Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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A los 50 años “Pelusa” sabrá por fin cómo es vivir en libertad

 La elefanta fue traída al Zoo de La Plata en 1968 desde Hamburgo. Será trasladada a un santuario en Brasil.

   “Pelusa” vivió medio siglo en el predio que está en el corazón del Bosque de la capital bonaerense, pero su salud se deterioró casi en coincidencia con el derrumbe de las condiciones edilicias y de infraestructura del jardín de animales. Sus veterinarios le detectaron una enfermedad crónica, pododermatitis, en sus patas traseras. 
   “La enfermedad que tiene Pelusa es frecuente en elefantes asiáticos de su edad, que han vivido siempre en cautiverio sobre un sustrato inadecuado y sin posibilidad de caminar grandes distancias”, explicó el Jefe Veterinario del Zoológico local, Juan José Diorio.
   En principio “no hay que olvidarse que los elefantes son animales nómadas y caminan muchos kilómetros por día”, comenta el biólogo del Zoológico Horacio Trotta al señalar el hecho de que “Pelusa” vive en un recinto de 900 metros cuadrados, lo que obliga a sus cuidadores (Gabriel, Hernán y Micaela) a crearle estímulos para hacerla caminar. La forma en que lo logran es distribuyendo por todo su ambiente los cerca de 90 kilos de frutas, hortalizas, alimento balanceado y forraje que come todos los días. 
   Aunque la suya es una especie gregaria, “Pelusa” ha pasado casi toda su vida en soledad. El hecho de que su única compañía, la elefanta “Kendy”, muriera en 1969 al año de su arribo a La Plata, y las dimensiones de su hábitat no fueran suficientes para incorporar un macho, ha llevado a que con los años ella adoptara “a los sucesivos cuidadores como miembros de su manada”, cuenta Trotta al señalar que la fama de memoriosos que tienen los elefantes no es una exageración.
   “Cuando algunos de sus cuidadores de la infancia vuelve a verla, ella los reconoce de inmediato. Es algo evidente porque cambia de actitud: enrosca la trompa, agita las orejas, da vueltas como hacen los perros y en algunos casos, cuando la excitación es muy grande, llega incluso a barritar”, comenta el biólogo.
   El lugar al cual prevén trasladar a “Pelusa” es el primer santuario de elefantes de Latinoamérica. Se llama ‘Global Sanctuary for Elephants’ y se encuentra en Brasil. Su misión es “proteger, rescatar y proporcionar un ambiente natural para elefantes en cautiverio”.
   Por eso el experto internacional indio Rinku Gohain recomendó que se refuerce la alimentación y musculatura de “Pelusa”, antes de trasladarla al santuario de elefantes en Brasil.
Gohain es director general, fundador y veterinario principal de la Fundación Airavat para la Conservación de la Vida Silvestre y se sumó al equipo de trabajo del intendente de La Plata, Julio Garro, para analizar durante dos semanas el estado de salud y el comportamiento de la elefanta. El especialista propuso en ese informe recomendaciones para modificar la dieta de la elefanta, para incorporarle hidratos de carbono, fibras (nueva combinación de pastura natural) y sustancias que mejoran la asimilación de los alimentos.
   Sus cuidadores realizarán doble turno para incentivar su alimentación y movimiento.
   Ya se obtuvieron los permisos para el traslado del animal al santuario de Brasil, y por recomendación del especialista indio se introducirá en su hábitat el box de traslado.
   Durante los últimos dos años el municipio avanzó con los tratamientos médicos y de manejo de la elefanta y proyectó un nuevo recinto más espacioso y equipado.
   Su nuevo hábitat cuenta con un recorrido para que pueda caminar por más de un kilómetro por vuelta, una red que impide el acceso de palomas, un sistema de calefacción y un suelo tapizado con caucho para que pueda descansar las patas.