9 coleccionistas que viven en la zona de Bahía

Redacción de La Nueva.

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Por Pablo Goicochea / pgoicochea@lanueva.com

   Con los coleccionistas bahienses ya metimos parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4, así que ya era hora de que en #LaNuevaLista nos enfocáramos en la gente de nuestra región.

AVIONES

   Guillermo Alejandro Franke vive en Coronel Suárez y hace medio siglo comenzó a interesarse por los aviones.

   De profesión molinero, forma parte del Club de Planeadores de la ciudad y 8 miembros de su familia fueron pilotos.

   A sus 69 años posee una colección de más 160 maquetas de aviones que completa con medallas, dibujos, cuadros, gorras y artículos relacionados.

CACTUS

   Jésica Pérez se dedica desde hace 10 años a coleccionar cactus en Villa Ventana.

   Tiene 33 y vive de su vivero y del taller que abrió tras invertir todos sus ahorros.

   Cuenta que una noche lluviosa sacó una caja con cactus para vender y unos chicos que pasaban se los compraron todos: "En plata era como si fuese hoy medio sueldo".

   En ese momento se dio cuenta de que estaba "por el camino indicado".

ELEFANTES

   Ayelén Casanova tiene 34 años, es empleada en una escribanía y junta todo tipo de objetos que tengan elefantes.

   Su amor por esos animales nació en Villalonga, cuando era chica, después de leer el libro Safaris inolvidables.

   Colecciona desde hace 4 años y entre sus más de 60 objetos tiene algunos de piedra, de vidrio pasta de hueso, tallados en madera y cerámica.

   "El más pequeñito mide un centímetro y medio", detalla Ayelén.

LLAVEROS

   Jorge Alberto Portada lleva 40 de sus 57 años juntando llaveros en Darregueira.

   Tiene más 1.400 y hay unos relacionados con lo sentimental, lo pornográfico, lo político; también sonoros, infantiles, de propaganda y hasta bendecidos por el Papa...

   "Cada uno tiene su historia", dice Jorge. Y relata que un empresario local le entregó uno de oro que le habían regalado en una presentación de una marca de autos en Chile.

RELOJES

   Miguel Ángel Rodríguez tiene 71 años y se dedica a coleccionar relojes de pared y de bolsillo.

   Su pasión nació en Jacinto Aráuz (La Pampa) cuando le regalaron 2 que habían sido de su abuelo.

   Ahora tiene más de 70 colgados en la pared y en vitrinas de su casa.

   Casi todos funcionan a la perfección y suenan a cada hora.

   "Cuando están sincronizados es una hermosura escuchar el concierto de campanas", afirma.

RESTOS FÓSILES

   Héctor Osvaldo Casanova vive en Pedro Luro y desde hace 45 años colecciona restos fósiles.

   Fue bombero voluntario, ya está jubilado y a los 68 posee algo más de 300 piezas, entre huesos petrificados, rastros de pisadas y de excrementos y nidos.

   También tiene moluscos, corales, huesos, vegetales, frutos y huevos.

   Según Héctor, el que más impacto le produjo es un amonites (subclase de molusco) que recibió de regalo su papá. Porque ahí empezó la pasión.

SOLDADITOS

   El pringlense Daniel Faiella es un apasionado de la Segunda Guerra Mundial y a los 16 años inició su colección de soldaditos. 

   Ahora tiene 46 y trabaja en el hospital municipal local. También es bombero voluntario.

   Más de 1.000 soldados y 70 vehículos decoran sus vitrinas y cada año expone en la Casa de la Cultura de Coronel Pringles.

SPINETTA

   Jorge Cornejo es puntaltense y acredita 4 décadas coleccionando objetos relacionados con el músico Luis Alberto Spinetta.

   Tiene 55 años y reúne más de 1.000 cosas entre discos, CD, libros, fotos, autógrafos, revistas, grabaciones y dibujos.

   Un día, dice, estaba internado en un hospital de Bahía luego de un accidente y se escapó para ver un recital del "Flaco".

   Jorge trabaja en la secretaría legislativa del Concejo Deliberante rosaleño y... a su hijo le puso Luis.

SUMO

   El montehermoseño Matías Rico escuchó por primera vez una canción de Sumo cuando tenía 10 años y desde entonces no paró de juntar cualquier cosa sobre la banda.

   Hoy tiene 39, es preparador físico del equipo Monte Basket y cuenta más 600 objetos entre discos, casetes, cedés, grabaciones de recitales, revistas, pósteres, suplementos, entradas a recitales, VHS y libros.

   Dice Matías que gastó mucha plata para conseguir algún ítem: "Trabajé una temporada entera para comprar en una galería en Monte el CD Corpiños en la madrugada".

¿Conocés más coleccionistas de nuestra zona?