Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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“Hay que jugar cada partido como si fuera el último”, dijo "Pancho" Jasen

Hernán sumó 300 juegos en la Liga Nacional, en la derrota de Bahía Basket ante Estudiantes de Concordia.

Por Ricardo Sbrana / rsbrana@lanueva.com

   Así como Manu Ginóbili despertó una admiración global por su vigencia, compromiso y entrega en la NBA a los 40 años, en nuestro país Hernán Jasen despertó un sentimiento similar en la Liga Nacional.

   En las buenas están todos, pero hay que ver cómo se compromete Pancho puntualmente en las malas.

   Ante un error redobla la apuesta: se esfuerza en defensa para recuperar y correr de contraataque, anotar o pasar.

   También asiste, rebotea, mete triples que deciden partidos, tira algún lujo cada tanto.

   No tiene miedo de pedir cambio si se siente agotado al entrenador. Que ayer fue su compañero de equipo. O de hacerle frente a algún yanqui enojado.

   En otras palabras, a los 39 (cumplirá 40 el próximo 4 de febrero),  juega y contagia como si fuera el propietario del equipo.

   El viernes, en Concordia, Pancho cumplió 300 partidos en la Liga Nacional.

   Su debut fue el 6 de octubre de 1995, con la camiseta de Andino (La Rioja), frente a Pico Football.

   Es un ejemplo para los jóvenes y por eso el capitán de Bahía es muy didáctico para analizar.

   Como en el caso de la derrota ante Estudiantes de Concordia.

   El resultado (81-69) dejó a todo el equipo con un sabor amargo, porque se dilapidó con un mal partido un buen momento de crecimiento colectivo (racha de +5).

   "Más allá de los detalles técnicos -dijo Jasen-, se perdió porque faltó esa mentalidad de salir a jugar desde el minuto uno un partido duro. Ellos arrancaron más fuerte y a nosotros nos costó mucho entrar en juego. Es lo que debemos mejorar y lo que más me da bronca. Porque si te ganan y vos jugás bien y das lo máximo, mentalmente no pasa nada. Pero hubo momentos en que no fuimos competitivos".

   —Aparte, Estudiantes les abrió la puerta en algunos momentos en que cayó en mesetas de juego y, a diferencia de lo ocurrido frente a Argentino, no lo aprovecharon.

   -Al principio los dos cometimos muchos errores y ninguno supo sacar provecho. Ellos más que nosotros, porque tuvimos muchísimos problemas de desconcentración en defensa, en ataque…

   —¿En cuánto les afectó el parate de 10 minutos por el desperfecto del reloj de 24, a un minuto y medio de iniciado el partido, cuando la concentración y el foco del jugador están a pleno?

   -No, nada. No hay excusa. Al momento de jugar, por más que vos sepas que tenés una racha positiva no hay que tomarse ninguna licencia. Hay que jugar cada partidos como si fuera el último. Y estirar los buenos momentos lo más posible, con la mentalidad y la necesidad de quien viene con tres partidos perdidos. Siempre estar en alerta y focalizándose. Pero no hablo del físico, hablo de la cabeza.

   —Que fue la llave del triunfo en Junín.

   -Sí, competir, competir... Esta vez lo hicimos, por momentos, en el segundo tiempo. Nos acercamos más, pero creo que hay que mirarlo desde el primer tiempo para no repetir estas situaciones.

   —¿Estudiantes los llevó al sector de su conveniencia para impedirles correr?

   -Jugaron a lo que esperábamos. Mucho juego interior. Sabíamos que sufriríamos porque son jugadores muy interiores, tanto Riveros como Doblas. Pero nos faltó fluidez para pasarnos más la pelota en ataque, como para castigar el que sean grandes pero pesados. Nos costó mucho anotar.

   —Ante Estudiantes oficialmente llegaste a los 300 partidos jugados en Liga Nacional. Y así como en las redes se maravillan con lo que le pasa a Manu con 40 años en la NBA, acá celebran tu vigencia en la Liga a los 39.

   —Es un número más. Obviamente que me gusta porque habla de que a esta edad uno se puede permitir jugar tantos partidos en la liga argentina, que no es donde más jugué como sí en España. Suma mucho. Me siento feliz porque me gusta competir y estar. Ojalá pueda jugar más partidos, porque estoy bien y contento. Pero hubiera sido mejor en una victoria.
Seguramente, no pasará mucho para que Jasen pueda festejar. La próxima oportunidad será el viernes...