Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Mary García: en la cima de la alegría

¿Cuál es la clave de la locutora que cautiva desde hace 13 años a la audiencia de FM Ciudad, 94.7?. "Nunca busqué lo que me pasa”, dijo.

   Anahí González
   agonzalez@lanueva.com

   Mary García abre el micrófono de FM Ciudad. Pregunta. “Primera cita: sonríe con cara de ganador y tiene una espinaca en el diente ¿Qué hacés? ¿Se lo decís?”.

   Ella se lo diría. Sin dudas. “Flaco, tenés algo acá”. Y pasaría a otro tema. No anda con vueltas. Y sus oyentes lo saben. Es su plus. Relata con humor -y hasta haciendo uso del detalle bizarro- esas cosas que nos pasan a todos, ridículas, tragicómicas y que, a veces, hasta nos avergüenza contar. 

   Conquista desde la simplicidad de quien habla sin caretas y  se dirige a miles de caras invisibles como si las tuviera enfrente, en un bar. No cuesta imaginar que mientras lo hace, sonríe.

   Invita al juego, a la alegría, canta. Presenta de forma ocurrente los hits de los artistas del momento y de los que sonaron antes.

   Así, desde hace 13 años, cuando todavía no sabía que había llegado para quedarse.

   Se siente bendecida, una elegida. 

   Un desafío

   “El desafío es hacer lo mismo todos los días de un modo diferente, y me encanta”, dice Mary García con una sonrisa que nunca la abandona.
   Desde hace 13 años, lidera el aire de FM Ciudad, en el horario en que se encuentre. Primero fue con Ciudad Elige, al que convirtió en un clásico de la tarde y ahora con Se despierta la Ciudad, de 9 a 13. 
   Locutora Nacional de Radio y Televisión egresada del Instituto Superior Juan XXIII y actual estudiante de Relaciones Humanas a distancia tiene el don de hacer liviano aún lo más pesado. Y sus oyentes y seguidores se lo agradecen todo el tiempo: en vivo, en los llamados, por las redes sociales, en los comercios -donde muchas veces la reconocen- y hasta en los eventos que conduce.   
  “Nunca busqué lo que me pasa. No busqué ser famosa. Hago lo que me gusta y me divierte. Soy una agradecida de la vida”.

   -¿A quién le habla Mary García?
   -No tengo un perfil definido, les hablo a todos.  La radio se escucha tanto en un consultorio como en un taxi o en un colectivo. Trato de exponer situaciones que nos involucran a unos y a otros. Todos tenemos cosas en común.

   -¿Y cuáles son los temas que más pegan?
   -En general, todo lo que sea guerra de hormonas: hombres vs mujeres, y también lo que la gente no se anima a decir y que espera que otro pique para poder decirlo. Es la lógica del “¡ah, si ella lo contó, yo también lo cuento!”. Esas cosas que a veces no sabés cómo decir y por la radio te animás.

   -¿Qué es lo más lindo de hacer radio en FM Ciudad? 
   -Lo más lindo es ver lo que provocás en el otro. Me pasa que hay gente que cuando me reconoce me pide una selfie o me dice feliz: ¡Te escucho desde que arrancaste! Ver que lo que hice naturalmente sirvió para algo me hace muy feliz.

   -Todos tenemos algún día horrible ¿Cómo manejás esos días la salida al aire?
   -Es increíble pero no me cuesta. Es terapia para mí hacer radio. Ni siquiera me programo para dejar el problema afuera. Se me pasa solo. Sucede naturalmente. ¡La paso tan bien haciendo lo que hago! Vos contenés muchas veces al oyente al cuando le pasa algo y eso se da también al revés. Cuando te dicen: “¡Hola Mary, qué bueno que estés ahí!”, ya te levanta un montón. Es automático. Abro el micrófono y soy feliz.

   -¿Cuándo te vas feliz a tu casa sintiendo que hiciste un buen trabajo?
   -Todos los días, dando más o menos. Termina el programa, marca la una de la tarde con el tema de despedida y yo tengo una satisfacción tan grande de saber que le robé una sonrisa a alguien o que le levanté el ánimo. A veces decís la frase indicada y le cambiás el día a una persona. Contaste mucho de lo que le pasa al otro y también le pasa a uno y, en algún punto, como siempre digo, nos encontramos. Me voy muy feliz a mi casa, siempre. 

   -Los oyentes se divierten con vos ¿A vos que te divierte?
   -Me divierte reírme de mi misma, de mis defectos, de esas anécdotas con mis amigos que sigo disfrutando cada vez que las cuento aunque las haya contado 70 veces. Me divierte el chiste tonto, ese que surge cuando tenés el mismo código con alguien, cuando hablás el mismo idioma.

    -Hoy, con las redes sociales, la imagen de la locutora dejó de ser un misterio ¿eso suma o resta?
   -Las redes sociales suman un montón. Los que me siguen saben cómo es Mary García. Se rompe el mito de que tener una linda voz no va de la mano con tener una buena imagen. Te ayuda, te conecta de otra manera cuando te ven y te conocen. Igual creo que no hay que perder la magia de la radio. Resguardo mi intimidad para mantener un personaje que, en definitiva, no es tan personaje porque lo que se escucha es lo que soy.

   -Una voz hermosa, buena onda, ahora también te ven por Instagram y Facebook ¿Los oyentes se tiran lances? 
   -Te pasa. La radio tiene magia, tiene su encanto, tal vez la simpatía o ser tan extrovertida hace que algunos se hagan la cabeza, pero también forma parte de la magia. Es un juego que hay que saber jugar. He tenido que borrar algún que otro comentario. Se juega mucho con el “qué hermosa sos” o “qué linda estás”. Hay que saber cuál es el límite y también tenés que hacerte cargo de lo que vos estás posteando para que el otro te lo devuelva.

    -¿Cuánto importa tener una buena imagen?
   -Importa. El que diga que no, miente. Cuidarte es esencial. No soy una obse, pero me gusta verme bien, suma, te levanta la autoestima y es bueno mirarte al espejo y sentir que te gusta lo que ves. Voy al gimnasio todos los días, cuando encuentro el hueco, y me cuido en las comidas.

   -¿Cuál es el desafío de Mary García en FM Ciudad?
   -El desafío de un formato hitero es hacer lo mismo de una manera distinta todos los días. Es una FM en la que se habla más pero tenés que tener cuidado. Si no encantás con lo que hablás, te cambian. Hoy es muy difícil hacer radio, encontrar el punto justo para encantar sin fastidiar. Antes el target arrancaba a los 15. Hoy nuestro público es de 20 a 60 años. 

   -Muchos años de locución ¿debés cuidar tu voz de algún modo especial?
   -Sí. Fumé un tiempo y lo dejé a conciencia pensando en que quería vivir de esto y debía cuidar las cuerdas vocales. Noté una gran diferencia. Es tremendo. También hago ejercicios vocales que aprendí en la carrera. ¡La gente me mira cuando los hago en el semáforo! Te descontractura un montón. Y más si te lvantaste con el tiempo justo.

   -En tu casa ¿apagás la radio?
   -¡No! Llego a casa y sigo escuchando música y radio. Hay que estar atento a la tendencias. Creo que hay un mercado para todos pero no hay que quedarse atrás. No soy de escuchar a las radios que son tendencia, sino a la gente que es tendencia. No escucho la 100, sino a Santiago del Moro, porque hace la diferencia. Escucho qué hace, no para copiarlo, para estar atenta.

   -¿Cuál es el mejor momento del programa?
   -Es cuando, a medida que voy hablando, me van cayendo Whatsapp. Las personas hacen una pared increíble. Es también cuando me dicen “repetí lo que dijiste” y no fue algo pensado, sino espontáneo. Cuando nos reímos todos juntos, ese es el mejor momento. Es todo disfrutable, desde que arranca hasta que termina. Esas horas pasan volando. Más pasan los años, más disfruto. No me aburro. Es un ida y vuelta constante, pura magia. Y tener magia sin forzarlo, para mí, es una bendición. Soy una mujer feliz y plena. 

   -¿Cómo proyectás tu vida profesional?
   -Nunca busqué lo que me pasó. No dije: quiero ser famosa. Me sucede. A veces entro a un lugar, a un comercio, y me preguntan: ¿Vos sos Mary García? Todavía no puedo creerlo. Soy una bendecida. Ser una misma haciendo lo que te gusta es una bendición. Ni siquiera puedo creer estar dando esta nota.

   Sus inicios. Cuando FM Ciudad aún era FM2, escuchó a una locutora y pensó: “Algún día yo voy a trabajar en esta radio”. Le gustaba mucho la música que pasaban. Un día la llamaron de FM Ciudad y le dijeron que quedaba para una suplencia. “¡Era el sueño del pibe estar acá pero dije que no! Si era para mí me iban a volver a llamar”, confió. Y así fue. “En todos los lugares en los que trabajé tuve experiencias divinas, aprendí un montón y tuve un crecimiento constante y siento que hoy también sigo creciendo”, dijo.

   Un furcio. "El peor fue en mis comienzos ¡el día uno! Imaginate los nervios: transpiración en las manos, agitada, histérica. En la FM tenés tandas musicales. Si se termina una tanda tenés que cargar otra para que no te quede el famoso bache. No sé si no me lo explicaron o no lo escuché pero ¡se me acabó la música al aire! Y no sabía qué hacer. Estuve hablando dos minutos de corrido, tapando el bache hasta que en un momento dije: ¡Si alguien puede venir a ayudarme porque no sé qué tengo que tocar!. Así es Mary García. 

   Jugamos con Mary García

   Tatuajes. Dos mariposas, una en el hombro derecho y otra en la panza. "Me encantan las mariposas y las libélulas, me provoca placer verlas, me encantan sus colores, sus vidas".

   Cuenta pendiente. Estudiar Psicología. Quise empezar pero no me dieron los tiempos. Hoy estudio a distancia Recursos Humanos. Creo que aporta y suma y me gusta acompañar al otro y hacerle bien siendo yo misma. 
 
   Una virtud. El optimismo, a veces en exceso. Trato de ver siempre el vaso medio lleno, hasta para las cosas más difíciles.

   Un defecto. Demasiado impulsiva. A veces actúo por acto reflejo, para lo que quiero y para lo que no me gusta y eso me juega un poco en contra.

   Un sueño. uno de mis sueños era estar donde estoy o hacer lo que hago. Sería un sueño cumplido. Otro es desde vivir en una casa en el mar, recorrer el mundo hasta poder tener un consultorio para ayudar gente desde el lugar en el que yo trabajo.

   Una comida. Polenta y unas buenas milanesas con papas fritas.

   En una fiesta. Me sentaría con Steven Tyler, Crhis Martin, Ricky Martin, Luis Fonsi. Sería una mesa grande ¡Más de doce, seguro!

   Un lugar. Todo lo que tenga playa.

   Qué no falta en tu heladera. Algo dulce. 

   Política. No me interesa la política, no la entiendo y no me gusta. Sí estoy atenta a lo que pasa. Leo, me informo, pero solo para no quedar afuera. 

   Un disfraz. De Gatúbela, pero no una hot, una con algún detalle raro que no tenga que ver con el traje. 

   Una frase que repitas. ¡Buena vida! La digo todo el tiempo. Es mi lema. Pasa por nosotros ver como queremos llevar adelante lo bueno y lo malo que nos pasa. Pasa por ser conscientes que en el día a día somos nosotros los responsables de construir una buena vida más allá de lo malo que nos pase que no esté en nuestros planes.

   Te fastidia... La mala onda y el pesimismo. El hacer todo el tiempo lo mismo, el aburrimiento y la cara seria.

   Te hace feliz... Mi gente, mi trabajo, animarme a más y ver feliz a la gente que tengo cerca y también ver que desde mi lugar puedo robar una sonrtisa a alguien.

  Sus elegidas

   Un lento para la reconciliación. Depende lo que le gusta al otro para darle en la yugular.. Si no le gustan los latinos y le ponés un Fonsi. Pondría un Aerosmith, que no falla. No tiene una generación determinada.

   Un clásico que no morirá jamás. Quítame la Respiración, de Berlín o Lo que tomas, de Aerosmith. 

   Una para el pogo. Todas las de Los Piojos y La Renga.

   Una para correr la mesa. Los temas bizarros de antes que nunca mueren y Los Pugliese, con Dale, vieja, dale.

   Una para un casamiento. She, de Costello, lloran todos.

   Una para mostrarse en el boliche. Reggaeton, lo bailes bien o mal te van a mirar porque estás mostrando. Todo lo que te haga mover de la cintura para abajo, garpa. David Ghetta, si es un evento.

   Un hit debe....
   * Ser pegadizo hasta fastidiar. De esos temas que se te meten en la cabeza y uno termina cantando en la ducha. A veces va de la mano de un artista conocido que hace que se convierta más rápido en hit pero no siempre.