Absuelto por un crimen en Bahía, lo condenan por transporte de droga

   Erwin Hardy Fernández Valenzuela estuvo detenido dos años y medio por el asesinato de Claudia Daiana Méndez (17) en nuestra ciudad. Llegó a juicio y las pruebas no alcanzaron. Lo liberaron. 

   La madre de la chica, Cecilia Cofré, esperaba un resultado así porque entendía que no había certeza absoluta. Sin embargo, con el correr de los años le surgieron dudas y hoy cree que el hombre "le daba marihuana a mi hija para que vendiera; una amiga de ella me dijo que tenían contacto en los boliches".

   El principio de Derecho "non bis in idem", previsto en el Pacto de San José de Costa Rica y con rango constitucional, impide someter a juicio por los mismos hechos a un procesado absuelto con sentencia firme. Es decir que Fernández Valenzuela no podrá ser juzgado de vuelta por el crimen, pero a la madre de Daiana nadie le saca la incertidumbre: "Hace 14 años que vivo con la incógnita de que a mi hija la mataron y no sé quién ni por qué".

   Ahora surge un dato que le puede dar cierto sostén a la sospecha del comercio de drogas como eje del asesinato. En los últimos días, Fernández Valenzuela fue condenado a 5 años de prisión por transportar 14,5 kilos de marihuana desde Bahía hacia el sur.

   El hombre, de 42 años y con último domicilio en Nueva Provincia 1159 de nuestro medio, fue declarado reincidente (tiene antecedentes por distintos robos e incluso en libertad asistida volvió a delinquir) y hoy está detenido en la Unidad N° 5 del Servicio Penitenciario Federal, en General Roca.

Autor confeso

   En el juicio en Comodoro Rivadavia confesó su autoría. Dijo que lo hizo por necesidad (antes vendía ropa), que es padre de 3 hijos y que su esposa está embarazada. "No es lo que quiero para mí, estoy arrepentido y pido perdón", afirmó.

Sebastián Rodríguez, quien manejaba el Peugeot 207 -en cuyo baúl la policía encontró los 15 panes de marihuana (suficiente para 29 mil porros), durante un operativo en el paraje Arroyo Verde (ruta 3), el 9 de agosto de 2015- también recibió 5 años de prisión. La novia de Rodríguez, acompañante, fue sobreseida.

   Para el tribunal chubutense, la droga era movilizada desde Bahía hacia la Patagonia y quedó claro que Fernández Valenzuela "no fue ajeno al hecho".

"Ninguna circunstancia alegó para justificar qué estaba haciendo. Por qué se movilizaba hacia el sur. Su única manifestación fue aludir a una necesidad económica como justificación pero que de ninguna manera explicó y menos se acreditó”, se dijo en el fallo.

Un homicidio impune

   El 9 de diciembre de 2008, Fernández Valenzuela fue absuelto por el crimen de Daiana. El resonante hecho, hoy, sigue impune.

   Para los jueces Claudia Fortunatti, María Errea de Watkins y Guillermo Mércuri, del Tribunal en lo Criminal Nº 2, no se sumaron elementos incriminatorios en su contra. 

   Solo se probó que la adolescente fue estrangulada con posterioridad a las 13.30 del viernes 21 de noviembre de 2003, mediante la presunta utilización de un cinturón náutico azul, que apareció en su cuello cuando se encontró el cadáver, el 7 de diciembre siguiente, en un descampado a la vera de las vías del ferrocarril, a la altura de la calle Méjico.

   Un testigo de identidad reservada dijo haber presenciado una discusión entre la chica y el acusado, por una cuestión de drogas, aunque otros testigos lo desmintieron.

   Fernández Valenzuela tenía un cinturón como el que apareció en el cuello de Daiana, pero se comprobó que algunos compañeros de vivienda intercambiaban ropa y hasta el entonces novio de la chica, Cristian Lillo, dijo tener uno similar y que la joven tenía otro, que supuestamente llevaba puesto la última vez que fue vista con vida.

"Él mintió"

 Cecilia Cofré, la madre de Daiana, no le cree a Fernández Valenzuela.  Y tampoco al exnovio de Daiana.

   "Él (por el hombre juzgado) mintió y también mintió Lillo", aseguró en las últimas horas, cuando supo por La Nueva. de la condena en Comodoro Rivadavia.

   "Valenzuela venía de Chile y desaparecía un tiempo. Creo que él le daba a mi hija para que vendiera porros. Tenía contacto con Daiana en los boliches y en la (exvilla) Quilmes. Siempre me quedaron sospechas", advirtió.

   Cofré recordó que en el juicio "se dijo que Valenzuela era punga, que no se dedicaba a las drogas, pero ahora lo condenaron por ese tema".

   "Hace 14 años que vivo con la incógnita de que a mi hija la mataron y no sé quién ni por qué", sentenció.