Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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Violencia de género: “cada vez hay menos tolerancia al maltrato”

 La especialista Cristina Oroño dijo que en la actualidad el tiempo que transcurre hasta que la mujer denuncia los hechos es más corto. Muchas veces la cuestión psicológica o social les impide alejarse del agresor.

 

Fotos: Archivo y Pablo Presti-LN.

Por Pablo Andrés Pascual/ppascual@lanueva.com

   Muchas mujeres que son víctimas de violencia de género se encuentran “presas” de un microclima familiar o de una realidad que no les permite apartarse o imprimir un nuevo rumbo a su vida.
   Cuestiones psicológicas, económicas y un maltrato que llega a ser naturalizado a través del tiempo, constituyen muros que les cuesta sortear.
   Recientemente el abogado penalista Julio Torrada, especialista en el tema, sostuvo que “7 de cada 10 mujeres que son víctimas de la violencia ejercida por varones violentos, en sus distintas formas, no realiza la denuncia”.
   En otros casos, en los que la justicia ha actuado, las víctimas llegan a declarar en favor de sus agresores o hasta solicitar el levantamiento de medidas restrictivas.
   La psicóloga y magíster en Ciencias de la Familia, Cristina Oroño, explicó esta situación y el contexto en el que se origina.
   “Se entiende desde el vínculo traumático que se va consolidando a través de muchos años de violencia, donde se produce una situación de confusión y fusión entre el amor y el daño. Esto se ha estudiado y se denomina como el ‘síndrome de Estocolmo doméstico’ o ‘síndrome de indefensión aprendida’”.
   “Tiene que ver con el hecho de estar permanentemente confundida, abrumada y muchas veces con estados depresivos. Estos son algunos signos y síntomas físicos y psicológicos que van configurando el perfil de una mujer víctima”, siguió diciendo.
   También aclaró que “hay cuestiones en el medio de todo esto que a veces tienen que ver con la falta de vivienda, de recursos materiales, de un trabajo o la presencia de niñas o niños pequeños. Todo eso configura una situación social que provoca que muchas veces la mujer no se pueda ir o tenga que volver”.


   De todas maneras, Oroño, quien recientemente brindó una charla en nuestra ciudad organizada por el departamento de Derecho de la UNS, comentó que la estadística demuestra que se ha acortado el tiempo que tarda una mujer que es víctima de violencia en exponer lo que le sucede.
   “Históricamente había una cronicidad de 10 años hasta que la víctima denunciaba o se visibilizaba la situación. Ahora es de entre 1 y 5 años. Esto nos da la pauta que cada vez hay menos tolerancia al maltrato”.
   Consideró también que el Estado le tiene que proporcionar a esa mujer las condiciones necesarias para poder sostenerse una vez que decidió irse.
   “Debería haber subsidios para que pueda alquilar o dejar ese lugar, además de cursos de capacitación y oficios para que tenga herramientas y poder conseguir trabajo”.
   Del mismo modo, describió que resulta vital que también puedan tener acceso a un patrocinio legal gratuito durante el proceso.
   “Eso muchas veces implica un costo que la mujer no puede solventar. Esta es una problemática que tiene muchísimas aristas”.
   Pese a esto, destacó que en nuestra ciudad “hay dispositivos que están trabajando y una red de atención para mujeres en situación de violencia”.
   Oroño afirmó que la sociedad ha comenzado a comprender la problemática.
   “A nivel social se van dando cambios muy lentamente, aunque no con la velocidad que necesita una víctima. Se requiere más sensibilización de las autoridades, de los que gestionan”.
   Agregó que “necesitamos que los hombres se involucren más, porque son parte del problema y queremos que también sean parte de la solución. Hay que trabajar con los jóvenes en la prevención, que puedan interpelarse y problematizar la manera de ejercer la masculinidad”.


   Finalmente, la profesional indicó que una mujer que es víctima de violencia de género “está viviendo una situación que no es merecida”.
   “Tiene que entender que no es ella el problema, sino quien ejerce la violencia. Que lo que está viviendo no es normal y tiene derecho a vivir dignamente y sin ser maltratada”, finalizó.

Mayor cantidad de denuncias

   Panorama. Oroño describió que “en la actualidad las mujeres hacen un mayor ejercicio de su autonomía y cada vez tienen más información. Esto ante una masculinidad hegemónica, que no admite la diferencia, genera violencia. Se siente amenazada y utiliza la violencia como una forma de disciplinamiento. Esto hace que se incrementen las denuncias”.

   Sensibilidad. “Necesitamos un poder judicial sensible al género, que tenga capacitación y entienda qué le pasa a la mujer”, siguió diciendo.
Alertas. Agregó que existe una serie de indicadores que “son como predictores y alertan sobre la aparición de determinadas conductas o escenarios. Uno muy concreto es cuando la mujer tienen miedo y lo percibe. Ese es el primer indicador de que está en riesgo”.

   Momentos. La psicóloga señaló que hay situaciones que resultan críticas para una mujer que sufre violencia. “Una de ellas es cuando decide separarse y se lo comunica al agresor. Otra es cuando realiza la primera denuncia o al violento se le imponen medidas de restricción. Esos son momentos en los cuales la mujer queda en una posición de riesgo muy alto”, afirmó.