Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Florencia Albanesi: “Cantar logró rescatarme de días muy difíciles”

Periodista y cantante, asegura que, está en constante aprendizaje. Y que nada le alegra más que el público que va a escucharla en cada presentación se vaya feliz de su espectáculo.
Florencia Albanesi: “Cantar logró rescatarme de días muy difíciles”. Domingo. La Nueva. Bahía Blanca

“La magia, la verdadera magia, aparece cuando hacemos lo que queremos, lo que amamos”.

Lo dice, convencida y sonriente, Florencia Albanesi, la periodista que canta o la cantante que “periodistea”, según ella misma se define con el humor que la caracteriza.

Casi tan afianzada en el escenario como en el móvil de LU2, asegura que cuando el show está por comenzar, no hay lugar para las sombras. “Todo se vuelve brillo”, advierte, con su maquillaje perfecto. Entonces se coloca el sombrero y se vuelca a su pasión.

“En mi casa siempre se escuchó música y todos cantábamos. Mi papá Nedo, un pediatra muy querido que se fue a los 48 años, cantaba folklore y tocaba la guitarra. Pero también se disfrazaba en las cenas de los congresos imitando a Tita Merello”, recuerda.

“Cómo no voy a cantar, entonces, Se dice de mí”, reflexiona esta típica leonina: histriónica, extrovertida, que se ríe fuerte, se disfraza y hace payasadas. Porque, a decir verdad, Florencia jamás pasa inadvertida. Y así también era de chiquita. “Después de comer me subía a un banquito cerca de la parrilla y cantaba en inglés. Mi familia fue mi primer público. También cantaba en la escuela, en coros. No zafaba: lo mío era la locución o el canto”, evoca.

Hoy, el rol de su profesora de canto Mónica Odoux es fundamental. “Otra vez, el trabajo y el canto se mezclaron. Un día de calor esperaba con el móvil que saliera un preso de la DDI. Pedí agua en la casa de al lado, donde casualmente había un cartel que promocionaba clases de canto y piano. Pregunté quién las dictaba y era la misma mujer que me facilitaba el baño y el agua en la espera”, relata. Hoy hace más de 10 años que la “aguanta”, busca las mejores pistas y sugiere temas.

Sin dudas, asegura que el hecho de ser “conocida” la ayudó, y mucho. “Lo que cambió es que muchos se enteraron de que existía un show donde yo cantaba. Antes la gente en la calle me comentaba sobre noticias. Ahora me pide que cante algo”, diferencia.

“Me da mucha alegría que la gente me llame Flor, solo Flor, como si me conociera de toda la vida. Siento que me nombran como si fuera de la familia, hay una relación de confianza, de familiaridad. Y también me pone contenta que los oyentes me identifiquen con una onda positiva, con la risa”, señala.

“De amor y de humor”.

El show que ofrece Flor es una especie de paseo por las circunstancias divertidas y no tanto por las que atraviesan las mujeres. “Lo bueno es que los hombres se divierten igual. Siempre bromeo que no es un espectáculo feminista, que más bien lo tomen como un consejo para que nos entiendan mejor”, relata. Así, desfilan milongas de amarretes que suelen dejar pagando a la mujer; los que dejan a la esposa por "otra", los mugrientos, la “gordita” abandonada porque no puede adelgazar; la empleada doméstica de Tita Merello con sombrero y delantal. El espectáculo tiene temas que a esta altura representan “caballitos de batalla”, asegura. “Se dice de mí" es una autobiografía rapeada en tango "¡Se han dicho tantas cosas de mí!", ejemplifica.