Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Para no estar tan solo

Un servicio de ayuda telefónica atendido por 60 adultos mayores y destinado a sus pares, que se inició en 2003, en sólo dos años cuadriplicó los llamados y ahora es utilizado también por mujeres, desocupados, y hasta jóvenes. El Acompañamiento Telefónico a Mayores (ATM) nació hace cinco años en Córdoba a partir de un grupo de adultos que hacían cursos en el Centro de Promoción del Adulto Mayor (CEPRAM), en el marco de un programa articulado con la Universidad de Psicología local.

 BUENOS AIRES (Télam) -- Un servicio de ayuda telefónica atendido por 60 adultos mayores y destinado a sus pares, que se inició en 2003, en sólo dos años cuadriplicó los llamados y ahora es utilizado también por mujeres, desocupados, y hasta jóvenes.


 El Acompañamiento Telefónico a Mayores (ATM) nació hace cinco años en Córdoba a partir de un grupo de adultos que hacían cursos en el Centro de Promoción del Adulto Mayor (CEPRAM), en el marco de un programa articulado con la Universidad de Psicología local.


 Una voluntaria del servicio, de 80 años, contó que, en una oportunidad, ayudaron "a soportar la angustia de una señora durante las horas que duró la operación de su marido. Lo hicimos entre tres operadores. Ella llamó después muy agradecida".


 La mujer, que trabaja en el ATM desde hace cinco años, evocó otro episodio, cuando "una señora empezó llorando y la charla terminó las dos "riendo sin parar".


 "No puedo explicar lo que esa charla significó para mí. Yo también aprendo de la gente", explicó.


 El servicio "cuenta hoy con 60 adultos mayores que atienden --tres horas por turno--, llamados provenientes de todo el país", precisó Blanca Córdoba, del CEPRAM, coordinado por Andrés Urrutia, doctor en psicología y docente de la cátedra Adultez y Senectud.


 Desde 2005, el servicio pasó a tener la línea gratuita 0800-333-0304, con alcance nacional y empezó a recibir llamados de mucha gente que necesita hablar, consultar algo o calmar su angustia, sea o no "un viejo".


 "Fue como abrir un dique que estaba contenido. El caudal de llamadas se cuadruplicó y comenzaron a ingresar jóvenes, desocupados, pensionados y mujeres de todas las edades", dijo Córdoba.


 "La demanda mas fuerte de los viejos tiene que ver con que los hijos no los van a ver tanto como ellos quisieran. Ante esta postura, nosotros les preguntamos qué hacen de su vida hoy y pensamos alternativas con ellos", dijo la operadora.


 El servicio (ATM) nació con la idea de prevenir la depresión en adultos mayores, originada y acentuada por la soledad, la pérdida de vínculos, el aislamiento y la marginación.


 "También por las angustias propias del ciclo vital que atraviesan los adultos mayores y para acompañarlos en momentos de soledad. Creemos que el servicio captó finalmente a todos los que tienen restringida la palabra", sostuvo Córdoba.


 Según la vocero de CEPRAM, "el proyecto cumple una doble finalidad: ayudar a adultos mayores a través del acompañamiento de pares, y ofrecer una vía de integración y reconocimiento social a personas mayores cuya experiencia de vida y sabiduría se tornarían en su principal activo.


 La primera promoción de voluntarios se formó en 2003 y desde entonces hay una cada año, cuyos integrantes son supervisados por un psicólogo, mediante dos líneas telefónicas 800.


 La "Fono Ayuda" fue finalista del ciclo 2006-2007 del concurso "Experiencias en Innovación Social" organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Ellas discan más




 De acuerdo a las estadísticas que recopilan los propios voluntarios, 7 de cada 10 llamados los hacen mujeres, en gran parte de sectores pobres, mientras que más de la mitad son jubilados o amas de casa.

¿Por qué llaman?




 Las razones para comunicarse son, en primer lugar, la soledad, que motiva la cuarta parte de las llamadas, y luego el sentirse sin ánimo o deprimidos.
"No obstante, a mí me llamó una señora desde Santa Cruz. Estaba bien y sólo deseaba hablar con alguien que viviera en otra zona del país", comentó una voluntaria.