Mosquera: “Ingeniero White tendría que ser el Puerto Madero de Bahía”​​​​​​​

Redacción de La Nueva.

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Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   Hace poco más de un mes, el nuevo presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, Miguel Donadío, se reunió con representantes de diferentes sectores de Inteniero White y se comprometió a trabajar en conjunto con la Municipalidad para que el crecimiento de la localidad se vea emparejado al de la zona portuaria.

   Sobre el desfasaje que –no se sabe bien cuándo comenzó– se dio entre un puerto siempre protagonista en el plano nacional y una localidad según muchos abandonada; y las oportunidades de que el mismo se revierta, opinó el presidente de la sociedad de fomento y cultura de Ingeniero White, Juan Mosquera.

   “Durante años el crecimiento económico que tuvieron el puerto y el polo petroquímico ha sido importante pero no se sintió en la economía whitense. Los ingresos, los recursos económicos los deben haber aprovechado municipio, provincia y nación, pero en White no se vio reflejado”, analizó Mosquera. 

   “Esto empezó a revertirse con la llegada del ingeniero (Pablo) Pussetto al Consorcio de Gestión, con él se puso en marcha una serie de obras como la iluminación del Saladero, del paraje El Guanaco –eran muy necesarias por cuestiones de seguridad–, y se hizo mucho en asfalto y cordones cuneta, una de las primeras promesas de su mandato”, agregó.

   Respecto de las principales deudas en obras de infraestructura, Mosquera señaló el “vergonzoso estado” de la avenida Santiago Dasso, uno de los principales accesos a Ingeniero White por cuya remodelación se viene pidiendo hace años para evitar las congestiones que se suelen dar en horas pico.

   Sobre el cambio en la presidencia del CGPBB, luego de haber encontrado en Pussetto un dirigente que había puesto en marcha obras relegadas por mucho tiempo, Mosquera señaló que ya tuvo la posibilidad de reunirse con Miguel Donadío –asumió hace 47 días–, a quien conoce hace muchos años, y destacó que “nos dijo que su idea es sostener esta línea de mejoras en la localidad que se estaban realizando con Pussetto. Seguramente Donadío tendrá su propia impronta, pero lo importante es mantener los proyectos para 2018 y 2019”, explicó el fomentista.

   “Siempre dijimos que Ingeniero White, dada la capacidad económica del puerto, la termoeléctrica, el polo petroquímico y el parque industrial, tendría que ser el Puerto Madero de Bahía Blanca. Sin embargo, uno viene a la localidad y a veces da pena. Si bien se han mejorado anfiteatros, plazoletas o el empedrado de Guillermo Torres, siguen faltando cosas como incentivar la actividad comercial, que tiene muchos locales cerrados, o la reactivación del hermoso castillo de Ferrowhite, que sería de gran atractivo turístico y comercial”, lamentó Mosquera.

   Por último, a la hora de hablar de deseos y prioridades de la localidad para 2018, Mosquera dijo que a raíz de un censo realizado hace pocos años se determinó que White tiene un alto porcentaje de desempleo, “por lo que le hemos planteado al intendente que reclame que, en la medida de lo posible, cuando haga falta mano de obra para trabajos en el puerto, polo o parque industrial, la prioridad la tenga el trabajador whitense”.

   “La ayuda del Polo podría ser más grande aún”

   1. Mosquera (foto) opinó que “las empresas del polo colaboran, pero no en la medida en que deberían hacerlo. Si bien es cierto que todas las entidades intermedias vamos a pedirles favores, considerando lo que recaudan, deberían ayudar más”.

   2. ”Sin ir más lejos, el presupuesto participativo que salió hace poco es una donación a White y sus barrios por $1.500.000, que por supuesto son más que bienvenidos, pero también sabemos que a Olimpo o Bahía Basket les dan 6 veces más plata, algo que nos parece injusto”.

   3. “Desde la sociedad de fomento debemos decir que Profertil ha colaborado en todo momento y es la única hoy por hoy que nos da una mano en la Fiesta Nacional del Camarón y el Langostino, ya que las demás nos han dejado de apoyar”. 

   4. “Yo viví la época del ‘pique’, cuando estaba la fruta, la Junta Nacional de Granos y un buen momento del ferrocarril. El puerto siempre se manejó puertas adentro, por lo que toda la actividad que había fue mutando año tras año hasta convertirse hoy en un ámbito casi privado donde el público tiene muy pocos espacios para disfrutar. Si bien somos una ciudad industrial y hay que adaptarse, no hay que olvidarse de la gente y de darle una buena calidad de vida”.