Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Una historia de vida: los trabajadores de la empresa Ollearis

Con un enorme compromiso del Sindicato de Personal de Industrias Químicas Petroquímicas y Afines de Bahía Blanca, 25 familias pudieron mantener su fuente de trabajo. "Ser solidario no es una consigna vacía, es una línea de trabajo", sostuvo el secretario general Julio Leguizamón.

Una lucha por mantener las fuentes de trabajo, que marcó a fuego a muchos trabajadores y  hoy nos permite reflexionar sobre temas vigentes.
Guillermo Vallejos, delegado en ese momento de Ollearis S.A y hoy de Masa PRFV Ollearis recordó una historia de vida que incluyó el sacrificio, el esfuerzo y la tenacidad de 25 familias que junto a su organización, defendieron su fuente de trabajo.
"Dos años antes de que se llegara al límite, la empresa, aduciendo distintos problemas y en la mayoría de los casos sin ninguna explicación, dejó de pagar en término y comenzó a dejar trabajos pendientes hasta que en determinado momento abandonó a su suerte a todos los trabajadores, a los afiliados y a los administrativos. Llegado al punto de dejar la llave y como planteó el supervisor, en ese momento: 'aquí están las llaves cuando se decidan dejar la planta cierren'”', abrió.
Y siguió: "Nos reunimos con la empresa y ya no teníamos más dudas, Ollearis S.A se cerraba. Se nos heló la sangre".
Vallejos sabía que el sindicato los respaladaría.
"Si bien esto nos daba ánimo y fuerza, no nos aseguraba que pudiéramos darle de comer a nuestros hijos. Algunos con muchos años en la empresa y un oficio que no parecía tener destino. Otros con menos años de experiencia, pero todos, sin saber cómo alimentar a nuestros hijos, pagar las cuentas y seguir adelante. Sabíamos que si no dábamos pelea perdíamos seguro", señaló.
El delegado contó que "primero cortaron la cobertura social, desprotegiendo a nuestras familias, luego los aportes. La planta ya tenía los servicios cortados y muchos trabajos pendientes". 
"Ese lunes llegamos y las puertas estaban cerradas, esperamos hasta las 8 y los administrativos no venían. Entendimos que se precipitaba todo", recordó.
"Llamamos al sindicato y juntos nos dispusimos a no dejar la planta, hacer guardias por turnos para que la empresa no sea vaciada de maquinarias. Ya teníamos varias quincenas sin que la empresa se haga cargo y los problemas de los compañeros se multiplicaban a cada minuto", agregó.
Vallejos detalló que junto a  un escribano se certificó el cierre por parte de la empresa y permanecieron en la planta. La intención era lograr una audiencia en Ministerio de Trabajo para que la empresa respondiera.
"No cobrábamos ni quincena, ni aportes, ni cargas. Fue determinante que los trabajadores garanticemos el cuidado del lugar, las herramientas, las máquinas porque solo nosotros lo podíamos hacer", aseguró.
"Lo hacíamos con turnos rotativos y de noche era muy duro, con intentos de desalojo sin orden de ningún juez, ejerciendo el derecho de resguardar nuestro futuro. Algunos compañeros dudaron y en eso se apoyaron para querer dividirnos. No lo lograron, por que el sindicato nos cuidó, garantizó la unidad, los alimentos, el agua y el gas que en la empresa estaban cortados. Realizó un fondo para ayudar a las familias a sostener semejante esfuerzo que se estiraba en el tiempo", sostuvo.
Con argumentos sólidos, se luchó  frente a las recurrentes amenazas de represión y, finalmente, un supervisor -sin respuestas de la empresa- se quebró y entregó la llave.
Fueron semanas largas de presiones, cansancio, pero rodeados de solidaridad de los trabajadores de las distintas plantas del polo y con el sindicato a la cabeza.
"Organizamos una importante movilización de todos los trabajadores afiliados al sindicato, a las puertas del Parque Industrial y luego fuimos a la esperada audiencia en el Ministerio de Trabajo", dijo. 
La ausencia de la apoderada y el abogado en la audiencia hizo prever un conflicto de muy largo alcance. Luego, el abogado renunció y el abandono fue total.
"El sindicato abrió una serie de conversaciones con empresas vinculadas a las tareas que realizábamos y tuvimos una pequeña luz de esperanza", mencionó.
Esta situación afectó de manera directa a todos los afiliados químicos y petroquímicos y, sobretodo, a las 25 familias de Ollearis.
Vallejos tomó como valiosas las palabras de Julio Leguizamón sobre el significado del sindicato: "es compañerismo, defendernos unos a otros con todos sus derechos, siendo compañeros de trabajo y de lucha también", sostuvo.
"Fuimos víctimas de la feroz voracidad de estas empresas, que acumulan grandes ganancias con nuestro trabajo y especulan con la situación económica. También Julio nos planteó en ese momento: 'Hablan de crisis pero es la que ellos mismos generan y son parte de los que ganan siempre. Ganan con la devaluación y ganan con la inflación. Los trabajadores para ellos somos una variable de ajuste para que paguemos sus crisis'”, detalló.
"Desde ya estamos junto a nuestros compañeros y trabajamos para que no pierdan sus puestos de trabajo. Apelaremos a todas las herramientas de lucha que estén a nuestro alcance", dijo, en su momento, el jefe sindical.
 
Trabajadores adentro
Tras muchas idas y vueltas se logró que una empresa local y de capitales nacionales tome el control y garantice la estabilidad con las mismas condiciones salariales y laborales para los trabajadores.
"Esto habla por sí mismo de nuestro compromiso con las fuentes de trabajo, con nuestra ciudad y la región, cuestión que fue puesta en duda, por quienes fueron voceros de capitales extranjeros a quienes poco les importó la suerte de 25 familias y quienes manejaron esta situación a 12 mil kilómetros, de manera telefónica, no respetando nuestra legislación, instancias administrativas y valiéndose de personajes que mediáticamente salieron a defender este vaciamiento", sostuvo Vallejos.
 
El acuerdo
El gerente general de Masa llevó adelante la reunión en la que se logró el traspaso, con las mismas condiciones que tenían los trabajadores y sin perder ningún puesto. A partir de esto, los empleados fueron informados formalmente del acuerdo.
"Esto nos llenó de orgullo, a todos los trabajadores químicos y petroquímicos por sostener con la lucha, el apoyo y la solidaridad la fuente de trabajo de estos 25 compañeros", expresó Leguizamón.
"Cuando ganamos las calles en defensa de estos compañeros y sus familias muchos nos salieron a criticar, unos por ser ruidosos o por el paro en el Parque Industrial, siempre es igual cuando los trabajadores, luego de agotar todas las instancias a través del diálogo, tomamos acciones amparadas por la constitución a los efectos de garantizar las condiciones de nuestros representados", agregó. 
Y apuntó: "los que lucran con el trabajo precario, con las prebendas y subsidios, con el manoseo de los trabajadores siempre a favor de los que tienen más poder,  han sacado solicitadas para acusar a nuestro sindicato de no defender la fuente de trabajo, acusándonos de 'vandalismo', y cuando se demostró que todas sus acusaciones eran falsas, hicieron silencio".
"El triunfo de 25 compañeros y sus familias tuvo a este sindicato y a todos sus trabajadores como principales protagonistas. Demostramos ser capaces de responder con seriedad y firmeza frente a problemas grandes como los que vivimos", cerró.
La empresa Masa de capitales nacionales, terminó comprando completamente Ollearis, abrió las puertas, pagó toda la deuda que tenía con la gente, obra social, ART y demás. 
"Pasamos de tener una empresa extrajera cerrada con la gente afuera que se fue del país, a tener estas condiciones", culminó Vallejos.
 
Compañerismo y solidaridad
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Ollearis S.A. es un grupo de empresas con sede central en Barcelona (España). Contaba con tres fábricas en España, dos en Marruecos, una en Brasil y la restante en Argentina -Bahía Blanca- que desde 1.998 viene desarrollando actividades, ubicadas en el Parque Industrial de Bahía Blanca.
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¿Qué hace?. Diseño, fabricación, montaje e inspección de cañerías, tanques y equipos especiales, para la industria Química, Petroquímica y de Servicios. 
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La empresa Masa, de capitales nacionales, terminó comprando completamente Ollearis, abrió las puertas, pagó toda la deuda que tenía con la gente, obra social, ART y demás.
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"Levantamos la bandera del compañerismo y la solidaridad que nos llevan al éxito en la mayoría de las luchas emprendidas y deseamos que todos los habitantes de nuestra ciudad,  se contagien con estos principios, para no solo comprender a los trabajadores organizados, sino también beneficiarse con los resultados de sus propias luchas", dijo Vallejos.
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"Si ganan los trabajadores de Ollearis, ganamos todos”, había dicho, en su momento, el Secretario General del sindicato, Julio Leguizamón. Y así fue...