Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Paso a paso, cuáles son las etapas de la creación de un parque eólico en Bahía Blanca y Villarino

Desde el puerto local, los componentes ya están transportándose a Corti y La Castellana, pero previamente se dieron muchos pasos para preparar su llegada. Un especialista en energías renovables explica cuáles son y en qué consisten.

   Hace aproximadamente un año que los bahienses y la gente de la zona venimos escuchando que nuestros paisajes cambiarán, que el sudoeste de la provincia de Buenos Aires será parte de la revolución de las energías renovables, y que muchos puestos de trabajo se crearán gracias a la instalación de los parques eólicos.

   A un mes del arribo de los primeros buques al puerto local, esta semana la novedad fue que, por partes, los aerogeneradores comenzaron a ser trasladados desde Ingeniero White hasta los dos primeros parques de la zona: Corti, en el partido de Bahía Blanca, y La Castellana, en el partido de Villarino.

   Pero para llegar a este punto -aunque resta mucho para la puesta en marcha-, en que la realidad de gigantes de 100 metros generando electricidad está cada vez más cerca, primero hubo que atravesar muchas etapas, algunas de las cuales escapan al conocimiento del público por no tratarse del principal artista del espectáculo, aunque no por eso sean menos importantes.

   Para conocer acerca de todas las etapas -previas y futuras- que hacen a la construcción de un parque eólico, “La Nueva.” dialogó con el titular de la Agencia de Energías Renovables de Villarino, Javier Reyes.

   “A la hora de proyectar un parque eólico, la primera etapa es la localización del  predio donde se emplazará, es decir encontrar un terreno, campo o superficie cercano a una línea de transporte eléctrico y que además tenga buenos vientos. Una vez que se define la localización, se acuerda con el propietario del campo y se empieza a desarrollar el proyecto, estudiando las redes eléctricas, midiendo vientos y realizando estudios de impacto ambiental”, explicó Reyes.

   En cuanto al impacto ambiental, explicó el licenciado, cuando se trata de un proyecto financiado por organismos multilaterales y con garantías del Banco Mundial, los requisitos son más exhaustivos.

   “Se hace un estudio de aves, de suelo, de patrimonio cultural, de plantas, de insectos, y por ejemplo se mira que no se trate de un territorio de pueblos aborígenes. En Corti, al estar a la vera de la ruta 51, no hay problemas con que sea territorio aborigen, pero si el proyecto se piensa para Bariloche, tenés que prestar mayor atención. En el caso de La Castellana nos pidieron que pusiéramos especial atención en la presencia de murciélagos, para no afectar su ecosistema, obviamente, y nos costó encontrar especialistas en la materia, algo esperable ya que todo lo que esté asociado a la instalación de energías renovables será nuevo para nosotros en Argentina”, analizó Reyes.

   Luego, una vez que se gana la licitación -en este caso del plan RenovAr-, la empresa oferente tiene 180 días para presentar toda la documentación que aseguró tener al presentarse, como avales de empresas constructoras, estudios antes mencionados y demás, y se procede a la firma del contrato. Luego de la firma del contrato se procede a obtener permisos y a acordar con las líneas de transporte de electricidad, además de publicar en los diarios el comienzo de las obras, requisito indispensable.

   “En parques eólicos el plazo de obra que se firma suele ser de 600 días, para cubrirse en caso de imprevistos, pero suelen terminar antes. De hecho, La Castellana, que se espera esté operativo en mayo de 2018, finalizaría las obras en menos de 500, algo que conviene a todas las partes”, explicó el titular de la Agencia de Villarino.

   A continuación, se determina la localización de cada uno de los molinos (29) dentro del parque y el diseño de funcionamiento del parque, por ejemplo dónde se ubicará la caseta de operaciones de la obra y cuáles serán los camiones por los que circularán camionetas, grúas y máquinas. Luego se construyen las bases de los molinos, se rellenan y a continuación, como está sucediendo ahora, comienza el traslado de los componentes del puerto al campo y llega el tecnólogo -Nordex Acciona- para la supervisión. El responsable de la electromecánica comienza a trabajar en la conexión entre los molinos y desde el parque hasta la estación transformadora, que en este caso será de 21 km entre La Castellana y Los Chañares, con un zanjeo de 19 kilómetros.

   Finalmente, según la decisión de cada tecnólogo, los molinos comienzan a armarse o bien una vez llegados al campo, o bien meses después, una vez que llegan los componentes de todos y las obras electromecánicas fueron terminadas y testeadas. “En La Castellana se empezarán a izar dentro de unos meses, para no correr riesgos innecesarios. Se van montando uno por uno -mientras otro equipo prepara las bases del siguiente- con una grúa de 138 metros que también llega por partes”, finalizó Reyes.