Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Drogas: la utilización de “soldaditos” también llegó a Coronel Suárez

Lo declararon policías en una causa por la que una mujer fue condenada a 4 años y medio de cárcel.

Foto: Archivo LN.

   A fines de 2016 una investigación judicial reveló que algunos chicos eran utilizados como “soldaditos” por el presunto líder de una organización dedicada a la comercialización de drogas, con la tarea de vigilar diferentes puntos de venta en el sector del barrio Noroeste.
   La realidad marcaba un panorama preocupante respecto del narcotráfico en nuestra ciudad, aunque en las últimas horas se conoció que la utilización de jóvenes para custodiar los sitios dedicados al comercio ilegal de sustancias o alertar sobre la presencia de extraños también se constató en Coronel Suárez.
   Así lo declararon dos policías en el marco de la causa por la que Claudia Vanesa Graff fue condenada a cuatro años y medio de cárcel.
   La mujer, quien está detenida en la Unidad 52 de Azul, fue sentenciada en un juicio abreviado por el magistrado del Tribunal en lo Criminal Nº 1, Hugo Adrián De Rosa.
   Para el juez se acreditó que la madrugada del 3 de noviembre de 2016, personal del Comando de Prevención Rural suarense interceptó un Peugeot 206 en avenida Casey y Junín, en el que se movilizaba la imputada y otras dos personas.
   Los efectivos hallaron en poder de Graff, ocultos entre sus ropas, tres trozos compactos de marihuana por un peso de 503, 1 gramos.
   Ese mismo día, en horas de la tarde, al allanar la propiedad de la procesada, ubicada en Harriot al 700, los policías incautaron tres plantas de Cannabis Sativa en la terraza y dos envoltorios de marihuana que totalizaban dos gramos.
   Por otra parte, se probó que entre el 14 de marzo de 2016 y el día de los procedimientos, Graff comercializó estupefacientes en su domicilio.
   En la instrucción testificaron efectivos policiales que realizaron tareas de vigilancia encubierta durante varios meses, describiendo haber advertido maniobras compatibles con la venta de drogas.
   Señalaron la presencia de personas que llegaban al lugar en vehículos o caminando, ingresaban a la vivienda y poco después se retiraban.
   Uno de ellos explicó que comenzaron a investigar tras tomar conocimiento sobre la supuesta actividad ilegal en el lugar.
   Indicó que en una de las ocasiones observó “una gran cantidad de jóvenes sentados sobre el paredón que divide la finca con la vereda, que actúan como `vigilantes´ para anunciar de algún desconocido que no sea del barrio”.
   Una oficial también describió haber detectado la presencia de los “soldaditos”.
   Explicó que al estacionar su auto estas personas comenzaron a silbar “comunicando que había un vehículo que no era del lugar”, por lo que tuvo que alejarse unos metros para realizar su tarea investigativa.
   La situación fue advertida en una tercera oportunidad por el primero de los policías, indicando que los individuos rodeaban la casa en forma permanente “haciendo vigilancia”.
   En tanto, el 13 de mayo de 2016, uniformados interceptaron un rodado conducido por un adolescente, el que poco antes había estado en el inmueble de Graff.
   En poder del joven incautaron dos cigarrillos de marihuana.
   El padre del chico declaró y mencionó que éste le confesó habérselos comprado a la imputada.
   Finalmente, con todos estos elementos aportados a la causa, el juez decidió condenar a la imputada.