Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Las retenciones condicionan el año del girasol

Desde Asagir se pide por un “giro oportuno”. Se sostiene que hay alternativas para sumar 110 dólares por hectárea al precio que, hoy, reciben a cosecha.
Los expertos sostienen que captar el 50% del incremento de mercado no es imposible y que depende de la política.

Por Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

“Está por cerrarse la ventana de siembra en el Chaco pero, más allá de la carga que implica el 30% de retenciones para el aceite de girasol y el 32% para el grano, la distorsión y la quita de competitividad generadas por el tributo impactan con mayor fuerza cada campaña y se traduce en reducciones de superficie y mayores dificultades a la hora de encarar el cultivo”.

Tal declaración corresponde al economista Jorge Ingaramo, asesor de la Asociación Argentina de Girasol.

“Un oportuno cambio en las políticas de retenciones que afectan al cultivo de girasol aportaría oxígeno a todos los productores, posibilitando la incorporación de 110 dólares adicionales por hectárea al precio que reciben a cosecha”, explicó.

El norte presenta una humedad adecuada y los rindes de la última campaña dan aliento al nuevo ciclo del girasol primicia de Argentina, que arranca en el NEA y norte de Santa Fe, con chances de obtener buenos precios en la plaza rosarina.

“La pérdida de competitividad en el campo tiene como elemento adicional para esta campaña los problemas de competencia del girasol argentino con el mar Negro que, por su menor flete, no solo abastece a la Unión Europea, sino que ha captado nuevos mercados consumidores como India, Egipto, China y el sudeste asiático”, amplió Ingaramo.

También impacta la pérdida del mercado europeo, que paga un plus por calidad en aceite de girasol.

“Esto se debe a la dificultad en alcanzar los niveles exigidos por la Unión Europea en materia de residuos de insecticidas en aceite crudo de girasol, a pesar de que en el refinado ese mínimo residuo desaparece”, dijo.

Ingaramo también dijo que dos de los nichos en los que venían refugiándose los productores en las últimas campañas se enfrentan también a una baja expectativa.

“En el caso del alto oleico, la buena cosecha de Francia frenaría los precios. Algo similar ocurre con el girasol confitero, que cuenta con excedentes de exportación de la campaña 2014/15”, dijo.

Al explicar la necesidad de cambio de políticas, Ingaramo dijo que en el mundo crece la demanda de aceite de girasol, pero la producción no logra seguirle el ritmo.

“Si Argentina logra cumplir con los requisitos sanitarios para el ingreso de aceite de girasol a la Unión Europea, se corrige el atraso cambiario y se eliminan las retenciones, el país estará en condiciones de incrementar su producción y ganar competitividad”, indicó.

El punto es que, si se da este escenario, el productor puede recibir, por cada 20 qq/ha de girasol, 195 dólares por hectárea adicionales. Según Ingaramo, 70 dólares responden al ingreso a la Unión Europea, 15 a la eliminación del atraso cambiario y 110 dólares por hectárea surgen de la eliminación de las retenciones a cero.