Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Felipe Pigna: "Hay una manera ridícula de transmitir la historia en la educación"

El historiador cuestionó la manera en la que se le enseña a los chicos y habló de Mariano Moreno, protagonista de su último libro.
Fotos: lanueva.com y gentileza OSDE

Mauro Decker Díaz / mdeckerdiaz@lanueva.com

   Felipe Pigna reflexiona sentado en un sillón de un hotel céntrico y asegura que "hay una manera ridícula de transmitir la historia en la educación".

   El historiador llega a esa conclusión tras ser interrogado por La Nueva. sobre posibles injusticias que se comenten en la escuela con Mariano Moreno y con otros símbolos históricos de la Argentina.

   Pero la mención de Moreno no es casual, Pigna visitó esta semana Bahía Blanca para presentar su último libro: "Mariano Moreno, la vida por la patria", en una charla en el Teatro Municipal que organizó la Fundación OSDE y la segunda que da el historiador este año.

   "Creo que la forma de transmisión de la historia es injusta con Moreno", indica el director del Centro de Difusión de la Historia Argentina de la Universidad Nacional de General San Martín.

   "Tiene mucho que ver con los programas educativos y con una forma arcaica de enseñar", comienza a explicar y agrega que "la educación te deja en claro que es una persona que se murió y que ya forma parte del pasado".

   La queja de Pigna apunta a que los personajes históricos se presentan de forma tal que no se sabe "por qué lo estudiamos" más que nada porque "no tienen nada que ver con nosotros".

   "En ese contexto y en esa ridícula manera de plantear la historia, ¿qué sentido tiene estudiar a Moreno si ese Moreno no nos dice nada?", se pregunta y cuestiona el autor de más de una decena de libros sobre la historia argentina y latinoamericana.

   "Lo que se enseña no tiene nada que ver con nuestro presente y menos con un chico en particular. A un niño ¿qué le dice? No le dice nada si no le explicás que tiene mucho para decir y que va a seguir diciendo mucho", asegura y ejemplifica que "le tenés que explicar que hay una continuidad histórica del país de 1810 con el país actual".

   Sin embargo, el historiador no cree que sea solo culpa de la forma de enseñar (o la forma de llegar a los chicos) sino también "tiene que ver con una selección de qué quiere el poder que se sepa o que se recuerde".

   "En este momento de gran amnesia fomentada y aceptada por gran parte de la población es importante ver cómo se plantea el modelo educativo", dice y afirma que es "arcaico", pero que "los docentes no tienen la responsabilidad de ese modelo".

   "Es un modelo que viene muy mal administrado desde hace mucho, un modelo en lo que menos importa es que el niño sea formador de su realidad y que sea proactivo en la búsqueda de conocimientos", lamentó.

   Al ser consultado sobre posibles ejemplos, Pigna apuntó a eliminar las diferencias entre alumnos y docentes porque la capacidad de acceder a información muchas veces está más a favor de los chicos que de los adultos.

   "¿Cuántas veces un docente le pide a un alumno que lo ayude con algo de su celular? Esa es, por ejemplo, una herramienta muy válida para demostrar que entre todos nos podemos enseñar", manifiesta quien da charlas en escuelas primarias y secundarias donde "los chicos muestran interés real si se sabe cómo llegar a ellos".

   El historiador también pide que los contenidos y las formas de enseñar sean aptas a los intereses de los chicos que viven el mundo digital actual "donde reciben información al instante de lo que les gusta" y que además ellos mismos generan contenidos con "mucha producción" para que "les guste a los demás".

   "Lo que la educación está haciendo es ignorar a quién se dirige", acusó y volvió a relacionarlo con Moreno: "Él eso lo tenía clarísimo. No pedía que lo lean, pedía que lo comprendan, que no se pierdan lo que estaba pasando".

   "Ese hombre que murió hace 206 años era muy moderno, su periódico era muy moderno, que no usaba para su exaltación personal o para lucirse individualmente sino como un instrumento de la revolución."

   La referencia es para la Gazeta de Buenos Ayres, que se comenzó editar en junio de 1810 propulsado por Moreno y que contó con la colaboración de Manuel Alberti, Manuel Belgrano y Juan José Castelli, entre otros.

   "Era un periódico que se leía en voz alta en los cuarteles, que no se conformaba con la publicación", indica Pigna en referencia al alto nivel de analfabetismo de aquella época y en contraposición de sí entender a qué público se quiere llegar.

   "Además tenía un modelo de periodismo absolutamente moderno, que buscaba el control de los recursos del Estado y del gasto público para que todos conocieran qué pasaba con el dinero", explicó.

   "Se nota también una especie de desesperación en Moreno y en Belgrano por llegar a la gente cuando este último dice 'tenemos ideas fantásticas, pero nunca llegarán al verdadero destinatario en tanto que la gente no comprenda o pueda estudiar'."

   Según Pigna, ese interés por llegar a la población de manera efectiva y buscar educarla es distinto al planteo que tenían los intelectuales iluministas del siglo anterior, que si llegaban o no a la gente con sus pensamientos era un problema de la gente.

   "Mariano Moreno nos puede aportar mucho. Su pensamiento está vigente y de alguna manera sigue incomodando con lo que planteaba", resalta sobre el protagonista de la última biografía que escribió, que en cierta manera es parte de una "trilogía" con: La voz del gran jefe - José de San Martín (2014) y Manuel Belgrano. El hombre del Bicentenario (2016).

   "Tuvo un pensamiento muy disruptivo, muy inclusivo, muy de pensar en el otro, muy empático", explica centrándose en el prócer y agrega que siempre tuvo presente la problemática indígena, la problemática de la mujer, el problema de la infancia y el de la educación pública, como refirió antes.

   "Junto con Manuel Belgrano podemos decir que son casi las primeras personas que los plantean", señala.

   "Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía", cita textual Pigna el prólogo de El contrato social de Jean-Jacques Rousseau escrito por Moreno.

   Sobre Moreno como hombre, Pigna dice que es un "tipo tremendamente romántico, más allá de que estamos en una historia preromántica", que arranca más de una década después de su muerte en 1811.

   "Es una persona que vive muy intensamente su amor y muy intensamente su pasión revolucionaria. También tuvo un amor muy intenso con su mujer, María Guadalupe Cuenca, que se advierte en las dramáticas cartas que ella le escribe sin saber que estaba muerto."

   Cuenca le escribió 14 cartas a Moreno donde lo denomina siempre como "dueño de mi corazón" o "mi amado Moreno", en una época donde la mujer no podía expresar libremente sus sentimientos, señala Pigna.

   "En esa correspondencia se nota que reclama algo que tuvo, un amor muy especial, un compañero que la amaba mucho y que la entendía. Era un amor muy particular y muy moderno".

   Pigna no se privó de dar su opinión sobre qué personaje es el "mejor" para aquellos que quieran tener un primer encuentro con la historia más allá de lo aprendido en la escuela: "San Martín".

   "Durante años se trató de inculcar la vida militar de José de San Martín, pero su vida es mucho más rica y es un personaje del que siempre se puede aprender algo", concluyó el autor de una biografía sobre el Libertador.