Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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“No inauguro obras; prefiero que lo haga la gente cuando las utiliza”

El intendente de Coronel Suárez, Roberto Palacio, asegura que los vecinos saben mejor que nadie qué se ha hecho en lo que va de su gestión. Obras hidráulicas, el cuidado del medio ambiente y la seguridad, sus objetivos.
Al jefe comunal le preocupa la alta incidencia de los sueldos sobre el presupuesto. “Se llevan el 80% de los recursos”, dijo.

Juan Ignacio Schwerdt

jschwerdt@lanueva.com

Durante su gestión como director, la Escuela Agropecuaria de Coronel Suárez se convirtió en la primera institución pública del país en certificar su calidad educativa bajo normas ISO. En 2014 se jubiló y apenas seis meses después le propusieron ser candidato a intendente por Cambiemos; es decir, poner en juego el prestigio y respeto ganados durante décadas como docente.

“Lo tomé como un desafío igual al que asumí en la escuela cuando nos propusimos certificar la calidad de la educación que estábamos brindando -asegura el jefe comunal Roberto Palacio-. La diferencia es, obviamente, que acá la exposición es mayor. Es complejo manejar un municipio y siempre está el riesgo de que las cosas no salgan como uno quiere, pero en eso consisten los desafíos, ¿no es cierto?”.

“Pachi” habla con orgullo cuando se refiere a la Escuela Agropecuaria que dejó en 2014.

“Yo me puedo jactar de algo: gracias a la certificación, hoy uno agarra el manual de la Escuela Agropecuaria y en un mes puede ser director. Ahí está cómo funciona todo: desde la biblioteca hasta el transporte de los alumnos”.

-¿Qué pudo traer de esa experiencia al municipio?

-La idea de involucrarse a fondo, de traccionar un cambio, de mejorar en forma continua. Dejar en claro que, aunque a uno le paguen lo mismo por dar un plus que por no darlo, hay que apostar a la excelencia. Hay una cultura instalada de que, con el mínimo esfuerzo, alcanza; no es así.

“La experiencia en la escuela también me dejó tres enseñanzas clave: uno, hay que hacer lo que se dice; dos, hay que decir lo que se hace; y tres, hay que tener evidencias al respecto”.

-¿Cómo evalúa hoy el estado en el que encontró el municipio cuando asumió?

-La comuna estaba detonada. Había 1.567 empleados, que venían con 20 años de un modelo de gestión, y una deuda muy grande. Lograr un cambio seguramente va a trascender mi gestión, pero hay que empezar a desandar el camino. Lo que no hay que perder de vista es el objetivo: que los vecinos estén mejor.

-¿A cuánto ascendía la deuda municipal cuando asumió?

-Cerca de 19 millones de pesos.

-¿Logró cancelarla?

-Sí, pero nos costó todo el año pasado. Nos salvaron dos ATN (Aportes del Tesoro Nacional) por 35 millones de pesos. El último de esos aportes llegó el 26 de diciembre y, por esas cosas de la contabilidad, cerramos 2016 con superávit. Si no llegaba, íbamos camino a terminar unos 3 millones de pesos abajo.

-¿Fue un año duro?

-Muy duro. Por eso respiré aliviado cuando en diciembre pasado pudimos pagar sueldos y aguinaldos en término. Cuando asumí, en 2015, no sólo no teníamos plata, sino que tampoco sabíamos de dónde sacarla para cumplir con los trabajadores.

-¿Con los proveedores pudo ponerse al día?

-Hoy estamos con una demora en los pagos de 45 a 60 días, algo aceptable para un municipio. Esto nos permitió también lograr mejores precios.

-¿El municipio está definitivamente saneado?

-No podría decir eso. Hoy el 80% de los sueldos se lo llevan los sueldos. La coparticipación aporta el 65% o 70% del presupuesto, por lo que ni siquiera nos alcanza con lo que nos envía la Provincia para cancelar salarios y tenemos que sumar recursos propios. El resultado es que hoy en nuestro presupuesto tenemos 0% destinado a obra pública; sin el fondo provincial FIM, no podríamos hacer obras.

-¿Es cierto que no le gusta inaugurar obras?

-No, no es así. Sí es cierto que no inauguro obras, pero es la manera que tengo de hacer política. Prefiero que las inaugure la gente cuando las utiliza.

-¿Qué le dicen desde su entorno?

-Algunos no están de acuerdo, pero es mi estilo. Prefiero eso antes que lo que hacen algunos, que inauguran la misma cuadra de asfalto dos veces: una vez de una mano y después de la otra mano.

-El problema es que quizá la gente no perciba lo hecho...

-La gente lo percibe. Mire, a quienes me dicen que tengo que inaugurar y publicitar más lo que hacemos, siempre les digo lo mismo: el vecino al que le conectás la cloaca o le asfaltás la calle no sólo se entera de la obra, sino que la disfruta y está feliz. Sobre todo las obras que yo llamo enterradas, que son las que cuestan millones y casi no se ven.

-¿No cree que el silencio favorece a quienes lo acusan de no hacer obras?

-Sí, pero ellos sabrán. Si la gente ve que el ataque no se condice con la realidad, pierden credibilidad. Yo podría haber inaugurado muchas obras. Por ejemplo, algunas de las 50 que hicimos en distintas escuelas. O las tres casas que compramos para que pudieran tener su sede el CEC de Huanguelén, la Universidad Provincial del Sudoeste y la Escuela Municipal de Música.

-¿A qué proyectos destinó el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM)?

-Básicamente, asfalto, cordón cuneta, gas, cloacas y, sobre todo, desagües y canalizaciones. El año pasado invertimos unos 47 millones de pesos el año pasado y este año serán alrededor de 52. Son casi 100 millones, pero en materia de servicios nunca alcanza.

-¿Y por fuera del FIM?

-Actualmente está en marcha la obra de la ruta 67, que es algo que reclamamos durante años. Logramos la licitación durante nuestro gobierno, y me pone muy feliz. Y hay otra obra de la que nadie habla y es importantísima...

-¿La reconstrucción del Partidor de Piñeyro?

-Exacto. Pocos lo saben, pero el partidor es clave para evitar las inundaciones en la zona de Las Encadenadas del Oeste, porque permite direccionar las aguas que bajan de las sierras hacia ese sistema o, por el canal Huáscar, hacia otras zonas. A esa obra se van a destinar 224 millones de pesos. Una vez terminada, el agua ya no va a fluir en forma descontrolada.

-¿Cuando arranca?

-Está a punto de comenzar. Es un proyecto complejo. Se hará a nuevo el partidor, que es un sistema de compuertas, y se harán 8 kilómetros de canales. Nosotros desde la planta urbana suarense hemos hecho canales hacia el arroyo Sauce Corto de un largo de 11 kilómetros, y pronto haremos otro, desde la avenida Teodosio Alaniz, de 13 kilómetros. Son obras muy costosas, pero realmente valiosas para que no se inunden campos, calles, caminos o viviendas.

-¿Tiene algún otro proyecto en vista?

-Sí, pero vamos a esperar. Primero queremos ver cómo evoluciona la situación del municipio. Son tiempos para ser cauto.

-¿Proyectos ligados a obra pública?

-Sí, como cambiar la red pública de iluminación por luces led, o adquirir maquinarias. Averiguamos por un crédito tipo leasing con el Banco de la Provincia, pero hoy no estamos en condiciones de afrontar las tasas de interés que hay.

-¿Por qué motivo?

-Bueno, estamos pagando créditos muy importantes que dejó la anterior gestión. Uno de ellos fue por la aparatología del Centro Regional de Neonatología del hospital. Tenemos una neo modelo en la región, pero por tres años vamos a tener que afrontar los pagos de un leasing muy abultado.

“Me parece perfecto, porque el servicio está en marcha, pero hoy es momento de pagar. Esto nos impide tomar créditos y leasing por otros proyectos. En la región somos el distrito que más créditos tomó, y hoy no tenemos más capacidad de endeudamiento”.

Objetivos para 2019
La ruta 67, la planta de reciclado y la lucha contra el delito

-¿Qué proyectos quiere dejar terminados al final de su gestión?

-En cuanto a obras, aspiro a mejorar y ampliar las redes de todos los servicios, y por supuesto a ver terminada la repavimentación de la ruta 67 y la reconstrucción del Partidor de Piñeyro.

“Otro eje central de mi gestión es el cuidado del medio ambiente. Estamos construyendo una planta de tratamiento de residuos que va a ser modelo en la provincia, hemos colocado Puntos Limpios y hemos comenzado a promover la separación de residuos en los hogares.

“Otro tema en el que quiero dejar mi impronta es la lucha contra la inseguridad. Es un tema central para la gente, y por eso estamos apostando e invirtiendo mucho para reducir tanto los delitos urbanos como los rurales. Los índices delictivos están bajando, pero todavía falta mucho”.

-¿Cómo está la situación de los jóvenes y las adicciones en Suárez?

-Es un tema que nos preocupa. Estamos haciendo un esfuerzo importante para combatirlas, especialmente desde el punto de vista de la seguridad. Estamos controlando mucho más que antes, para atacar los problemas de la nocturnidad.

-¿Y a través del deporte y la cultura?

-Bueno, si en algo estamos trabajando 10 puntos, hoy, es en Deportes y Cultura. Ambas áreas están funcionando muy bien, y todos los fines de semana hay alguna alternativa cultural o deportiva para los vecinos.

“Otra situación novedosa que hemos implementado es el programa Tu Club en la Escuela. Apunta a que el nexo entre los chicos y los clubes se dé en la propia escuela. La experiencia realmente marcha muy bien”.-¿Le preocupa la situación de la fábrica de calzado Dass?

-Es un tema central para Suárez. La empresa tiene unos 1.900 empleados y nos preocupa que anunciaran un plan de suspensiones por falta de trabajo.

-¿Cómo analiza la merma en la actividad de la fábrica?

-Se debe a las importaciones, que ya venían existiendo, y por la baja en el poder adquisitivo de la gente.

-¿Cómo se ha parado el municipio frente a esta situación?

-Reclamamos medidas que ayuden a salir de esta contingencia. Puntualmente, a la Nación le pedimos que prevean (el alcance) de las medidas que se tomen, y solicitamos prevención para esta crisis. Nosotros no tenemos sólo esta fábrica, sino varios talleres más chicos que están cerrando por el mismo motivo: falta de trabajo.

-¿Reclamó una solución ligada al cierre de la importación de calzado terminado?

-Reclamamos medidas que mejoren el poder adquisitivo de la gente, aparte de las importaciones. Si la gente tuviera más poder adquisitivo podría comprar los productos de las marcas que hoy contratan a Dass, que es mercadería de alto nivel.

-¿Vislumbra un cambio a corto o mediano plazo?

-Creo que se advierte una pequeña reactivación, que se supone que para septiembre será una reactivación real.

-Pero el plan de suspensiones llegaría hasta diciembre...

-Sí, pero tienen confianza en que no se llegue a tanto. En su momento tenían previsto suspender a 500 empleados por vez, en forma rotativa, y hoy, en concreto, no llegan a 130 o 150 los suspendidos.

-¿Se advierte en Acción Social la crisis de Dass?

-Por el momento no aumentó la demanda de ayuda en gran medida. Sí crece la preocupación de todos, porque la suspensión contempla una reducción salarial que va a impactar en el consumo a nivel local. Eso sí se nota en el comercio, pero tengo plena confianza en que se va a revertir.