Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La Escuela Nº 2, con su nuevo y penoso acceso principal

Frente al tradicional edificio de Vieytes 51 se montó un cerramiento metálico para tareas de mantenimiento, aunque sin un estudio técnico que permita evaluar la posible afectación.
 

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   El cerco sigue avanzando y el magnífico edificio de la Escuela Nº 2 (Vieytes 51) va quedando definitivamente oculto. 

   La estructura metálica y el cerramiento de chapa es parte de la nueva geografía de la cuadra, reemplazando a la fachada neoclásica construida en 1928 con el pomposo nombre de Escuela Centanario (luego modificado al de Gobernador Valentín Vergara) y materializando un nuevo “pórtico” de ingreso.

   El cerco y su pantalla dan testimonio de la completa falta de cuidado y mantenimiento que ha tenido este edificio, declarado bien patrimonial local y monumento histórico de rango provincial y nacional. 

   La malla preventiva se está montando para mantener alejado a los peatones, a fin de evitar que sean afectados por un posible desprendimiento de revoque o de ornamentos, por el mal estado del inmueble.

   Esa obra, financiada por la provincia, se comenzó en los primeros días de enero, tiene un plazo de ejecución de 75 días, un costo de 800 mil pesos y se extenderá tanto por el frente como por los laterales de Moreno y la avenida Colón.

   Lo llamativo de la intervención es que no existe un estudio técnico que haya considerado la negativa afectación del frente, tampoco acerca de la inversión necesaria para su reparación, la posibilidad de una intervención menos drástica o un plan de tareas que permita dar carácter efímero al cerco. 

   Por el contrario. Es de suponer que se mantendrá por mucho tiempo, hasta que de alguna manera se vuelva imperceptible o que la costumbre haga olvidar la maravilla que esconde.