La Nueva http://https://www.lanueva.com La Nueva RSS Fri, 19 Apr 2024 06:11:42 GMT Fri, 19 Apr 2024 06:11:42 GMT Diario La Nueva Provincia SRL La Nueva http://blogs.law.harvard.edu/tech/rss ¿Los jóvenes ante una epidemia? https://www.lanueva.com/nota/2024-4-14-5-0-55-los-jovenes-ante-una-epidemia Opinión 2024-4-14-5-0-55-los-jovenes-ante-una-epidemia Celebro cuando un libro es atrapante, máxime si lo que plantea habilita líneas de reflexión e invita a pensar a futuro.

Jonathan Haidt es psicólogo social y docente en la Universidad de Nueva York. Participa en la asociación sin fines de lucro “Heterodox Academy” en la que se reúnen más de 2300 profesionales para ampliar la mirada académica y científica en las universidades. Es considerado por distinta revistas de renombre como uno de los pensadores más influyentes del mundo. Si bien es autor de varios artículos científicos y varios libros, su última obra tiene gran repercusión.

El autor se caracteriza por abordar temáticas incómodas o al menos incómodas para ciertos sectores, su última publicación logra nuevamente el cometido. Titulado “La generación ansiosa. Por qué las redes sociales están causando una epidemia de enfermedades mentales entre nuestros jóvenes”, plantea las causas de lo que él considera el colapso psicológico en niños y adolescentes.

Haidt menciona que la salud mental de esta franja etaria “se derrumba” desde 2010, especialmente en los países desarrollados y la cantidad de jóvenes diagnosticados con depresión, ansiedad y otros trastornos psicológicos va en aumento.

Según el psicólogo social asistimos a una emergencia de salud púbica que afecta a adolescentes y jóvenes, pues quienes transitaban la pubertad entre 2009 y 2010 desarrollaron una autopercepción en medio de cambios culturales y especialmente tecnológicos de gran magnitud. La consecuencia es el crecimiento y desarrollo en un mundo virtual con relaciones virtuales.

Asevera que, si bien los adultos sobreprotegen a estas generaciones, los dejan librados al alzar en el mundo virtual y en total desamparo. El libro ofrece medidas no solo para padres y docentes, sino que también establece lineamientos para los organismos de gobierno y las empresas tecnológicas.

Sin embargo, un artículo publicado en “Nature” se pronuncia respecto y plantea el interrogante respecto de si las redes sociales están siendo la causa de una epidemia o de enfermedades mentales en los adolescentes. Candice Odgers, autora del artículo, afirma que el libro es algo aterrador, ya que con solo asegurar que las nuevas tecnologías estarían reconfigurando los cerebros de los niños a tal punto de causar una epidemia de enfermedades mentales, es alarmante.

Como sucede con tantos temas y con tantos intereses, al parecer hay grieta. Para Haidt, los contenidos a los que se exponen a niños y adolescentes son adictivos, hay una forma de socialización diferente y el juego tradicional está en peligro de extinción, lo que genera un desarrollo diferente.

Por su parte, Odgers considera que el libro debería estar avalado por evidencia científica. Por el momento lo que sí se puede afirmar es que quienes tienen problemas de salud mental usan dichas plataformas con mayor frecuencia que quien no los padecen y que la causas de los graves problemas de salud mental que enfrentan los adolescentes están en relación con la violencia, la discriminación, el aislamiento social, el sexismo, el abuso sexual, el consumo problemático de sustancias y las dificultades económicas. 

¡Atención! No estamos exentos…

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Los contrastes de la ganadería (desde las zonas Núcleo hasta el sudoeste bonaerense) https://www.lanueva.com/nota/2024-4-12-5-0-6-los-contrastes-de-la-ganaderia-desde-las-zonas-nucleo-hasta-el-sudoeste-bonaerense Opinión 2024-4-12-5-0-6-los-contrastes-de-la-ganaderia-desde-las-zonas-nucleo-hasta-el-sudoeste-bonaerense Alrededor del 70 % de los productores ganaderos consultados en la encuesta SEA del Consorcio Regional de Experimentación Agrícola —de este marzo— aguarda que los resultados económicos del negocio pecuario sean superiores dentro de un año (respecto de la actualidad).

El optimismo aflora, sustancialmente, a partir de las licencias (reales y sensoriales) otorgadas desde la asunción del nuevo gobierno encabezado por el economista Javier Milei que, según los encuestados, dejan de lado la incertidumbre para ingresar en el terreno de la previsibilidad y de la transparencia, dos de los reclamos más insistentes que se realizan desde el sector.

En las mismas zonas productivas por excelencia donde se trazó la investigación (entre ellas la Cuenca del Salado, por ejemplo, pero también en el centro de Santa Fe y en el NOA), el grupo de Seguimiento Forrajero Satelital de CREA comprobó, como otra de las fortalezas, la recuperación de la indispensable base forrajera que permite ampliar una visión optimista de cara al futuro.
De la SEA surgió que se infiere una retención de vientres del 3,6 % superior a la registrada en 2023, con mayores incrementos relativos en las regiones Santa Fe Centro (+15 %); NOA (+10 %); sudeste bonaerense (+5 %); Litoral Norte (+5 %); y zonas norte de Santa Fe (+5 %) y de Córdoba (+5 %).

La tasa de extracción de hembras —resultado de faena de hembras/stock— registró en 2023 el nivel más elevado desde el período de la última gran liquidación de hacienda producido en las desérticas campañas 2008/09. Esto implica que —según el informe— gran parte de los empresarios pecuarios están comenzando a trabajar para recuperar la capacidad productiva de la denominada fábrica ganadera.

Si bien desde diciembre de 2023 un 68 % de los grupos CREA informó una afectación por restricciones hídricas, que impactaron en la disponibilidad de recursos forrajeros, así como un porcentaje importante experimenta golpes de calor en sus rodeos bovinos, en virtud de las tecnologías de procesos implementadas por las empresas CREA, en el marco de una red de intercambio de conocimientos, se aguarda un crecimiento interanual del 1,3 % de los destetes en todo el país.

Del mismo modo, un mayor incremento de los períodos de engorde —en sistemas de base pastoril— con la intención de lograr animales más pesados quedó reflejado, de alguna manera, en la recuperación relativa del precio de la hacienda pesada (respecto de la liviana).

¿Una debilidad en esta coyuntura? No se espera una recuperación sustancial de los precios de la hacienda.

Más allá de la encuesta, esto puede comprenderse para el mercado interno (una cuestión relacionada puntualmente con el poder adquisitivo, porque la carne ha pasado a convertirse en uno de los alimentos más económicos respecto de la equivalencia en proteínas) como para el externo, ya que China, que se lleva casi el 75 % de nuestra producción, no tiene previsto un incremento en este sentido (aunque sí en los volúmenes).

Ahora bien. La realidad no es la misma en el sudoeste bonaerense, una región semiárida que se resiste a dejar campos abandonados e insiste en planteos agrícolas (casi todos de fina) y ganaderos con una casi inexistencia de recursos forrajeros por la falta de precipitaciones.

Un panorama a la vera de la ruta 3, desde Bahía Blanca al sur, / Pablo Presti-La Nueva.

Según el Informe Agrometeorológico de Estudios Agronómicos de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca (BCP), desde este 1 de enero en la región llovió 168 milímetros, 48mm menos respecto del promedio de los últimos 8 años. En enero del corriente año fueron 29mm (67); en febrero 79mm (62) y en marzo 60mm (87).

Más allá de la estadística, no son pocos los ganaderos que empiezan a ver un escenario semejante al citado 2008/2009, con una de las sequías más crudas de las últimas décadas en la región.

¿De qué manera se expresa? Con la venta de los animales a precios acomodados (para el comprador) por la imposibilidad de alimentarlos en forma adecuada y, además, porque los pronósticos respecto de eventuales lluvias no aparecen en el radar climatológico (y los vientos no se detienen y los campos se vuelan).

Este fenómeno ya se expresa en los distritos de Villarino, Patagones y Puan, en forma más importante, así como en Coronel Rosales, Saavedra y Tornquist, de manera más tímida. Con este panorama, no resulta sencillo ser optimista —citando sólo las cuestiones productivas y obviando las impositivas— para el desarrollo de la actividad ganadera en el sudoeste bonaerense.

OTROS TEMAS DE ESTA MISMA COLUMNA:

—Con la variabilidad económica no alcanza: ahora se suma el clima

—Carne vacuna de exportación: ¿por qué es necesario diversificar los mercados?

—Trufas en el sudoeste bonaerense: una inversión (rentable) con visión de faros largos

—La ganadería que viene (o la madre de todas las batallas)

—Sube el consumo de carne vacuna: cuando la calidad es una razón de peso

—Trigo: ¿cuál es el perfil soñado por la cadena?

—Argentina inédita: produce alimentos para 400 millones (en medio de una pobreza del 57 %)

—Casi un huevo por día: el hábito argentino que llegó al podio mundial

—Biocombustibles: ¿cuáles son los proyectos alternativos de seis provincias?

—La UE apuesta al consumo de productos de origen vegetal. ¿Nos importa?

—¿Cómo está posicionado el productor agropecuario respecto de los bienes que produce?

—¿Un mayor impuesto a las importaciones en lugar de subir retenciones (al campo)?

—Carne porcina en alza: cada vez más cerca de los 20 kilos por habitante por año

—Más libre no se consigue: ahora, la carne argentina se abre al mundo

—Tarea para el campo (y la sociedad): ¿qué opina cada uno del otro?

—Carne vacuna: una suba de retenciones que, al final, pocos objetaron

—CampoLimpio: algo más que una economía circular que funciona

—Ganadería: cuando las proteínas y la nutrición marcan la agenda

—Seneford: ¿una raza ideal para el sudoeste bonaerense?

—Siete de cada 10 dólares: la ecuación que el campo le muestra al nuevo gobierno

—Carne aviar: ¿cuál es la incidencia en las huellas de carbono y de agua?

—No es pura espuma: la agroindustria cervecera se potencia en la Argentina

—Cambio climático: una distinción que alienta el desarrollo de cultivos en secano

—¿Cuál es el plan del Consejo Agroindustrial Argentino para una bioeconomía sostenible?

—La carne vacuna, la argentina más votada

—La lupa en la agricultura: ¿químicos o biológicos? ¿O químicos y biológicos?

—Bordeu 2023: una mirada hacia la ganadería del futuro

—Carbono neutro: un programa con presencia bahiense en el campo nacional

—Economías regionales: con retenciones cero la ecuación empieza a cerrar

—Campaña 2023/2024: ¿la recuperación de los granos llegará al 70 %?

—Cambio climático: ¿la agricultura es la buena de la película?

—Argentina: una gran familia que no llega a fin de mes

—Los productores argentinos insisten: pondrán U$S 40.500 millones bajo tierra

—Odisea argentina: cómo comunicar qué hace el campo y no fracasar en el intento

—Lo que faltaba: la inteligencia artificial se mete entre las malezas

—Retenciones a las economías regionales: el (consabido) pato de la boda

—Carne vacuna: ¿no alcanza con ser campeones mundiales?

—Cambia, todo cambia: la soja vuelve a darle lugar al trigo y al maíz

—Carne vacuna exclusiva: más barata no se consigue

—La agricultura que no miramos: tratado sobre inundaciones y sequías

—El derrame bonaerense que no fue (porque la seca no quiso)

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—Agroactiva 2023: otro mundo que no deja de proyectarse al mundo

—Brecha de rendimiento: ¿el concepto que obliga a reinventar la agronomía?

—Seguro multirriesgo agropecuario: un proyecto para repensar el campo

—Leche hervida: ¿por los cambios de hábito o por el (menor) poder adquisitivo?

—Realismo mágico: el consumidor paga casi $ 4 por cada $ 1 que recibe el productor

—Los números del trigo: ¿habrá pan bajo el brazo?

—Carne vacuna: ¿por qué cae el consumo en nuestro país?

—Lo que faltaba: ratifican la tendencia a la baja del precio de la carne de exportación

—No habrá derrame: las otras consecuencias de una sequía histórica

—Cae la SD: si la sustentabilidad importa, alguien tendrá que resetear

El lado B del cambio climático: incide más en la temperatura que en la lluvia

Carne vacuna: el agregado de valor que hace la diferencia

Trigo: ¿la solución es eliminar las retenciones?

Que el árbol no tape el bosque: es necesario reinventar la sostenibilidad

Trigo HB4: el bálsamo que puede cambiar la historia productiva del SOB

Sequía: ¿Es utópico pensar que se trata de otra oportunidad?

Carne vacuna (indómita): ¿cuándo terminará la recomposición de precio?

Todos los huevos en la misma canasta: Argentina ya es el cuarto consumidor del mundo

Enero seco: la agroindustria (y el país) empiezan a sentir el impacto en las exportaciones

Sequía 2022: cuando el SOB tuvo su propia versión de zona núcleo

De carne somos: ¿No consumir más de dos hamburguesas por semana puede salvar al planeta?

Toda la carne en el asador (para seguir perdiendo frente a la inflación)

La suerte está echada: las pérdidas de la campaña 2022/2023 serán multimillonarias

Contámela de nuevo: la exportación cerealera superó los U$S 40.000 M en 2022

Lechería: la sequía y el dólar soja II licúan a un sector ya deteriorado

Carne: la cadena suma deterioro (y un asado cada vez más barato)

Maquinaria agrícola: ¿por qué la sequía afectará la actualización de la tecnología?

Sequía: la doble Nelson que condiciona a la ganadería

La camioneta pasa cada vez más lejos del productor agropecuario

El pan nuestro de cada día (llega cargado de impuestos)

Crónica de una sequía anunciada: ¿hasta cuándo impactará en el ingreso de divisas?

La tormenta perfecta: sólo hay que mirar al cielo, rezar y esperar

Cómo seguir promocionando la carne vacuna y no morir en el intento

La carne vacuna que viene: ¿con o sin cuarteo?

Brecha de rendimiento: que el árbol no tape el bosque

La Niña alimenta el refrán: No hay dos sin tres

Una tribuna para todos y todas

“Cuanto más vacas tengamos, menos incendios vamos a sufrir”

Troceo de la carne: ¿llegó la hora de ponerle el hombro a la modernización?

Gases de efecto invernadero: ¿El campo es el malo de la película?

Dólar soja: cuando creatividad mata galán

Exportaciones: más allá de las restricciones, la carne sigue aportando dólares

Trigo 2022/23: ¿Vendrá con el pan bajo el brazo?

Retenciones: ni se miran ni se tocan (hacia abajo)

Campaña 22/23: ¿Por qué las expectativas del campo están por el suelo?

¿Qué tienen en común la carne vacuna y el fútbol argentino?

Soja: hay que leer la letra chica para entender de qué se trata

Carne vacuna: cuando el debate no debe pasar sólo por el precio

Biocombustibles: ¿y si vamos pensando en extender el corte?

Agroexportación: ¿cómo romper récords y sobrevivir en el intento?

Trigo HB4: ¿No todos los caminos conducen a Roma?

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Hambre sin justicia social https://www.lanueva.com/nota/2024-4-7-7-0-57-hambre-sin-justicia-social Opinión 2024-4-7-7-0-57-hambre-sin-justicia-social    Me impacta que, antes de iniciar el Sermón de la Montaña, Jesús fue advertido por uno de los apóstoles: “Señor, tienen hambre”. Y Jesús hizo traer peces y panes para multiplicarlos y calmar tantos estómagos vacíos. Después dijo: “Bienaventurados los  que ahora tenéis hambre, porque quedareis saciados. Ay de vosotros los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo, y los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambre”.

   Agrego yo: Ay de los que hoy gozan depositando sus viejos como mostrencos descartables, o los que les negáis una jubilación digna y sin acceso a los medicamentos, o gozáis con las muertes de ancianos, mujeres y niños -“daños colaterales”- en Gaza o en estos pagos con chicos hoy desnutridos, que en el futuro colapsarán los hospitales por sus neuronas atrofiadas, o con escuelas transformadas en aulas vacías y niños sin escolaridad. Tal como lo proclamó Llach padre en su libro Una  Argentina para 10  millones -y siguió Llach hijo, asesor del “ángel exterminador” (según J. Asís dixit)-, todos profetas del odio con la motosierra  que adrede se la agarraron con el pueblo llano y se asociaron con la verdadera “casta”.

   El problema en Argentina no es “qué hacemos con la pobreza”, sino “qué hacemos con la riqueza”. La que se mueve en el circuito perverso y sin pudor de producir alimentos para 400 millones de habitantes, que se comercian por parte de las agroexportadoras que subfacturan falseando las declaraciones juradas en miles de millones de dólares, que se guardan en paraísos fiscales donde ya se acumulan más de 500.000.000.000 de dólares. Esa sí que es “casta”, o los nuevos mañeros “intocables”, o mejor dicho “los desconocidos de siempre”, como también hacen los beneficiarios de miles de millones de dólares en subsidios al transporte cuyo barro salpica impunemente los despachos oficiales. 

   ¿Entonces? Amén del hambre de comida que escandaliza en nuestros pagos, hay millones de personas que viven sin cloacas y mueren sin cloacas. La vida no se ha logrado prolongar por arte de cremas antiarrugas ni por la medicina. Es mucho más que por ello: es el resultado de las alcantarillas y el agua corriente. Reténgase este dato: en el mundo, entre 2000 y 2010 murieron más chicos por diarrea que soldados  en todos los conflictos desde la Segunda Guerra Mundial. 

   Recuerdo cuando mi padre me llevó a conocer el “agua fuerte” en el que un pobrerío en Esquel saciaba (?) el hambre con el agua en que hervían unos tornillos de acero. La insensibilidad, la crueldad, la anestesia emocional con que los 10 millones de futuros argentinos privilegiados sacan conclusiones aptas para adormecer sus conciencias de estómagos llenos es tan ingeniosa como variopinta: “Esto no es de ahora. Siempre hubo pobres y son pobres porque no hacen lo suficiente. Son brutos, perezosos, se cargan de hijos para cobrar subsidios por ellos. Pasan hambre porque no les gusta laburar, que se jodan” y sigue la noria. 

   Un estudio de la Facultad de Ingeniería de la UBA determinó que la Ciudad de Buenos Aires tira unas 250 toneladas de alimentos por día: 550.000 raciones de comida  Unos tiran lo que necesitan tanto otros argentinos. Y el litio, y Vaca Muerta, y el petróleo, y el oro, la plata y las vacas, los arrozales, y el trigo, y la mar en coche. Bienvenidos a “Quemaiken”, parque temático de la pobreza, o de no saber qué hacer con tanta riqueza.

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Y un día te cambian hasta el nombre https://www.lanueva.com/nota/2024-4-7-5-0-57-y-un-dia-te-cambian-hasta-el-nombre Opinión 2024-4-7-5-0-57-y-un-dia-te-cambian-hasta-el-nombre Días pasados el vocero presidencial Manuel Adorni, fiel a su estilo monocorde y hasta disfrutando lo que comunicaba, anunció: “Se ha decidido finalmente cambiarle el nombre al Centro Cultural Néstor Kirchner (CCK), así que dejará de llamarse como tal y efectivamente se le dará paso a un nuevo nombre”. 

De esta manera el Gobierno Nacional establece que el emblemático espacio, insignia de la gestión kirchnerista, dejará de llevar el nombre en honor al expresidente Néstor Kirchner.

No es la primera vez que sucede, pues otros ya han fantaseado con rebautizar al ex Correo. En 2017, Mauricio Macri intentó hacerlo y generó gran repercusión. Actualmente, ante este nuevo anuncio, rápidamente las redes sociales se llenaron de opiniones al respecto y como es habitual en esta tema también hay grieta.

Bahía Blanca no queda ajena en esta cuestión de cambiar los nombres. En julio de 2021 se lanzó una encuesta virtual para rebautizar al   Parque Campaña del Desierto y la votación la ganó la propuesta que renombraba a dicho espacio con el impulsor de la campaña, es decir Julio Argentino Roca, el cambio no se concretó y el proyecto seguramente descansa en un cajón.

¿Cuál es el impacto psicológico cuando algo es renombrado?

En el poema “El Golem”, Borges expresa que “el nombre es arquetipo de la cosa, en las letras de ‘rosa’ está la rosa y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’”. Es decir, hay una relación natural entre cada palabra y lo que ella representa. Tanto el nombre propio, como los nombres con que se designan edificios o calles son una forma de referenciar una existencia, pues un nombre se asocia inmediatamente con el destinatario.

Nombrar, bautizar, darle el nombre a algo o alguien, no es un hecho intrascendente, por el contrario, a partir de un nombre hay cadenas de significaciones, siempre remite a una inscripción dentro de un entrabado cultural, social, político, comunitario, histórico.

¿Te preguntaste alguna cuál fue el motivo por el cual llevás tu nombre? Te aseguro que las respuestas pueden sorprenderte.

Tanto el nombre de una persona, de un edificio o hasta de una mascota, siempre está ligado a significados y sentidos, pues es una marca, una designación que acompañará el devenir, aun cuando se usen derivaciones, sobrenombres o se reniegue de él, siempre hay historicidad y significado.

Un nombre trae consigo una expresión de deseo, establece relaciones y lugares dentro de las redes vinculares y sociales. Para el Psicoanálisis un nombre es algo así como una estampilla de origen, pues otorga existencia antes del nacimiento.

Tal vez no coincidas con que el emblemático edifico se deba llamar Centro Cultural Kirchner, pero no caben dudas de que el objetivo en este tipo de prácticas está relacionado con borrar una huella, con una necesidad de eliminar procesos históricos y creencias. 

Tal vez no coincidas con que el emblemático edificio se deba llamar Centro Cultural Kirchner, pero más allá de todo lo que simboliza la intención de cambiar de nombre, no caben dudas que hay otras prioridades que atender, otras urgencias a las que dar respuestas y otras situaciones que demandan intervenciones urgentes.

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Con la variabilidad económica no alcanza: ahora se suma el clima https://www.lanueva.com/nota/2024-4-5-5-0-40-con-la-variabilidad-economica-no-alcanza-ahora-se-suma-el-clima Opinión 2024-4-5-5-0-40-con-la-variabilidad-economica-no-alcanza-ahora-se-suma-el-clima “Ya no hablamos de cambio climático; ahora nos referirnos a variabilidad climática. ¿De qué se trata? Son las perturbaciones de los componentes del clima durante determinados lapsos de tiempo y la velocidad a la que se producen estas fluctuaciones; es decir, la rapidez e intensidad a la que se evidencian cambios importantes en las variables meteorológicas, algo que se ha ido incrementando en décadas recientes”, explicó el Lic. Carlos Zotelo, climatólogo del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (Cerzos) del Conicet, hace un par de años a La Nueva.

A la luz de los recientes casos respecto de fenómenos climáticos, incluido el trágico temporal del 16D en nuestra ciudad, viene a cuento seguir con la explicación: “Para entender la forma en que la variabilidad se vincula con los diversos componentes del sistema climático hay que analizarlos en forma individual, con la salvedad de que, en primer lugar, se debe considerar el aumento global de la temperatura y que, como todo sistema complejo, el climático se compone de una intrincada relación entre variables”.

También que: “En ese escenario tendremos mayor evaporación; más capacidad del aire de contener vapor de agua; más agua precipitable; mayor presión atmosférica, que se traducirá en centros de baja y alta presión más profundos y, por ende, intensidad del viento e, incluso, ciclones, huracanes o tornados más severos y tormentas más intensas”.

El prólogo es atinado. Cada vez más los productores siguen atentos a esta cuestión, ya que no es poca la inversión de altísimo riesgo (a cielo abierto) que realizan en el campo argentino más allá de todas las restantes variables económicas que aparecen año tras año, gobierno tras gobierno, todas ellas imposibles de pronosticar.

En tal sentido, el climático, el Dr. Guillermo García, líder del Área de Ambiente de la Unidad de Investigación y Desarrollo de CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) expuso acerca del tema en la última edición de Expoagro junto a María Gabriela Marcora, meteoróloga y especialista en Agrometeorología; José Luis Estela, climatólogo especialista en eventos extremos y pronóstico climático; Luciano Vidal, investigador de aplicación científica con orientación en productos de sensoramiento remoto y al periodista Germán Tinari en la moderación.

“Es indudable que la variabilidad climática genera variabilidad productiva y, por ende, incertidumbre que hace más compleja la toma de decisiones del productor. Por lo tanto, de manera directa o indirecta es clave gestionar el riesgo climático, contemplando factores tales como la disponibilidad hídrica. Así como existen indicadores que permiten medir la situación y evolución económica y financiera de una empresa agropecuaria, también es posible contar con variables estandarizadas que posibiliten evaluar la gestión ambiental”, sostuvo García.

Tras la exposición sobre la generación informativa a partir de sensores remotos, tales como satélites y radares, y el desarrollo de pronósticos y tendencias previstas para las distintas estaciones, se coincidió en que la adaptación al nuevo clima, por decirlo de alguna manera, es una agenda viva para que el productor pueda atenuar eventuales pérdidas. Veamos de qué se trata:

—Disminuir la vulnerabilidad y/o aumentar la resiliencia del sistema (diversificación espacio-temporal de los cultivos, uso de sistemas de riego y drenaje donde sea factible y uso de cultivares mejorados).

—Transferir el riesgo financiero. (NdR: El seguro paramétrico, o seguro basado en índices, es una forma de transferencia de riesgos en la cual el monto de la indemnización a cargo de la aseguradora no depende del daño efectivamente causado al asegurado, sino de que se dispare, o no, un índice previamente establecido que debe guardar una estrecha correlación con el daño efectivamente acaecido).

—Reducir la incertidumbre utilizando la información climática, teniendo en cuenta el funcionamiento de los cultivos (léase fisiología).

Ahora bien, hay tres tipos de información climática que son útiles para reducir la incertidumbre.

—Climatología: condiciones con más posibilidades de ocurrir y rango de variabilidad. Esto permite cuantificar riesgos e interpretar pronósticos. Ejemplo: promedio y variabilidad de lluvias durante el ciclo del cultivo.

—Monitoreo: medir el estado actual del sistema para contextualizar pronósticos. Ejemplo: determinar la recarga hídrica del suelo.

—Pronósticos: anticipan una desviación respecto de las condiciones normales y son una tecnología de mediano plazo con cierta incertidumbre.

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Dólar soja: cuando creatividad mata galán

Exportaciones: más allá de las restricciones, la carne sigue aportando dólares

Trigo 2022/23: ¿Vendrá con el pan bajo el brazo?

Retenciones: ni se miran ni se tocan (hacia abajo)

Campaña 22/23: ¿Por qué las expectativas del campo están por el suelo?

¿Qué tienen en común la carne vacuna y el fútbol argentino?

Soja: hay que leer la letra chica para entender de qué se trata

Carne vacuna: cuando el debate no debe pasar sólo por el precio

Biocombustibles: ¿y si vamos pensando en extender el corte?

Agroexportación: ¿cómo romper récords y sobrevivir en el intento?

Trigo HB4: ¿No todos los caminos conducen a Roma?

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La motosierra no era contra la casta https://www.lanueva.com/nota/2024-3-31-7-0-47-la-motosierra-no-era-contra-la-casta Opinión 2024-3-31-7-0-47-la-motosierra-no-era-contra-la-casta    No me extraña, aunque me duele, que a los Veteranos de Guerra de Malvinas se les impida desfilar el 2 de Abril, por parte del Gobierno, para no evidenciar sus compromisos con los piratas ingleses.
   Esgrimen la falta de dinero como causal. Falso. Como cruel e hipócrita es la tibieza de la Cancillería ante la visita del Ministro Cameron a las Malvinas, como ante el entrenamiento de comandos kosovares  en las Islas, o la instalación de cohetería misilística en ellas, o la explota  ción petrolera por parte de la Empresa estatal de Israel.
   Ya ni se recuerda el crimen de lesa humanidad de Margaret Tatcher -con la bendición de la Reina Madre-, cuando ordenó el hundimiento del General  Belgrano fuera de la zona de exclusión. 
   No les basta con todo esto. Quieren más. 
   Como el acto  deleznable de la Sra. Diana Mondino: ordenó liberar al Mar Argentino para la pesca de buques extranjeros. 
   Además, hizo renunciar al Director Nacional de Fiscalización y control pesquero, Julián Suárez -honesto funcionario-, valiéndose de la motosierra accionada por el sobrino de Mondino, don Pablo Ferra, con chapa de empleado de la Cancillería.
   ¿Más casta? Hace 30 años, el entonces presidente Carlos Menem le “dio” la mayor acería del Estado -SOMISA- al Italo Argentino Paolo Rocca, que paso a ser propietario de Techint con el “importe” de 100 millones de dólares. 
   En el año 2023, facturó 18.500 millones de dólares. Desde el año 1992 -multiplicando los años por el monto citado- se debería haber pagado impuesto a las ganancias por un valor superior a los 1.000 millones de dólares. 
   Entonces, ¿qué hizo la empresa privatizada? Primero aportó para la campaña y se le retribuyó con un tratado de eliminación de la doble imposición para las empresas de “Luxemburgo”, como la ex SOMISA, radicadas en estos pagos. Un artilugio por el cual se liberó  de pagar impuestos en la Argentina. 
   Pueden tener razón legal o moral para criticar que Cristina Fernández viuda de Kirchner cobre más de 14 palos por  jubilación de privilegio y por la pensión del marido premuerto. ”Isabelita” de Perón, en igual situación, cobra solo la de haber sido la primera mujer presidente de la Argentina. 
   Se acaban de gastar 50.000 millones de pesos en la compra de aviones F-16, mas como “no hay plata” se hambrea a millones de jubilados.
   Decía Arturo Jauretche: “Si malo es el gringo que nos compra, peor es el criollo que nos vende”. 
   Porque no era contra la “casta”: la “casta” son ustedes.

Miguel Ángel Asad es abogado. Vive en Bahía Blanca.

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Salud mental: psicología, calle y contexto https://www.lanueva.com/nota/2024-3-31-5-0-47-salud-mental-psicologia-calle-y-contexto Opinión 2024-3-31-5-0-47-salud-mental-psicologia-calle-y-contexto En el último tiempo mucho se habla de salud mental, sin dudas va ocupando las agendas, pues no caben dudas que nuestro bienestar está puesto a prueba cada día. El padecimiento enciende una alarma máxime cuando las cifras son preocupantes y las dimensiones que atraviesan a la temática parecieran complejizarse día a día.

No caben dudas que abordar la temática de la salud mental en pleno siglo XXI implica entender a la Psicología, a la Psicoterapia y a la asistencia que se brinda como cuestiones vinculadas con los derechos humanos y a su vez la perspectiva de género debe estar presente.

Nuestra salud mental está en jaque todos los días, víctimas y espectadores libramos batallas cotidianas que van esmerilando nuestro aparato psíquico, por lo tanto, si bien es necesaria la asistencia oportuna, la salud mental debiera ser un tema transversal en cualquier gestión de gobierno.

¿Soluciones complejas para problemas complejos? ¿La sociedad es más demandante, tolera menos o la paciencia es escasa?

Posiblemente la pandemia, que operó como una especie de freno de mano llevándonos a bajar miles de revoluciones, generó que gran cantidad de personas se vuelquen a la autoexploración, al autoconocimiento, al empleo de técnicas de relajación, de meditación, entonces se advierte que gran porcentaje puede registrar cómo se siente, qué estados experimenta y hasta qué situaciones ya no está dispuesta a tolerar.

Por otro lado, entre la motosierra y la licuadora, hay sectores vulnerables y vulnerados sin posibilidad autoconocerse, de diseñar un proyecto de vida a la par que experimenta emociones negativas, con ilusiones erosionadas y sin perspectivas de mejora. Cabe preguntarse si esto se resuelve generando asistencia, sesiones de psicoterapia o bien tratando de abordar las condiciones estructurales, puesto que para que un problema surja siempre hay un entramado que lo condiciona, y a juzgar por los anuncios, el entramado se verá cada vez más afectado.

Entonces ante la erosión del tejido social, la individualización creciente, “el sálvese quien pueda” la noción cobijadora de lo público que pasó a ser una quimera, además de brindar asistencia para disminuir el sufrimiento psíquico de quien lo está pasando mal, el foco debe dirigirse a cómo se modifican esas condiciones.

Imposibilidad para acceder al sistema de salud, conservar un trabajo cuando se sabe que los despidos irán en aumento, en medio de un clima hostil y de exasperación no es casual que la salud mental se vea afectada o empeore; a su vez quienes menos recursos psicológicos tienen son más propensos a establecer vínculos violentos, caer en el consumo problemático de sustancias o conductas delictivas.

Ante preguntas sobre ¿cómo estaré en unos meses? ¿podré pagar las cuentas? ¿tendré trabajo? y tantas otras ligadas a las preocupaciones actuales urge entender que muchos están sufriendo, sin embargo, se concibe al sufrimiento como un fenómeno individual y se pierde de vista el contexto.

Por ende, si seguimos abonado el lema de “Vos podés solo” y desde la asistencia se siguen estableciendo diagnósticos y etiquetas individuales, dudo que se puedan obtener resultados. Es tiempo de reconocer historias, escenarios, de preguntar ¿qué te ha pasado? Es momento que recobre fuerza una Psicología que libere, que alce la voz en la calle y que desde el espacio terapéutico contribuya a analizar y cuestionar el contexto para que quien padece pueda comprender el motivo de su sufrimiento.

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Carne vacuna de exportación: ¿por qué es necesario diversificar los mercados? https://www.lanueva.com/nota/2024-3-29-5-0-43-carne-vacuna-de-exportacion-por-que-es-necesario-diversificar-los-mercados Opinión 2024-3-29-5-0-43-carne-vacuna-de-exportacion-por-que-es-necesario-diversificar-los-mercados El 78,5 % de las exportaciones de carne vacuna argentina del año 2023 (685.000 toneladas) tuvieron al mercado chino como destino. El incremento respecto de 2022 fue del 8 %, pero la noticia es que China pagó la tonelada el 19,5 % menos respecto del año previo.

Los datos ratifican una idea, largamente comprendida desde el sector exportador, respecto de la necesaria diversificación del mercado. En otras palabras: sin dejar de abastecer al gigante asiático (que no se presume que esté dispuesto a pagar más; al menos por el momento), hay dos claves que urgen considerar:

—Ampliar la llegada a los mercados consolidados, ya sea en calidad como en cortes, sobre los cuales ya no existen límites tras la decisión del actual Gobierno de eliminar —a partir de este 1 de enero— la restricción que mantenía la anterior gestión respecto de los denominados parrilleros o populares, en alusión al asado (con o sin hueso) y tapa, falda, matambre, nalga, paleta y vacío.

—Ingresar a otros países que, por múltiples razones, entre ellas la repetida volatilidad de cumplimiento de nuestro país en compromisos exportables (no hacerlo para proveer a la mesa de los argentinos, por ejemplo), han optado por comercializaciones más lógicas y confiables como las que hoy representan países como Uruguay y Paraguay, sólo por citar a dos vecinos del barrio.

En tal sentido, se ha concretado un encuentro entre la canciller Diana Mondino y el presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el bahiense Jorge Mario Grimberg, con el claro objetivo de fortalecer la vía diplomática para que nuestros bifes se desplieguen en platos de comensales de otros países, más allá de la gestión para instalar el tema que realiza el propio organismo en distintas ferias del mundo.

Ahora bien. La pregunta es: ¿hay capacidad frigorífica instalada para responder a una eventual mayor demanda, considerando que en 2012-2016 se exportaron unas 200.000 toneladas y hoy estamos cerca del millón?

Ignacio Iriarte, consultor de mercados cárnicos, lo explica de esta manera: “En estos años se reabrieron varias plantas y, además, se concretaron fuertes inversiones para aumentar las capacidades de faena y de frío en la mayor parte de la industria exportadora, tanto de capitales nacionales como extranjeros. Incluso, muchas especializadas en consumo interno, especialmente en el Gran Buenos Aires, lo hicieron para obtener la habilitación para exportar, especialmente a China, y hoy prestan el servicio de faena y despostado para los denominados exportadores sin fábrica”.

También sostiene que este proceso de inversiones, el aumento de la capacidad instalada y la reapertura de plantas, cuyo proceso no se detiene, determina que hoy se registre una importante capacidad ociosa en los frigoríficos.

“En medios industriales se considera que la capacidad del conjunto de la industria; esto es, consumo y exportación, hoy es de 16 millones de cabezas anuales, contra una faena de 14,5 M observada en 2023 y una prevista el corriente año de entre 13,5 y 13,7 M”, explica.

De acuerdo con los datos de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), un informe precisa que en el año previo las 10 empresas frigoríficas más grandes faenaron —en 23 plantas— unas 3,4 millones de cabezas; es decir, el 23,4 % del total, en una muestra de concentración mucho más bajo respecto de los Estados Unidos, Brasil o Uruguay. También que las 30 empresas predominantemente exportadoras, en unas 40 plantas propias, sumaron una faena de 6,3 M/C; esto es, el 43 % del país.

Una historia de planta recuperada se aprecia con el frigorífico Villa Olga, ubicado en el kilómetro 699 de la RN 3, en cercanías de la localidad de General Daniel Cerri. Sumando volumen, dio un salto de calidad al comenzar a exportar, el último 11 de junio, desde el puerto de Bahía Blanca.

Silvio Siracusa, titular de la planta, explica la coyuntura de esta manera: “Aún con altibajos, estamos faenando alrededor de 350 animales por día y muy cerca de nuestra capacidad óptima de 400 cabezas. Seguimos exportando a Israel, recuperándonos tras una caída por el 7 de octubre (atentado de Hamás) y estamos esperando la habilitación de China, para lo cual ya realizamos todas las presentaciones. Incluso, la semana venidera (que empieza el 1 de abril) tendremos la visita de auditores del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria)”.

Actualmente, la planta ubicada cerca de Bahía Blanca aporta poco más de 400 empleos directos y sus directivos sostienen la expectativa de seguir creciendo a favor de una demanda exterior que se sostiene.

“El precio de la carne continúa retrasado en el mercado interno, en especial porque el resto de los insumos sigue subiendo, pero lo asumimos como parte del negocio. Ahora, el desafío es volver a exportar por el puerto local, ya que, si bien la gente de la terminal se ha portado muy bien con nosotros, con las navieras la negociación es más difícil. Creemos que luego de Semana Santa puede haber una modificación en este sentido”, dice Siracusa.

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La salud mental sale del closet https://www.lanueva.com/nota/2024-3-24-5-0-4-la-salud-mental-sale-del-closet Opinión 2024-3-24-5-0-4-la-salud-mental-sale-del-closet Lali Espósito, en una entrevista repasó algunos de los momentos más difíciles que le tocó atravesar; confesó que le tuvo que pedir ayuda a su equipo de trabajo, sentía que se le paralizaba la cara, había algo “que no era normal”. Tini Stoessel, durante su gira en España se quebró en plena actuación asegurando que pensó que sería algo muy lejano volver a subirse a un escenario.

Karina “La princesita” dijo asustarse mucho cuando le agarraba ansiedad, no sabía de qué se trataba, pensó que le iba a dar un ACV y se iba a morir hasta que le diagnosticaron ansiedad. Pero no es cuestión de mujeres, Alejandro Sanz que ya lo había expresado en 2007, hace unos meses, a través de sus redes sociales y con el objetivo de empatizar con aquellos que pueden sentir lo mismo, expresó lo que le estaba sucediendo. 

Sin dudas artistas o figuras públicas sacan sus emociones del closet, algo que tal vez antes quedaba en un espacio íntimo o privado hoy se hace público, más allá de mostrar que a pesar de la fama y el éxito atraviesan momentos de oscuridad sin dudas sensibilizan a la población sobre esta problemática.

¿Cuál es el límite entre sentirse ansioso y desarrollar un trastorno?

Al igual que tantas otras emociones como tristeza, ira o miedo, podemos considerar a la ansiedad como un estado “normal” y esperable en determinadas situaciones. Antes de rendir un examen, hablar en un auditorio, asistir a una entrevista de trabajo, y si no recordemos Qatar 2024 y nuestros niveles de ansiedad cuando jugaba la Selección Argentina máxime si había definición por penales.

Es decir que una situación que representa una amenaza o cierto estrés es percibida por los sensores de nuestro sistema nervioso y automáticamente se dispara un estado de ansiedad. Es como si el instinto de supervivencia le exigiera a dicho sistema que se ponga en acción, acto seguido se producen unas hormonas que se relacionan con el impulso de enfrentar desafíos o situaciones inciertas.

En conclusión, en algún momento de la vida, vos, yo, todos podemos sentir ansiedad, pero no todos desarrollamos un trastorno de ansiedad. Por ende, cabe saber diferenciar cuando algo es emocionante y cuando una situación va rumbo a salirse de control. 

Según el "Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales" (DSM-5) la ansiedad es “la anticipación de una amenaza futura”, lo que en el ámbito de la consulta decimos exceso de pensamientos por situaciones futuras, vivir anticipando.

A su vez en función de sus efectos se definen en cuatro niveles: Ansiedad leve relacionada con tensiones de la vida diaria que si bien hay un estado de alerta hasta se puede potenciar la creatividad y el aprendizaje.

En la ansiedad moderada nos centramos en preocupaciones inmediatas, si se bloquean determinadas áreas, pero hay posibilidad de manejarnos al reenfocar y centrarnos en ello. La ansiedad grave se caracteriza porque nos centramos en detalles específicos, sin poder pensar nada más y la conducta se centra en aliviar la ansiedad.

Los síntomas generalmente están acompañados de: irritabilidad, fatiga, inquietud o impaciencia, dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco, tensión muscular y alteraciones del sueño. Podría seguir presentado clasificaciones y más información, pero más allá de ello lo importante es reconocer el estado y entender que no hay que sostener un padecimiento y pedir ayuda.

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Trufas en el sudoeste bonaerense: una inversión (rentable) con visión de faros largos https://www.lanueva.com/nota/2024-3-22-5-0-17-trufas-en-el-sob-una-inversion-rentable-con-vision-de-faros-largos Opinión 2024-3-22-5-0-17-trufas-en-el-sob-una-inversion-rentable-con-vision-de-faros-largos ¿Qué elegirá de acompañamiento para los tallarines? —preguntó el camarero del exclusivo restorán ubicado en la Quinta Avda. de Nueva York.

—Queso parmesano con trufa rallada —respondió la joven.

—Muy bien. Comenzaré con el rallador y Ud. me dirá en qué momento debo detenerme —explicó. Una, dos, tres y hasta 12 veces fue y volvió la trufa seleccionada.

—Ya está bien. Muchas gracias —asintió la invitada. El señor, con quien compartía la mesa, comenzó a respirar aliviado: cada vaivén le costó 14 dólares.

La escena, que puede apreciarse en una de las 7 temporadas de la serie Billions (Showtime; luego la subió Netflix), define al hongo comestible más costoso, exótico y, dicen, exquisito del mundo.

                                                           ***
Por lejos, se trata de una demanda que no está satisfecha y esta es, justamente, la certeza que instala al sudoeste bonaerense en un pie de liderazgo en todo el país: ya hay 120 hectáreas implantadas entre las poco más de 300 que existen en el territorio nacional, sea en producción o recién plantadas.

Agustín Lagos es, acaso, el más reconocido emprender y asesor en truficultura del país, quien la introdujo en distritos como Coronel Suárez, Saavedra, Coronel Pringles e, inclusive, a unos pocos kilómetros de Bahía Blanca (por la ex ruta 3 vieja, apenas pasando el aeropuerto). El fenómeno de la presencia en el SOB lo explica de esta manera: “Es una región con suelos muy evolucionados, con buen clima, lluvias adecuadas y agua para riego de estos desarrollos. Antes de elegir a Suárez, por ejemplo, había analizado varios lugares del país, pero la tierra era muy rica, surgían numerosas malezas y se repetían las precipitaciones”.

El relato del prólogo alude a una producción que se supone rentable: lo es. Al productor, en tranquera, el kilo de trufa se le paga poco más de 1.000 dólares.

Hay una salvedad. El propio Lagos, en diálogo con La Nueva., lo admite. “Es muy romántico y tiene rentabilidad, pero lo cierto es que se trata de un cultivo de mediano y largo plazo. ¿Por qué? Primero porque es un bien preciado de la cocina media alta y, por ende, de nicho, ya que a nivel mundial la oferta es muy poca”.

Para ir al grano. La inversión es a —por lo menos— 8 años. En el año 10 u 11 se prevé recuperar el aporte inicial, más todos los gastos ocasionados en ese período. Y cada 3 años se calcula duplicar la inversión. Del año 0 al 10 la ganancia es casi nula, pero del 10 al 20 y del 20 al 30 puede alcanzar el 40 % más.

Agustín Lagos reside en San Isidro y viene de ser jurado para concursos de trufas en España.

¿El producto? “Hoy no hay ni un kilo de trufa fresca en ningún lado. Como es sinónimo de lujo y de exquisitez, si uno la congela no es lo mismo porque se pierden las cualidades y deja de ser la estrella de la gastronomía mundial. En una trufera se extraen frutas de la misma calidad, pero hay algunas más maduras que otras y no lo hacen cuando uno las saca del suelo; se venden como están. Y así surgen de calidad extra, de primera, de segunda y demás”, dice Lagos.

Más allá de la escala, desde el sector agropecuario se comienza a observar con detenimiento el proceso de la trufa en el país. No es casual: “El interés por invertir se relaciona con la ganadería, en cuyos campos se comienza a trabajar con bonos de carbono para que sean más equilibrados desde el punto de vista ecológico. La Argentina aún no es un jugador importante en el mundo, pero vamos camino a serlo en, acaso, unos 15 años; tenemos todo para eso”, asegura.

Los principales productores de trufas son España, Francia e Italia. En nuestro país hay campos que, dependiendo del manejo, producen (más o menos) las variedades Tuber melanosporum y Tuber magnatum, descartándose otros géneros que, en realidad, no poseen valor gastronómico.

Así como se han instalado —con buen suceso— varios viñedos y olivares muy cerca de Bahía Blanca, aparece ahora la trufa como una alternativa viable (Nota: pensada a largo plazo, sólo para productores apasionados y pacientes). Por lo pronto, Lagos sueña —dice— con recorrer dentro de algunos años las rutas del sudoeste bonaerense y ver una trufera cada 15 o 20 minutos

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Maquinaria agrícola: ¿por qué la sequía afectará la actualización de la tecnología?

Sequía: la doble Nelson que condiciona a la ganadería

La camioneta pasa cada vez más lejos del productor agropecuario

El pan nuestro de cada día (llega cargado de impuestos)

Crónica de una sequía anunciada: ¿hasta cuándo impactará en el ingreso de divisas?

La tormenta perfecta: sólo hay que mirar al cielo, rezar y esperar

Cómo seguir promocionando la carne vacuna y no morir en el intento

La carne vacuna que viene: ¿con o sin cuarteo?

Brecha de rendimiento: que el árbol no tape el bosque

La Niña alimenta el refrán: No hay dos sin tres

Una tribuna para todos y todas

“Cuanto más vacas tengamos, menos incendios vamos a sufrir”

Troceo de la carne: ¿llegó la hora de ponerle el hombro a la modernización?

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Dólar soja: cuando creatividad mata galán

Exportaciones: más allá de las restricciones, la carne sigue aportando dólares

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Retenciones: ni se miran ni se tocan (hacia abajo)

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¿Qué tienen en común la carne vacuna y el fútbol argentino?

Soja: hay que leer la letra chica para entender de qué se trata

Carne vacuna: cuando el debate no debe pasar sólo por el precio

Biocombustibles: ¿y si vamos pensando en extender el corte?

Agroexportación: ¿cómo romper récords y sobrevivir en el intento?

Trigo HB4: ¿No todos los caminos conducen a Roma?

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Menos reunión, más gestión https://www.lanueva.com/nota/2024-3-17-5-0-7-menos-reunion-mas-gestion Opinión 2024-3-17-5-0-7-menos-reunion-mas-gestion “Nos reunimos en…”, “te convoco a una reunión…”, “mañana tengo cinco reuniones…” “ya pedí una reunión…” son frases reiteradas en distintos ambientes de trabajo. Reunirse fue una práctica que se incrementó durante la pandemia cuando las jornadas de trabajo sufrieron modificaciones y hubo que readaptar los formatos existentes.

Sin embargo, en muchas organizaciones, espacios de trabajo y, seguramente encabeza el ranking el ámbito político, el fenómeno denominado “Reunionismo” parece no tener fin, además los encuentros son potenciados con las respectivas fotografías que se multiplican por el ciberespacio.

A estas alturas muchas personas expresan “¿para qué tantas reuniones?” “¿qué resuelven?” “¿a dónde conducen?”; tantas preguntas como reuniones hay.

A su vez no solo es la cantidad de reuniones sino el tiempo que se dedica, pues seguramente muchas de las problemáticas que se abordan se resuelven en cuestión de minutos, sin embargo, las reuniones son interminables. 

La Psicología de las Organizaciones o la Psicología laboral se refiere a esta cuestión como una nueva patología denominada “Reunionismo” y mientras personas esperan soluciones o al menos respuestas hay una serie de conductas propias de este fenómeno que se repiten.

Es frecuente asumir que la duración de la reunión es ilimitada y que es la única tarea que tienen los asistentes, perdiendo de vista todas las obligaciones que tienen por resolver; también como en algunos casos no se sabe ni cómo, ni qué resolver, se pactan centenares de reuniones.

Excesivas, extensas, improductivas son algunas de las características, también se asiste desconociendo el motivo de la convocatoria, hay interrupciones por el uso de celulares, distracciones y realizar una síntesis y establecer un acuerdo resulta una utopía.

Desde la Comunicación y con soporte en la Psicología, si padecés esta patología del “Reunionismo” te cuento que hay distintos tipos de reuniones y conocer la clasificación tal vez sirva para organizarte. Hay reuniones de investigación, de reflexión, de formación, de información, de toma de decisiones.

A su vez para que una reunión sea eficaz debe cumplir una serie de requisitos: evaluar si es importante e indispensable convocarla y si no lo es, evitarla. Lo ideal es que no duren más de una hora, luego de ese tiempo el interés decae y muchos temas se desvirtúan y empiezan a circular los mensajes a través de los celulares.

Deben estar planificadas, tener objetivos claros y si el motivo de convocatoria no tiene solución, mejor no realizarla. Una buena estrategia y siempre que se viable es reunirse en el lugar de los hechos, genera empatía. Es fundamental evaluar posteriormente para que no se diluyan los acuerdos celebrados y realizar un seguimiento.
 
No estoy en contra de las reuniones, sí de las puestas en escena estériles. No caben dudas que la gran mayoría se hacen de gusto, no resuelven nada y terminan siendo negativas. Recuerdo un jefe que ante un colaborador que le decía “me reuní con tal, me reuní con tal y con tal” inteligentemente le respondió: “no me cuentes tus reuniones, contame tus resultados”.

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La ganadería que viene (o la madre de todas las batallas) https://www.lanueva.com/nota/2024-3-15-5-0-42-la-ganaderia-que-viene-o-la-madre-de-todas-las-batallas Opinión 2024-3-15-5-0-42-la-ganaderia-que-viene-o-la-madre-de-todas-las-batallas “El año pasado la sequía hizo estragos y se perdieron muchas madres. Por eso espero que en 2024 haya crecimiento y reposición y que los ganaderos nos demos cuenta de que debemos tener un stock importante, ya que se trata de la fábrica”.

Para el presidente de la Asociación Argentina de Angus, Ing. Alfonso Bustillo, este es el norte para la ganadería argentina que atraviesa un momento estratégico para la toma de decisiones de un productor que, vale decirlo, sólo llega con el ánimo renovado por el regreso de las lluvias, pero con las cuentas agotadas por una seca que sólo registra antecedentes hacia 1975.

El fenómeno de liquidación de hembras se advirtió claramente cuando la sequía (en realidad se inició en 2021, aunque con menos virulencia) mostró sus primeras consecuencias directas.

Para todo 2023, la participación de las hembras en la faena total subió a 48,2 %; esto es, +3,1 puntos porcentuales interanuales. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), se trató del cuarto registro más elevado en los últimos 34 años y se ubicó muy por encima del límite superior del intervalo consistente con el mantenimiento de las existencias bovinas. Incluso, ese 48,2 % final había estado en el 49 % en el último septiembre entre vacas, vaquillonas y terneras.

Asimismo, el desglose por categorías arrojó un crecimiento de 7,9 % anual de la faena de vacas, producto de la sequía que posibilitó crecientes exportaciones de carne a China y, además, una caída de 13,7 % anual de la faena de vaquillonas.

Aún sin descartar el factor climático —“Venimos de un Niño medio caprichoso y no sería bueno una nueva Niña, pero asumimos que somos una fábrica a cielo abierto y que son las reglas de juego”, admite el Ing. Bustillo—, ahora se suma, hay que decirlo, otro ingrediente no menor que genera expectativas.

Ing. Alfonso Bustillo, titular de la Asociación Argentina de Angus. / Pablo Presti-La Nueva.

“Si hay previsibilidad con este nuevo gobierno (nacional), que nos muestra un horizonte más claro, creo que los ganaderos van a retener sus hembras para crecer en producción”, sostiene el propio titular de Angus, quien fue uno de los disertantes en el auditorio Carne Argentina junto a otros consultores del sector en el marco de Expoagro 2024.

En tal sentido, Diego Ponti, de AZ Group, se refirió a tres aspectos ganaderos clave para el corriente año:

—El tipo de cambio: “Se está comportando de un modo distinto al que preveíamos cuando comenzó 2024, que será un año de transición y hay que tener en claro los objetivos y convivir con el presente. La eficiencia 360 será determinante en todos los aspectos de la empresa; ya no sólo en el productivo, sino en lo comercial y con los distintos equipos de trabajo”.

—La cantidad de terneros: “Es relevante hacer hincapié en las relaciones comerciales favorables que se presentan en la industria, tanto en términos de precio del ternero en dólares o, eventualmente, su usufructo como moneda de cambio para la compra de insumos”.

—El precio del maíz: “Hoy tenemos un maíz que es sumamente barato para la ganadería, algo que abre una posibilidad también para el corral; no pensábamos que íbamos a tener una situación favorable en este marzo. Sin embargo, los costos de producción se han achicado a partir de la baja en la cotización del cereal. Y esa es otra ventana para darle al ternero el destino de corral”.

En el mismo cauce por ser más eficientes a partir del mejoramiento genético de los rodeos ganaderos, el Dr. Horacio R. Guitou, consultor de ese área de Angus, presentó el proceso de testaje de toros para el cálculo del Consumo Residual o Residual Feed Intake (RFI).

Con las 8 pruebas de eficiencia de conversión de la Asociación de Criadores en las estaciones del Cenab (Córdoba) y de los INTA Naredo y Anguil (más otras tres que se sumarán al proyecto), los corrales metabólicos instalados con comederos inteligentes permiten medir en forma individual el consumo de materia seca (CMS) de cada animal participante, seleccionados bajo un protocolo denominado Pruebas Diseñadas Angus.

El Dr. Guitou lo explica de esta manera: “Esto nos permite predecir DEP Clásicos de CMS y RFI, lo cual elimina el ambiente para entregarles herramientas puramente genéticas a los 30 criadores participantes, al final de cada prueba, de dos características asociadas a eficiencia de conversión. El objetivo de Base Global, que se acumula con cada examen anual, posibilita crear una población de referencia para pasar de DEP clásicos a dos DEP enriquecidos por genómica”.

OTROS TEMAS DE ESTA MISMA COLUMNA:

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—¿Cómo está posicionado el productor agropecuario respecto de los bienes que produce?

—¿Un mayor impuesto a las importaciones en lugar de subir retenciones (al campo)?

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—Más libre no se consigue: ahora, la carne argentina se abre al mundo

—Tarea para el campo (y la sociedad): ¿qué opina cada uno del otro?

—Carne vacuna: una suba de retenciones que, al final, pocos objetaron

—CampoLimpio: algo más que una economía circular que funciona

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—No es pura espuma: la agroindustria cervecera se potencia en la Argentina

—Cambio climático: una distinción que alienta el desarrollo de cultivos en secano

—¿Cuál es el plan del Consejo Agroindustrial Argentino para una bioeconomía sostenible?

—La carne vacuna, la argentina más votada

—La lupa en la agricultura: ¿químicos o biológicos? ¿O químicos y biológicos?

—Bordeu 2023: una mirada hacia la ganadería del futuro

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—Los productores argentinos insisten: pondrán U$S 40.500 millones bajo tierra

—Odisea argentina: cómo comunicar qué hace el campo y no fracasar en el intento

—Lo que faltaba: la inteligencia artificial se mete entre las malezas

—Retenciones a las economías regionales: el (consabido) pato de la boda

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—Carne vacuna exclusiva: más barata no se consigue

—La agricultura que no miramos: tratado sobre inundaciones y sequías

—El derrame bonaerense que no fue (porque la seca no quiso)

—Exportación: los pequeños volúmenes que pueden hacer grande al país

—Agroactiva 2023: otro mundo que no deja de proyectarse al mundo

—Brecha de rendimiento: ¿el concepto que obliga a reinventar la agronomía?

—Seguro multirriesgo agropecuario: un proyecto para repensar el campo

—Leche hervida: ¿por los cambios de hábito o por el (menor) poder adquisitivo?

—Realismo mágico: el consumidor paga casi $ 4 por cada $ 1 que recibe el productor

—Los números del trigo: ¿habrá pan bajo el brazo?

—Carne vacuna: ¿por qué cae el consumo en nuestro país?

—Lo que faltaba: ratifican la tendencia a la baja del precio de la carne de exportación

—No habrá derrame: las otras consecuencias de una sequía histórica

—Cae la SD: si la sustentabilidad importa, alguien tendrá que resetear

El lado B del cambio climático: incide más en la temperatura que en la lluvia

Carne vacuna: el agregado de valor que hace la diferencia

Trigo: ¿la solución es eliminar las retenciones?

Que el árbol no tape el bosque: es necesario reinventar la sostenibilidad

Trigo HB4: el bálsamo que puede cambiar la historia productiva del SOB

Sequía: ¿Es utópico pensar que se trata de otra oportunidad?

Carne vacuna (indómita): ¿cuándo terminará la recomposición de precio?

Todos los huevos en la misma canasta: Argentina ya es el cuarto consumidor del mundo

Enero seco: la agroindustria (y el país) empiezan a sentir el impacto en las exportaciones

Sequía 2022: cuando el SOB tuvo su propia versión de zona núcleo

De carne somos: ¿No consumir más de dos hamburguesas por semana puede salvar al planeta?

Toda la carne en el asador (para seguir perdiendo frente a la inflación)

La suerte está echada: las pérdidas de la campaña 2022/2023 serán multimillonarias

Contámela de nuevo: la exportación cerealera superó los U$S 40.000 M en 2022

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Cuidado con los inútiles https://www.lanueva.com/nota/2024-3-10-5-0-20-cuidado-con-los-inutiles Opinión 2024-3-10-5-0-20-cuidado-con-los-inutiles En un año complejo, en el que los ánimos ya están alterados y cada vez es más evidente  la dificultad para evitar estallidos emocionales, solemos terminar dudando de nuestras propias capacidades. Las fortalezas entran en una especie de pulseada con nuestras debilidades y el temor a ser descartado se convierte en un fantasma que acecha.

Pareciera que ser útil, productivo y eficaz es el imperativo de cara a los tiempos que se avecinan. ¿Hay una necesidad exagerada por mostrar y demostrar la propia valía? ¿Dónde está el límite que evita caer en las garras de aquellos que utilizan y descartan al otro?

Plena vigencia tiene la vara que mide entre útiles e inútiles, entre los que sirven y los que no, entre los aptos y los ineptos. Según el diccionario útil significa “que trae o produce provecho, servicio o beneficio”. Seguramente vienen a la mente aquellas personas que han sido y son útiles para la sociedad y también aquellos que solo son útiles para sí mismos aumentando sus arcas y egos, pues los beneficios siempre son propios y todo gira en torno al propio ombligo. También vienen a la mente esos ineptos comúnmente llamados “máquinas de impedir”.

Viktor Frankl vivió en carne propia los horrores del Holocausto, fue prisionero en Auschwitz y Dachau; terrible experiencia que atravesó y superó de forma paciente y que sentó las bases para una forma de terapia conocida hoy como Logoterapia.

Este existencialista, que sobrevivió el espanto y la pérdida de toda su familia, siempre tuvo en claro que su objetivo personal no era otro que el de ayudar a los otros a que encuentren el sentido de la vida; el resultado se traduce en una obra traducida en varios idiomas y que continúa inspirando a millones de personas: “El hombre en busca de sentido”.

A veces dudamos de nuestra capacidad, de poder contribuir a un proyecto y hasta nos perturba la idea de cuánto valemos y de cuánto podemos aportar; sensaciones propias de tiempos signados por la falta de empatía y el exacerbado egoísmo.

Aportar algo al mundo, convertirlo en un espacio “más amigable” no necesariamente implica un descubrimiento digno de Premio Nobel, alcanza con ser y sentirse partícipe de un pequeñísimo cambio a través de la profesión que desempeñamos, de nuestras habilidades o hasta de un hobby. 

¡Qué no te usen, tampoco inutilicen!

Se supone que dar y recibir sienta las bases para que una relación no sea disfuncional; la reciprocidad traducida en “hoy por ti mañana por mí” es lo que alimenta y sostiene los vínculos.  La ausencia de una correspondencia equilibrada genera sentimientos de tristeza, dolor, enojo, ira; aumenta la desconfianza y nos sentimos defraudados. 

Ser y sentirse útil conecta con un estado de bienestar y plenitud, pero la línea entre el “uso y el abuso” a veces es muy delgada, pues seres dispuestos a dar, son proclives a ceder ante necesidades ajenas desmesuradas. Será cuestión de no caer en la condescendencia de forma tal que terminen drenando nuestras energías y emociones; y antes de dudar de tu valía asegúrate de no estar rodeado de inútiles.

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Sube el consumo de carne vacuna: cuando la calidad es una razón de peso https://www.lanueva.com/nota/2024-3-8-5-0-34-sube-el-consumo-de-carne-vacuna-cuando-la-calidad-es-una-razon-de-peso Opinión 2024-3-8-5-0-34-sube-el-consumo-de-carne-vacuna-cuando-la-calidad-es-una-razon-de-peso Hace tres años, el consumo de carne vacuna en la Argentina llegó a su pico más bajo: 48 kilos por habitante por año. Referencia: en 1923 se consumían 96 k/h/a. Tras un segmento de estabilidad en torno a los 80 k/h/a, el retroceso fue para tomar impulso: a inicios de la década del cincuenta llegó a los 92 k/h/a para, posteriormente, arribar al pico histórico de 101 kilos en el año 1956.

Tras la caída significativa de 2009 a 2010 (post-sequía histórica; ejemplo, en el partido de Patagones llovió un promedio de 95 milímetros anuales) de 68 kilos por habitante a 58 k/h/a, en 2021 se tocó fondo y, llamativamente (o no), se inició un repunte que hoy llevó a los 50 kilos para 2023 (en pleno desplome del poder adquisitivo que, como se podrá apreciar no sólo en las góndolas cárnicas, se ha acentuado dramáticamente en los últimos tres meses en diferentes sectores).

Mas. Según los informes del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el índice general de salarios del último año en la Argentina aumentó un 152,7 % vs. un aumento general de precios al consumidor (IPC) que, para el mismo segmento, se incrementó al 211,4 % anual. En otras palabras, se denota el claro deterioro del poder de compra de los consumidores.

Mas (bonus track). De acuerdo con el habitual relevamiento de precios minoristas que realiza el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el valor de la carne vacuna anotó una suba del 307 % en todo el transcurso de 2023, cuando la carne aviar lo hizo al 240 % (67 puntos menos) y la de cerdo un 254 % (—53).

Una primera lectura, sólo a partir de las estadísticas, induce a pensar que el consumo de la denominada carne de vaca en la Argentina ha encontrado un piso (aquellos 48 k/h/a) y que ya nada parece que lo hará caer, más allá del incremento de las exportaciones (consolidadas para el corriente ciclo) y eventuales caídas de stock por sequías u otras circunstancias.

María Julia Aiassa, consultora de mercados cárnicos del Rosgan, lo interpreta de esta manera: “El conocido efecto de sustitución de bienes, que suele observarse en contextos de fuerte pérdida real de los ingresos, parece no estar dándose en el consumo de carnes, en particular con la carne vacuna que, siendo más cara en relación a otros tipos como el pollo o el cerdo fue, a su vez, la que mayor incremento porcentual de precios registró en el último año”.

Respecto del consumo anual total de carnes en nuestro país, los tres dígitos se consolidaron a partir de 2007, con 106 k/h/a (69 kilos de vacuna; 29 de pollo y 8 de cerdo), con picos de 118 k/h/a en 2015 (59, 47 y 11, respectivamente). Aclaración: con el ovino y con lo producido por la industria pesquera actualmente se arriba a alrededor de 117 kilos por habitante por año, una de las cifras más altas del mundo en el consumo íntegro de proteínas).

La carne aviar creció exponencialmente desde 2002, pero parece encontrar un techo, al menos por estos años años, en los 46 k/h/a; otro tanto sucede con los porcinos.

“Sin embargo, este proceso de sustitución que se fue dando paulatinamente en los últimos años no se asocia en forma exclusiva a un efecto ingreso, sino que involucra, además, una tendencia a la incorporación de carnes alternativas en respuesta al fuerte crecimiento registrado en la producción y en la comercialización interna de estas otras carnes”, dice Aiassa.

“Lo que resulta curioso observar, en una primera mirada, es la inelasticidad general que ha presentado el consumo en los últimos dos a tres años frente a un proceso de fuerte deterioro real de los salarios. En este sentido, a pesar de los aumentos sostenidos en los precios el consumo de carnes no sólo no cayó, sino que se incrementó ligeramente”, agrega.

La investigadora del Mercado Ganadero detalla que, en el año 2023, el aumento general de 111 a 113 kilos per cápita se explica —casi íntegramente— por un aumento en el consumo de carne vacuna, ya que el resto se mantuvo estable. “Pero, analizando de manera detenida los números, si medimos el gasto promedio mensual destinado al consumo de carnes en nuestro país, y descontando la inflación acumulada a diciembre del año pasado, vemos que, lejos de crecer, el gasto total en términos reales ha disminuido ligeramente en los últimos tres años”, concluye Aiassa.

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Cuando el descanso es escaso https://www.lanueva.com/nota/2024-3-3-5-0-51-cuando-el-descanso-es-escaso Opinión 2024-3-3-5-0-51-cuando-el-descanso-es-escaso Cada vez es más reiterada, entre aquellos que pudieron tomar vacaciones, decir la frase “vacaciones de la vacaciones”, algo así como un mantra que expresa que tras el período de descanso es necesario tomar un tiempo adicional para recuperarse de las vacaciones, de esos días en los que la rutina se alteró. 

Mención especial merecen quienes no han podido establecer una pausa y deben recuperarse del agotamiento acumulado. Entonces cabe preguntarse: ¿El cansancio nos corroe lentamente? ¿Hay una gota que colma el vaso? 

El cansancio y el sentimiento de desgaste, nos deteriora lentamente. Según las Neurociencias, un cerebro “fatigado” responde de manera diferente a los estímulos, se torna más sensible a nivel emocional y la realidad es percibida de manera negativa, al margen que de por sí, pueda ser negativa. 

El agotamiento, ése que poco a poco nos arroja a un estado “zombi”, es consecuencia de una gran cantidad de actividades y tareas que asumimos y que también nos imponen sin advertir que en algún momento nos pasarán factura y sin percibir que no es “una gota la que colma el vaso” sino una sucesión de ellas.

La pregunta es cuánto podemos soportar, ya que cuando se está llegando al límite es esperable que se manifiesten algunos estados. Experimentamos insomnio, hay una disminución de la energía que hace que al despertar sintamos que no llegaremos al final de la jornada; falta de concentración, fallas en la memoria, confusión y obviamente aumenta la posibilidad de cometer ciertos errores.

Además, estamos irritables, pesimistas, nos gana la desilusión y la desmotivación; la capacidad de disfrutar se va extinguiendo mientras el mundo va de los grises al negro profundo.

El cansancio también se traduce en una serie de signos físicos a los cuales debemos estar alertas. Los más frecuentes son: pérdida o aumento del apetito, cefaleas, palpitaciones, problemas digestivos.

Sumergidos en el agotamiento y sin poder salir a la superficie, buceamos en la creencia de que el cansancio es hasta una sensación resultante de las decisiones erróneas, del acopio de esas equivocaciones fatales, de las decepciones y los fracasos.

No es casual que un determinado momento o ante la cosa más insignificante, el vaso rebalse y nuestra vida se desborde. Ese el momento para detenerse y pensar con calma cuál es la causa de nuestro cansancio, sin responsabilizar a otros y asumiendo que en ocasiones tenemos “el sí fácil”.

Generalmente cuando el cansancio nos aprisiona y socava a tal punto de olvidarnos de nosotros mismos es porque nuestras necesidades y deseos están quedando sepultados en la polifonía de voces y exigencias ajenas.

Si necesitás “vacaciones de vacaciones” o si aún no pudiste dedicarte un descanso habrá que establecer límites, disminuir las autoexigencias y generar espacio para experiencias placenteras. Además, habrá que fijar prioridades pues no siempre lo urgente es importante. A veces realizamos “inversiones emocionales” en temas triviales y en personas que no merecen nuestro tiempo y mucho menos nuestra energía. 

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Trigo: ¿cuál es el perfil soñado por la cadena? https://www.lanueva.com/nota/2024-3-1-5-0-6-trigo-cual-es-el-perfil-sonado-por-la-cadena Opinión 2024-3-1-5-0-6-trigo-cual-es-el-perfil-sonado-por-la-cadena Los actores de la cadena del trigo dicen saber por dónde hay que ir para que la producción llegue más lejos, más alto y más rápido. Del mismo modo, aseguran saber por dónde no hacerlo.

Una buena ocasión para acordar un balizamiento de esta ruta del presente y futuro del cultivo representativo del sudoeste (y sudeste) bonaerenses se presentó en el marco de la Mesa Nacional del Trigo desarrollada en la ciudad cordobesa de Leones, que reunió a representantes de distintos eslabones de una producción relevante en la mesa de los argentinos (casi tal como el pan nuestro de cada día).
Con un formato de acta, se acordaron puntos clave, listado de pedidos y propuestas de trabajo.

En el espíritu que sobrevoló el club Leones coincidieron todos: “Si queremos producir y exportar más trigo, hay que eliminar las retenciones”. Hoy están situadas en el 12 % y desde el Gobierno no han descartado subirlas al 15 %.

Entre los pedidos, existen dos puntos que están unidos a objetivos semejantes. Por un lado, trabajar y mejorar procesos de trazabilidad y transparencia, solicitando una urgente intervención del Estado para frenar la marginalidad, así como, por otro, impulsar un proyecto de ley para el uso de semilla certificada a través de una doble deducción de ganancias y la alícuota de IVA igual al producto.

Generar nomencladores para vender los distintos tipos y potenciar la comunicación del mapeo de calidad de trigo en Argentina no son ideas nuevas, pero sí que parecen priorizarse, tal como la adopción de un programa de buenas prácticas agropecuarias a nivel nacional; la trazabilidad de material genético modificado (GMO) y la promoción de tecnología para los productores en zonas marginales, ya sea con riego, conservación de suelos y demás, algo para tener en cuenta para una zona semiárida con la que rodea a Bahía Blanca.

Desde el punto de vista gremial, las entidades insisten con la previsibilidad, con la eliminación de los mecanismos de intervenciones distorsivas e informales, así como, bien en modo discusión de coyuntura, con el rechazo de fideicomisos o herramientas semejantes vinculados al trigo. Claramente, tampoco quieren que haya un desdoblamiento cambiario.

Los denominados puntos de acuerdo son, justamente, eso; los que menos rispideces conllevan y los que en menos tiempo se desarrollan. Ejemplo: “Incentivar la producción de trigo 2024/2025”.

Cuando surge la pregunta natural (el cómo) aparecen las respuestas: “Con normas claras (…) avanzando en propuestas legislativas que contribuyan a la cadena; con una ley de semillas y recursos fitogenéticos estratégicos (léase bancos de germoplasma); promoción de fertilizantes; plan agroindustrial; investigación, desarrollo e innovación y generar un espacio desde Instituto Nacional de Semillas (Inase) para analizar los lineamientos de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) en profundidad.

La reunión realizada en el club Leones.

Asimismo, se pretende una visión sistémica del trigo a los efectos de un mejor posicionamiento de la cadena dentro de la bioeconomía, así como la promoción de las exportaciones y el valor agregado del trigo, infraestructura e innovación institucional.

Otra coincidencia lograda es Leones es que hay que trabajar mucho. Y que la agenda del futuro requiere de la armonización de lo público y lo privado, para lo cual se formó una mesa que se reunirá dentro de 180 días para evaluar la marcha de los objetivos propuestos.

¿Cuáles son? Ley de semillas, UPOV (se alienta un sistema eficaz respecto de las nuevas variables que surgen en el mercado) o una propuesta superadora que surja de investigaciones locales.

Si bien se consideró como el último punto de la propuesta de trabajo, una sustancial atención debería presentarse —salvo mejor opinión— a la comunicación, más allá de proponerse una “estrategia para hacer masivos los beneficios del trigo y su transformación, así como las acciones respecto de la sostenibilidad”. Se torna relevante la forma en que la información llega a los decisores, así como a una sociedad ávida de saber qué, cómo y cuándo el campo hace lo que hace, especialmente si la repercusión será sobre la mesa de los argentinos.

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El impacto de la comunicación presidencial https://www.lanueva.com/nota/2024-2-25-5-0-32-el-impacto-de-la-comunicacion-presidencial Opinión 2024-2-25-5-0-32-el-impacto-de-la-comunicacion-presidencial No caben dudas que si hay dos disciplinas que cada vez “maridan mejor” y que se completan de manera casi perfecta para poder “leer conductas” y entender la realidad, la Psicología y la Política cumplen ese cometido.

En 1967, Paul Watzlawick, junto a otros autores publica la “Teoría de la comunicación humana”, marcando un hito, la comunicación ya no se puede concebir sin tener en cuenta el contexto en el que se produce.

Teoría con plena vigencia, ofrece los cinco axiomas que rigen la comunicación. En esta columna alcanza con mencionar dos de ellos. El primero: “Es imposible no comunicar”, refiere a que todo comunica y el segundo que expresa que en todo mensaje intervienen dos aspectos, el contenido que se trasmite y la relación que se establece entre los interlocutores; sintetizando: “qué se dice”, lo aporta el contenido, y la relación “el cómo hay que interpretarlo”.

Te preguntarás a que viene tanta teoría, la idea es habilitar líneas de pensamiento, máxime cuando últimamente el presidente Javier Milei emite una serie de mensajes que si bien están en línea con su estilo comunicacional tienen un impacto en las emociones de la población. 

¿Qué pasa en nuestra mente cuando los mensajes de un presidente tienen contenido amenazante? ¿Qué relación pretenden establecer con nosotros?

Ya sea a través de redes sociales o de medios de comunicación masiva pronunciar un mensaje amenazante, desafiante y violento rara vez tiene buenos resultados. Quien lo emplea suele concebir al escenario político como un combate en cual, despachar artillería verbal, permitiría obtener la recompensa de los ciudadanos, fidelizar adeptos o sumar nuevas voluntades. 

Sin embargo, está comprobado que la ironía, el enojo, la amenaza, o amedrentar desde gobernadores hasta artistas, desencadena en los espectadores una serie de emociones que al menos se deben tener en cuenta.

Las emociones básicas son siete. Sorpresa es una emoción neutra y es la reacción típica ante lo inesperado, alegría es positiva y las restantes y negativas son: tristeza, miedo, ira, desprecio y asco. Todas, siempre, desencadenan conductas y a veces las consecuencias se traducen en verdaderas escaladas.

No hay que perder de vista que la “luna de miel”, esos 100 primeros días de gobierno, entraron en cuenta regresiva, los bolsillos tocan fondo y a pocos les importa el superávit fiscal cuando el debate pasa por si alcanza o no para la comida.

Entonces, ¿cuánto tiempo puede resistir la salud mental cuando el dinero no alcanza y los mensajes están impregnados de violencia?

Desde la Psicología se advierte cómo los ánimos van mutando y las emociones se van encendiendo. Primero aparece la desilusión y la decepción, lo que indica el fin del encanto o del enamoramiento. Lo prometido en campaña se convierte en deuda y así aparece el disgusto y el enojo. En esta instancia la moderación y una estrategia de comunicación con mensajes serenos y previsibles son parte del ABC.

Ante el enojo no decodificado rápidamente surge la preocupación, ésta ya se evidencia y se irá acentuando en el mes de marzo con la vuelta a clases y el aumento de tarifas. Luego se instala la queja, pues ante una realidad dolorosa, en la que cubrir las necesidades básicas se complejiza, la conducta esperable que acompaña a ese clamor individual es la frustración.

Ya se ven los “enojados”, pacíficos, que, para intentar salir del disgusto, piensan en soluciones y las comparten en sus grupos a modo de catarsis. Las frases son: “yo no pensé que fuera a tomar estas medidas, está ajustando al laburante…”

Otra conducta que toma el enojo luego de la decepción es la apatía y se traduce en una especie de indiferencia y hasta desánimo. Además, el desinterés se acrecienta con cada promesa incumplida junto al desaliento de seguir participando en procesos de construcción, los arrepentidos del voto ya se manifiestan a viva voz.

Pero lo peligroso es cuando el enojo es ignorado o minimizado, porque rápidamente conecta con la impotencia, se agranda como bola de nieve y los mensajes violentos y desafiantes son el combustible que se necesita para que el fuego arda y comiencen los estallidos de violencia y furia como ha sucedido en tantos países. 

Entonces, como todo comunica, como todo mensaje tiene un contenido, pero también establecemos una relación, tengan presente que ni los bolsillos, ni los ánimos ni las emociones resistirán por mucho tiempo discursos de guapos; es imposible construir desde la amenaza.

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Argentina inédita: produce alimentos para 400 millones (en medio de una pobreza del 57 %) https://www.lanueva.com/nota/2024-2-23-5-0-59-argentina-inedita-produce-alimentos-para-400-millones-en-medio-de-una-pobreza-del-57 Opinión 2024-2-23-5-0-59-argentina-inedita-produce-alimentos-para-400-millones-en-medio-de-una-pobreza-del-57 Más allá de un debate poco menos que interminable sobre el número preciso de la capacidad productiva de alimentos de nuestro país, atendible desde donde se lo mire, cierto es que, en relación a los 46.234.830 habitantes (censo del Indec 2022; actualizado a 2023), se presume de una cifra de alrededor de 10 veces superior.

El cálculo viene a cuento tras conocerse el informe Estimación de los efectos del impacto inflacionario posdevaluación - Escenario a diciembre 2023 y enero 2024 del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), donde, entre otras variables, se registra que la tasa de pobreza en Argentina llegó al 57,4 %.

Las razones se encuentran en el incremento de los niveles de inflación y del costo de la Canasta Básica Total (establece la línea de pobreza) y de la Canasta Básica Alimentaria, un paso superior que determina la indigencia. Esto es, poco más de 27 millones de compatriotas han caído en la pobreza y unos 7 millones ya forman parte de la indigencia. (Referencia de la misma fuente: 44,7 % fue la pobreza del primer trimestre de 2023 y 49,5 % en este diciembre. En 2002, año de la salida de la convertibilidad, había sido del 54 %, Indec).

Tras el (necesario y coyuntural) prólogo, la pregunta es: si producimos alimentos para 400 millones de habitantes (300, 200 o 100, ya que algunas de las 120 millones de toneladas anuales en forma de soja y maíz se destinan a consumo animal y de allí la irrelevancia a los efectos de este planteo), ¿cómo se explica que entre la indigencia y la pobreza haya unas 34 millones de personas en situación de vulnerabilidad que, muy probablemente, no almuercen o cenen todos los días?

Una primera respuesta la ensaya el historiador Roy Hora, doctor en Historia por la Universidad de Oxford; investigador principal del Conicet y profesor en la Universidad Nacional de Quilmes y en la UdeSA: “A mí no me gusta ese tipo de razonamiento, porque hacerlo indicaría que, en primer lugar, deberíamos resolver los problemas de alimentación que hay en el país y, si sobra algo, recién se podrá exportar. Me parece que tiene más sentido que armemos una industria de exportación potente y con los recursos generados se podría sacar de la pobreza a más de media Argentina que está con el agua al cuello”.

Hora —en diálogo con La Nueva.— aclara que tal decisión no sólo tendría cabida para el momento actual, sino en términos de un proyecto de crecimiento de país (en el que también las retenciones están en discusión).

“Es una mala manera de concebirlo (al planteo de los alimentos para 400 millones), más que nada porque hace mucho tiempo que hay gente que está mal y eso sucede, entre otras cuestiones, porque la economía argentina crece poco y no genera empleo. Y esto involucra a todos los sectores”, indica.

“¿El rol del campo? No tiene que ser el responsable de generar más puestos de trabajo, ya que su función fundamental es mover la rueda de la actividad económica vía la generación de exportaciones. En este sentido, desarrollo exportador implica más capacidad de importar y armar una económica, basada en el mercado interno, mucho más sólida y que genere puestos de trabajo”, amplía Hora.

Roy Hora, doctor en Historia por la Universidad de Oxford.

Una visión —con eventual solución incluida— ofreció oportunamente un economista en una de sus recorridas por paneles de debates sociopolíticos de la tevé nacional.

“Argentina produce alimentos para 400 millones de seres humanos, por lo que tomando la presión impositiva media del 50 %, el Estado podría dar alimentos gratis para 5 poblaciones argentinas. Sin embargo hay un montón de personas cagándose de hambre (...)”, sostuvo el Dr. Javier Gerardo Milei, hoy presidente de la República Argentina, por Twitter (hoy X) el 18 de noviembre de 2018.

Para el Lic. Iván Ordóñez, con un posgrado en agronegocios de la UBA y coautor de los libros Campo, el sueño de una Argentina verde y competitiva y La soja en la Argentina, en nuestro país no faltan alimentos y así proyecta la cuestión: “¿Qué debería suceder? Que el mercado interno compita con el externo, que se exporte más, se genere más riqueza y, por ende, más empleo”.

En razón de los argumentos expuestos, salir por arriba parece la manera más adecuada de poner las energías en el lugar indicado. Está claro de que el debate sobre alimentos argentinos para millones de habitantes, cantidad de toneladas y demases puede zanjarse con una mayor producción que derrame recursos, en el mejor de los casos, para resolver las (cada vez más importantes) desigualdades sociales.

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Casi un huevo por día: el hábito argentino que llegó al podio mundial https://www.lanueva.com/nota/2024-2-16-5-0-57-casi-un-huevo-por-dia-el-habito-argentino-que-llego-al-podio-mundial Opinión 2024-2-16-5-0-57-casi-un-huevo-por-dia-el-habito-argentino-que-llego-al-podio-mundial Con un récord de 314 huevos por habitante por año (un 5,16 % más respecto del año previo), 2022 fue un momento histórico para el consumo en la Argentina. Así entonces, las cifras para 2023 no se preveían alentadoras por varios factores (léase influenza aviar y otros). El error no podría haber sido más elocuente.

Durante el año que pasó, en nuestro país se consumió un promedio de 336 huevos per cápita, desplazando a Colombia del tercer puesto (325 h/p/h), aunque aún lejos de quienes están en los dos primeros lugares de un producto cada vez más valorizado: México, con 392 h/p/h y Japón, con 377 h/p/h (a valores oficiales de 2022).

El Dr. Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (Capia), explica el fenómeno de esta manera: “2023 fue un año sumamente complicado. En primer lugar por la epidemia de la influenza aviar, con un mercado interno bajo un proceso inflacionario y bolsillos menguados de los consumidores, a lo que se les sumaron restricciones al crédito e incertidumbre electoral que impactaron negativamente en las inversiones. Por otro lado, las exportaciones fueron afectadas —en su competitividad— por la existencia de diversos tipos de cambio y dificultades para acceder a las divisas para la adquisición de insumos”.

Con características generales de bajo en calorías y carbohidratos, y alto en proteínas, aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, el huevo se caracteriza —según el consenso de los expertos— por aportar grasas, tanto saturadas (las denominadas malas) como insaturadas, que equivalen a las llamadas buenas, y colesterol.

No dejan de marcarse, asimismo, la contribución al sistema inmunológico; el aporte a las dietas vegetarianas; el papel en la nutrición para los primeros 1.000 días e, incluso, para un mejor rendimiento deportivo.

Los números de 2023 dejaron, según el relevamiento de la Capia, un incremento en casi todos los ítems productivos.

Por ejemplo, en aves de postura se alcanzaron las 53,1 millones de animales, para una variación interanual de 2,89 %; en huevos producidos la variación fue del 2,88 %, con 15.807.600.000 y en huevos de mesa la cifra fue de 13.911.000.000, con 2,88 % de variación respecto de 2022. En tanto, en huevos procesados se produjeron 1.897.000.000 con un aumento de 2,89 % respecto del año anterior.

Dr. Javier Prida, titular de la Capia.

La producción per cápita fue de 343 huevos, lo que representó un incremento del 3 % respecto de 2022 y el consumo creció a un nivel interanual del 4,35 %. El mercado interno absorbió el 97,73 % (1,17 % más respecto de 2022), mientras que el externo representó 2,27 %, quedando aquí marcado el primer asterisco negativo: – 33,24 % en relación al año anterior.

Referencia: en la Argentina el crecimiento del consumo se ha producido en forma constante. En tal sentido, el dato es que en 2009 era de 129 huevos por habitante; que en 2019 llegó a 284 y que en 2021 fue de 301.

Más allá de la mesa de los argentinos, según la Capia el huevo es la economía regional que mayor valor agregado logra por tonelada exportada, así como la industria avícola consume anualmente 1,5 millones de toneladas de maíz y 500.000 Tns. de soja y genera empleo genuino para 18.000 personas en forma directa y 12.000 de manera indirecta.

Lo más relevante es que, aún en el actual contexto, hay futuro.

“Es necesario que el Gobierno continúe con el proceso de normalización de las variables económicas, así como de los tipos de cambios. Desde Capia valoramos el esfuerzo y destacamos, en su momento, el retiro del capítulo fiscal del proyecto de ley ómnibus que significaba un aumento del 15 % en los derechos de exportación de muchos sectores agroindustriales, incluida nuestra industria. Por otro lado, todavía nos preocupa el arancel cero para las importaciones de huevos y subproductos y, en tal sentido, ratificamos nuestra predisposición al diálogo para seguir produciendo e invirtiendo en nuestro país con un producto de calidad nutricional, accesible y de altos estándares ambientales”, admite el Dr. Prida.

Lejos del recurso de la queja, los indicadores positivos de la industria del huevo ratifican otra apuesta y compromiso por la producción.

Más allá del mercado interno y de su relevante presencia en el mapa alimentario, la Argentina posee una fuerte inserción en más de 50 mercados internacionales. Justamente, si de potenciar la exportación —que permita el ingreso de divisas— se trata, esta es una de las alternativas.

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¿Ciudad careta? https://www.lanueva.com/nota/2024-2-11-9-58-0-ciudad-careta Opinión 2024-2-11-9-58-0-ciudad-careta En ocasiones se suele escuchar que “Bahía es careta” y pienso si no sería como una ciudad en un carnaval eterno. Carnaval y máscaras son parte del mismo combo, así que hoy, la columna, intenta “desenmascarar” esta cuestión.

Recordemos que la palabra persona, proviene del griego ‘prosopón’, que a su vez es el término que señala las máscaras que utilizaban los actores de la tragedia y la comedia. En la Grecia clásica, ‘prosopón’ designaba tanto a la persona como a la máscara, de esta manera el mismo actor salía a escena con diferentes máscaras que correspondían a diferentes personajes. 

De forma consciente e inconsciente, en la vida real y también en la virtual, utilizamos una cantidad de máscaras que responden a los diferentes roles que desempeñamos o que intentamos mostrar. Por ejemplo, roles familiares, profesionales entre otros, pero a su vez hay otras máscaras que no siempre corresponden a lo que en realidad somos, sino más bien a la forma como queremos que nos vean.

Una de las tareas de la Psicología es advertir esa careta y trabajar en ella, porque sin dudas enmascara un problema, síntoma, dolor o conflicto; hay un esfuerzo por cubrir algo que no se quiere mostrar.

Según investigaciones, ocultarse es una de las primeras reacciones humanas ante las faltas cometidas y el origen se encuentra en el miedo a ser descubierto, por ende, se usan caretas por miedo a expresarnos, a ser juzgados, a ser reprobados, a que nos conozcan. 

También se recurre a una careta para encontrar o conservar una pareja, amistades, para agradar, atraer y ser aceptado. Se intenta ocultar, encubrir sentimientos, disimular dolores y debilidades o tapar “la realidad” como si los otros no pudieran verla.

Y así, como en un carnaval, en la vida cotidiana se advierte un desfile de personas y personajes con distintas caretas, pero ¿cuáles son las más habituales?

Como si fuera un local en Venecia o Río de Janeiro en el que uno compra una máscara, hay algunas que son “tendencia” y desfilan en la comparsa de la vida cotidiana. 

El justiciero, con su careta de ecuanimidad, cree tener la vara para medir con exactitud y es inflexible. El perfeccionista, disfraza obsesiones y miedos. El fuerte, que todo lo puede, esconde tras su escudo protector, heridas aún abiertas.

El ansioso que respira profundo, cuenta hasta diez, cien, mil y se esconde detrás de una falsa serenidad. El angustiado que oculta su estado con excesivo derroche de optimismo. El exitoso, generalmente altanero, que enmascara los números en rojo de su cuenta bancaria. 

El controlador, que fue traicionado, vigila todo bajo la máscara de la minuciosidad para evitar nuevas traiciones. El superado, disfraza así su inseguridad y no permite que algo nuevo suceda.

El escurridizo, que disfruta la soledad y huye de compañías por temor a ser rechazado. El seductor, con gentilezas y palabras aduladoras, encubre conductas hostiles, manipuladoras, acosadoras y violentas.

El castigado o masoquista, que enmascara humillaciones padecidas en los primeros años de vida, cubre la pena y la vergüenza transitando por la vida buscando dolor. 
El divertido de risa estridente, oculta un vacío y ensordece sus tristezas. El indiferente, ése, al que nada le importa, está hecho trizas por dentro. El independiente, encubre desamparos y libra batallas cotidianas contra el desapego, no puede comprometerse por miedo al abandono.

La víctima, disfrazada para llamar la atención, siente que es blanco de ataques, que el mundo está en su contra y ve conspiradores donde no los hay; sin dudas la careta de “llorona” le reporta grandes beneficios, aunque no siempre duraderos.

No sé si se puede definir a una ciudad “como careta”, antes de etiquetar hay que dedicar un tiempo para definir cuáles son las características que trata de ocultar y destacar los rasgos que la definen.

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