Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Héroes de Malvinas evocaron en Monte su hora más gloriosa

Tripulaban el avión que ubicó en el mar las balsas de los sobrevivientes del crucero Belgrano. Salvaron 770 vidas.
Los tripulantes del Neptune, héroes de Malvinas, contaron su vivencia en Monte Hermoso.

Agencia Monte Hermoso

laregion@lanueva.com

"Cuando encontramos las balsas estábamos muy emocionados: gritábamos, algunos lloraban. Decían ¡Una balsa allá! ¡Vamos para allá! ¡Otra balsa allá! Hasta que le dije al comandante Perez Roca: ¡Vámonos de acá o nos van a tener que venir a buscar a nosotros también! Ya no teníamos combustible”.

El testimonio pertenece a Miguel Ángel Noel, uno de los 10 tripulantes del avión Neptune 2P 111 de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración que divisó las balsas con sobrevivientes del crucero argentino ARA General Belgrano que fue hundido por el submarino nuclear inglés HMS Conqueror, el 2 mayo de 1982.

De los 10 tripulantes de ese vuelo, ocho volvieron a encontrarse la semana pasada en Monte Hermoso tras siete años de no verse invitados por Miguel Ángel Noel, integrante de este grupo, radicado en la ciudad.

Fueron reconocidos por el Concejo Deliberante y recibidos en el despacho del intendente Marcos Fernández.

Gracias a su coraje y a las decisiones que tomaron se salvaron 770 almas. Fue el rescate más grande de todas las guerras navales de la historia.

El momento

José Andersen, oficial a cargo de coordinar las operaciones del avión contó que llegaron al área de operaciones con el dato preciso de que no había en la zona buques de superficie ingleses. El vuelo que los había precedido había suministrado esa información.

Luego de tres horas de búsqueda avistaron una gran mancha de petróleo. Y surgió un inconveniente: en el avión solo quedaba el combustible necesario para llegar a un aterrizaje seguro en caso de que uno de los motores fallara. Si seguían volando y un motor fallaba, había altas probabilidades de tener consecuencias fatales.

Andersen informó la situación al comandante.

"Me dijo: ¿Si usted estuviera en la balsa no le gustaría que lo siguieran buscando? El capitán Perez Roca preguntó al resto de la tripulación: ¿Hay alguien que se oponga a permanecer en zona, buscando? Y nadie contestó. Estábamos necesariamente de acuerdo. Frente a un hombre que conduce desde el ejemplo no podés hacer otra cosa más que acompañarlo", opinó.

Una hora y 35 minutos después se concretó el hallazgo.

"¡Balsas a la vista!", gritó el suboficial Ramón Leiva. Varios se quitaron el cinturón de seguridad para abrazarse y saltar en la cabina.

Marcaron la posición del avión y -con algo de retraso- lanzaron las marcas de humo. Las mismas cumplen la función de señalar el lugar exacto al cual volver y permite a los náufragos saber que fueron localizados.

"Era un vuelo complicado, a muy baja altura por la nubosidad y con olas de 9 metros", contó Andersen.

Por su parte, el veterano Oscar Alfredo Rodríguez, otro de los tripulantes del Neptune, relató a “La Nueva.” que los buques de rescate se encontraban a 60 millas de las balsas (unos 110 kilómetros) .

"Las balsas tenían techo, eran cerradas. No vimos a la gente, ni cuerpos en el agua", contó.

Tras el hallazgo de las balsas el Neptune sobrevoló la zona un tiempo más. El peligro de quedarse sin combustible se acrecentó

Minutos antes del aterrizaje en Río Grande se encendieron en el avión las luces que indican baja presión de combustible. Lograron aterrizar implementando la maniobra de alimentación cruzada que consiste en enviar combustible de cualquier tanque a cualquier motor. Tenían 50 galones de nafta, el equivalente a 15 minutos de vuelo.

Salvaron 770 vidas.