tu cuerpo si podés darle el mejor combustible?”, dijo.

   La buena noticia es que podemos modificar los hábitos alimenticios nocivos que hemos ido adquiriendo ¡volviendo a cocinar en casa, como hacían nuestros abuelos! 
   Eso sí, con algunos trucos para adaptarnos a los tiempos que corren.

   Esta vuelta a la comida “real” (es decir, a aquella que tiene la menor intervención posible de procesos industriales) permitirá que tengamos una mejor calidad de vida y también que podamos legar el aprendizaje a nuestros hijos.

   La propuesta

   Para Casanova, autor del libro “Guía práctica para una alimentación consciente”, debemos retomar el hábito y el arte de la cocina casera, aunque adaptándolo un poco al contexto  de cada uno, a sus posibilidades, gustos, ritmo y exigencias diarias.

   “Existen preparaciones simples, rápidas y saludables y es posible organizar la alacena de forma que cada uno pueda planificar su menú semanal sin perder tiempo", contó.

   A esto lo llama Alimentación Adaptativa Natural.

   “No es un método, no es un sistema, no es una dieta. Es un concepto abarcativo, que busca adaptar la alimentación natural a tus gustos y necesidades, al tiempo que reeducás tus gustos y   descubrís tus verdaderas necesidades”, contó.

   -¿Cómo surgió tu interés por la alimentación natural y la cocina?

   -Antes no comía verduras, solo carnes y pastas, y fumaba. A los 23 años empecé a practicar yoga en el Centro Meroé y a ver que mis maestros, con más de 50 años, tenían una elasticidad mucho mayor y su cuerpo respondía mejor. Empecé a investigar qué cambios podía hacer en mi alimentación para mejorar este aspecto. 

   -Luego de un seminario de yoga y nutrición con el maestro Aruna Nath Giri, cambié el gusto. Dejé de comer carnes rojas, y luego las blancas y el cuerpo empezó a responderme de otra manera.   Diez años después volví a comer pescado y pollos de granja, para responder a otras necesidades.Durante 10 años fui vegetariano, por lo que tuve que investigar cómo reemplazar la proteína de la carne con otros alimentos. Y así fui aprendiendo, de forma autodidacta y a través de cursos, muchos aspectos sobre alimentación natural que hoy disfruto compartir con otras personas. 

    -¿Es posible volver a la comida “real” cuando casi todo viene en paquete?

   -Sí, una vez que descubrís qué cosas son saludables y cuáles no, el proceso es más fácil de lo que parece. Por ejemplo, si quiero comer unas empanadas puedo preparar las tapas caseras en vez de comprarlas en el supermercado y usar harina integral orgánica, que no está expuesta a agrotóxicos y aporta más fibras.  Si el relleno es de jamón y queso, debo asegurarme no estar consumiendo un jamón procesado, que mezcla distintas partes del animal con fécula y colorante rosa. Eso se revela en las etiquetas. Si el relleno fuera de carne siempre es conveniente comprar carne de animales de pastura y no de aquellos criados en feedlots, ya que las vacas se crían hacinadas, sin movimiento y muchas sufren infecciones y se le administran antibióticos. Hacen falta muchos años de estudio para descartar o comprobar qué efectos tienen esos antibióticos en la gente que consume esa carne.

   -Cocinar lleva más tiempo ¿cómo podemos optimizarlos para que no sea una misión imposible?

   -Bueno, si en la semana resulta difícil, podemos cocinar los fines de semana como una actividad familiar, por ejemplo. De paso nos vemos, nos escuchamos, nos reconectamos. Dejamos los celulares guardados un rato y compartimos una actividad con los chicos.
   Hacer cinco o 20 hamburguesas de lentejas te lleva casi el mismo tiempo y luego las podés freezar y tener para toda la semana. Y así con un montón de recetas simples. Al principio puede parecer difícil pero cuando uno entra en ritmo lo va logrando. 
   Alimentarnos bien implica hacernos cargo de nosotros mismos, querernos más. 

   -Sobre algunos productos, como la leche, hay versiones polémicas ¿Cuál es tu opinión?

   -Por un lado, hay una tendencia compartida por ciertas corrientes veganas a demonizar la leche y, por otro, el discurso médico oficial asume la postura opuesta, hasta el punto de expresar que sin leche o sin carne no podés vivir. 
   Ni una cosa ni la otra. Tomar un vaso de leche no va a matarte, pero no es bueno que la consumas pensando que es un alimento excelente. Sí lo sería si pudieras obtenerla directamente de una vaca que come pasto y no luego de todo el proceso industrial que la modifica. Lo que convierte a la leche en un alimento completo son sus enzimas y vitaminas, que sólo están disponibles en su estado natural, cuando está recién ordeñada. 

Veggieburger de mijo con huevos revueltos y kale salteado y crudos con aceites de primera presión en frío.

   -¿Cómo mejorar nuestra alimentación en el trabajo?
   -Hay quienes trabajan de corrido y compran alimentos artificiales, preparados con mejoradores de sabor o sal refinada. Las frituras que compramos fuera de casa están hechas con aceites plásticos, económicos y estables que se pueden utilizar muchas veces pero que en el cuerpo se convierten en tejido adiposo o quedan circulando en sangre como colesterol.  Los extremos no llevan a ningún lado: la cuestión no es no pisar nunca más una rotisería, pero siempre hay que alimentarse con fundamentos y conocimientos. 

   -¿Cómo se traslada a los niños estos conceptos?
   -A la mayoría de los niños no les gustan las verduras y les cuesta incorporar las cosas frescas pero su aparato digestivo está en desarrollo y lo que les demos de comer determinará su salud en el futuro. Los niveles de obesidad y diabetes han crecido muchísimo y tiene que ver con la alimentación. 
   Las gaseosas y bebidas azucaradas no son recomendables. Si quieren tomar una bebida dulce podés prepararla en casa. Comprás naranjas o limón, exprimís y agregás miel. Hay opciones. 
   No veo por qué darle golosinas en paquete a un niño cuando podemos elaborar cosas dulces en casa. Por ejemplo, podés hacer un helado de banana muy fácil.: cortás seis o siete bananas en rodajas, las ponés en el freezer, las procesás y te queda un helado súper cremoso. A eso le podés agregar cacao amargo o pedacitos de chocolate o de otras frutas. ¡A los chicos les encanta! 

   -¿Qué compartiste en tu primer libro?

   -Es un resumen de estos diez años en los que transité la experiencia de cambiar mi forma de alimentarme y las conclusiones a las que pude llegar fundadas en estudios científicos. Lo que hago es  traducir esta información a un lenguaje coloquial, accesible para todos. No receto, ni diagnostico. Solo difundo información amparado en la libertad de expresión y el derecho a la información.

Omelette de banana y nueces con pan de masa madre con aceite de coco y dulce de frutillas casero para arrancar el día.

   "Los cambios deben ser graduales"

   De a poco. "Los cambios cuanto más graduales sean más fácil podremos sostenerlos en el tiempo. Si no, es como cuando decimos “El lunes empiezo la dieta”. Al privarte de tantas cosas juntas, el impulso te dura dos o tres días y después no lo podés sostener", dijo.

  Sorpresas. Casanova recomendó leer las etiquetas de los productos y buscar información sobre los ingredientes que no conocemos. "A veces uno se lleva sorpresas", añadió.

   Su formación. Se tituló como Coach Nutricional por un curso universitario dependiente de la Universidad Antonio de Nebrija, en Madrid y finalizó estudios de Alimentación y Ayurveda en el Instituto Universitario del Gran Rosario en convenio con la Gujarat Ayurved University de Jamnagar (India).

   Autodidacta. Tiene una formación autodidacta, que se inició con la enseñanzas del Maestro Aruna Nath Giri y lo aprendido en sus seminarios de Yoga, en los cuales se abordan aspectos de la nutrición. Es un ávido lector de publicaciones científicas.

   Guía práctica. Su primer libro, editado en 2015, describe distintos tipos de alimentos, por capítulo, con sus propiedades y formas de prepararlos. Hay recetas y algo de teoría, con cita de las fuentes. Instagram: arielcasanovacoach. Facebook/Alimentación Adaptativa Natural.