Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Se fue el guanaco

por Mario Minervino

Hace 46 años, en febrero de 1972, fue retirada de su ubicación la figura del guanaco que remataba el edificio que ocupaba la firma Juan y José Drysdale, en la esquina de San Martín y Brandsen de nuestra ciudad.
Fundada en 1886, Drysdale y Cía abrió la sucursal local en 1906, “con todo el confort y un espléndido surtido” desplegado en 3.200 metros cuadrados, con un frente de 80 metros sobre San Martín y de 40 sobre Brandsen. 
La puerta de ingreso se ubicaba en la esquina, y estaba coronada por un guanaco realizado en cemento, “muy bien trabajado como proporciones y como actitud”, emblema de una de las marcas comercializada por la casa.
Su salón exposición daba cuenta del avance de la ciencia en los albores del siglo XX. En él podían verse el molino de viento marca Guanaco, la guadañadora Champion, las sembradoras Dowagiac y los tractores Twin City. A ellos se sumaban segadoras, sulkies, artículos de ferretería y construcción, máquinas de coser, molinillos de café, finísimos escritorios norteamericanos, fraguas, lavatorios “deslumbrantes de blancura” y faroles. Ocho empleados, debidamente uniformados, atendían a la numerosa clientela que cada día llegaba de la ciudad y de la región.
La casa Drysdale, famosa además por sus ventajosos y accesibles créditos para la gente de campo, cerró sus puertas a fines de los 60, junto con otras empresas emblemáticas, como Agar Cross y Massey-Harris.
Aquel guanaco, testigo de tanto movimiento ciudadano desde la esquina que luego ocupó la firma Ignisci, fue cuidadosamente retirado al demolerse el histórico edificio y transportado a una vivienda de Monte Hermoso. 
“De la pampa al océano...”, decía parte del epígrafe que, en el año 1972, acompañó en este diario la foto que reflejó esa acción.