Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Davis: tras el descenso, los replanteos

La derrota en la serie por la Permanencia frente a Kasajistán golpeó muy fuerte, más allá de las estadísticas.

De la alegría a la decepción y del sueño a la pesadilla. Así, de manera tan rotunda, cambió el panorama del equipo argentino de la Copa Davis en apenas diez meses.

El objetivo de consagrarse campeón por el que se bregó durante mucho tiempo quedó patentado para siempre, pero forma parte de la historia. Hoy, la realidad es otra. Obliga a replanteos para recuperar una imagen que se desvaneció demasiado pronto.

La derrota en la serie por la Permanencia frente a Kasajistán golpeó muy fuerte, más allá de las estadísticas. Nadie supo aprovechar el impulso y el contagio que generó el título de 2016 obtenido en Zagreb.

Francia en 1997 y Suecia en 1999 habían sido los únicos campeones de la Davis en descender de categoría una temporada después de ganar la prestigiosa Ensaladera de Plata. Con la caída en Astaná, Argentina se une a ese doloroso registro.

Luego de 17 años, tres finales (2006, 2008 y 2011) y una conquista inolvidable, el punto de partida para intentar el retorno a élite internacional será a partir de la Zona Americana desde abril de 2018.

En esa instancia jugó por última vez en 2001 cuando “barrió” sucesivamente a México, en Mendoza, y Canadá, en Córdoba, para posteriormente conseguir la clasificación al Grupo Mundial al superar 5-0 a Belarús, también en La Docta. El capitán era Franco Davin y la formación estuvo integrada por Gastón Gaudio, Guillermo Cañas, Luis Lobo y Franco Squillari.

La campaña de 2017, que ya empezó mal en febrero ante Italia en el Parque Sarmiento de Buenos Aires, estuvo plagada de deserciones. Juan Martín Del Potro, Leonardo Mayer y Federico Delbonis no acudieron a convocatorias cruciales para las aspiraciones albicelestes y apenas el bahiense Guido Pella se mantuvo en el conjunto para apuntalar las decisiones del capitán Daniel Orsanic. Esta vez no alcanzó con el buen presente del “Peque” Diego Schwartzman para “salvar la ropa”.

La falta de compromiso y el ego que persigue a varios protagonistas del tenis argentino desencadenaron un descenso casi anunciado, pese a la gloria reciente y al potencial con el que cuenta nuestro país en esta disciplina.

La reconstrucción deberá comenzar fuera de la cancha. Con un trabajo que apunte a la motivación de los jugadores para evitar respuestas negativas, tratar de aunar esfuerzos y colaborar con la estrategia del entrenador de turno.

Es de esperar que solo se trate de un paso en falso que permita reflexionar sobre los errores cometidos y conduzca a una rápida reacción dirigencial y deportiva.