Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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La presión fiscal de las provincias subió un 78% más que la economía

El dato surge de la correlación del incremento de la recaudación respecto del PBI. Lo elaboró el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (IEEyNI-SRA).
La presión fiscal de las provincias subió un 78% más que la economía. Con el campo. La Nueva. Bahía Blanca

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

De acuerdo con un informe elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (IEEyNI-SRA), la presión impositiva de las provincias argentinas aumentó un 78% más que la economía.

Se ha analizado el segmento entre los años 2002 y 2016.

El dato surge la correlación del incremento de la recaudación respecto del PBI y fue presentado en el informe Radiografía de la presión tributaria de las provincias.

En el informe se analizan —en forma minuciosa— todos los tributos provinciales.

Entre los que más subieron se encuentra Ingresos Brutos (IIBB), que tuvo una variación del 131% en el período analizado.

De esta manera, alcanzó su nivel más alto de presión tributaria, desde que se creó.Consecuentemente, hoy IIBB es el tercer impuesto en recaudación: representa el 4% del PBI cuando, en 2002, era menos de la mitad (1,7%).

Sólo es superado por dos tributos nacionales: IVA, que es el 7,1% del PBI, y Ganancias, que representa el 5,4%.

En el trabajo también surge que, en los últimos 15 años, se vivió una importante expansión de este impuesto, a raíz de reformas escalonadas que determinaron que, hoy, Ingresos Brutos tenga una participación del 75% en la recaudación de las provincias, cuando en el año 2002, lo hacía en un 58%.

“Entre las medidas provinciales que llevaron a este crecimiento están la quita de exenciones a las actividades primarias, el aumento de las alícuotas, las alícuotas diferenciales por facturación y por radicación, que terminaron en la creación de Aduanas Internas”, explicó Ezequiel de Freijo, analista del IEEyNI y autor del informe.

“Este es un tributo altamente distorsivo, y su elevado aumento de la presión fiscal está generando fuertes pérdidas de eficiencia sobre la actividad económica”, dijo.

“Tiene efecto cascada; por eso, en el caso de la carne, puede llegar a representar entre el 7 y el 11% del valor final del producto, según la provincia que se analice”, agregó De Freijo.

Si bien en algunas provincias la actividad agropecuaria está exenta del pago de Ingresos Brutos, el productor termina absorbiendo ese impuesto cada vez que compra insumos, contrata servicios de flete o realiza cualquier otra transacción.

Como no puede transferir a sus precios el costo de este impuesto, en algunas provincias la incidencia de Ingresos Brutos en la producción agropecuaria termina siendo mayor que el promedio de impacto en el resto de los sectores de la economía.

Inmobiliaria y sellos

Del estudio también surgió que, en términos generales, entre 2002 y 2016 decreció el impuesto a la propiedad inmobiliaria.

Pero este promedio esconde el importante crecimiento que tuvo el impuesto inmobiliario rural, en especial en las provincias de Buenos Aires, de Córdoba, de Santa Fe y de Entre Ríos.

En estas cuatro jurisdicciones, el tributo aumentó el doble que el total del inmobiliario rural y urbano de las 19 provincias restantes.

Con una variación del 137%, el impuesto a los sellos fue el tributo provincial que más aumentó, también entre los años 2002 y 2016.

Sin embargo, su incidencia es mucho más baja que la que tiene Ingresos Brutos. Representaba el 7% de la recaudación de las provincias y, hoy, equivale al 9%.