Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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“Aún seguimos mirando al cielo para poder ver dónde cae el rayo”

El productor ganadero Fabián Vissani, de la zona de Algarrobo, admitió que llevan 48 horas sin fuego, pero que las anunciadas tormentas eléctricas pueden reanudar los focos. El drama de tener que dormir de a ratos.
Vientos de hasta casi 60 kilómetros han hecho imposible el control del fuego. Foto: Prensa INTA.

Por Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “He tenido suerte. Al menos hasta hoy. Lo cierto es que aún estamos en estado de alerta permanente y mirando al cielo para ver dónde cae el rayo”.

   Las declaraciones corresponden a Fabián Vissani, un productor ganadero con campo en la zona de Algarrobo, donde son pocos los establecimentos que han quedado al margen, por el momento, de los incendios producidos en el sur del sudoeste bonaerense.

Fabián Vissani, ganadero de Villarino. / Foto: Facundo Morales-La Nueva.

    “Llevamos 48 horas sin fuegos importantes en esta zona, pero no estamos exentos de que los focos se reactiven porque han anunciado tormentas eléctricas. Esto es día a día y ni siquiera podemos dormir tranquilos”, admitió.

   Los campos cercanos a Vissani, entre ellos el de Fernando Ostrowsky, fueron devastados por el fuego, con millonarios daños en alambrados, corrales, aguadas y mejoras, y aún sin poder precisar el número de vacunos muertos.

   El hermano de Fernando, Guillermo Ostrowsky, con campos en la provincia de La Pampa linderos a Villarino, sufrió más daños aún, incluso con la pérdida de numerosos rollos de alimento.

   “Cuando digo que tuvimos suerte es realmente así. Un día el fuego se dirigía a nuestro campo, pero en un momento el viento se dio vuelta y se lo llevó para otro lado”, contó.

   El ganadero, quien ha logrado destacadas distinciones con sus animales en exposiciones rurales de la zona y, en especial, en Bordeu, sostuvo que para las próximas semanas no se reportan lluvias significativas, lo que explica el prorrogamiento de las condiciones críticas.

   “Nada cambiará si no llueve. Y si la masa de aire no se enfría”, manifestó.

   “La primavera llovedora que tuvimos nos puso en un brete, porque el pasto y las malezas están muy altos y secos”, explicó.

Campos en quema en Villarino. / Foto: Rodrigo Martínez

   Vissani también sembró cereales, pero había cosechado antes de la noche del domingo 11 de diciembre, cuando se inició el fenómeno que, en el sur bonaerense considerando los distritos de Patagones y de Villarino, y de Puan, en menor medida, ya suman cerca de 250.000 hectáreas arrasadas.

   Las pérdidas en esta misma castigada región, hace seis años por sequías intensos, por ejemplo, sólo en alambrados representa alrededor de 160 millones de pesos.

   Más allá que el fenómeno ha tenido el infortunio de las tormentas eléctricas, que han originado la mayoría de los siniestros, también se han producido críticas por la ausencia, en muchos casos, de cortafuegos, que hubieran atenuado el impacto económico de un fenómeno climático que contó con la complicidad del viento y de las altísimas temperaturas.

Los límites

"Los cortafuegos siguen siendo muy importantes"

Potencia. “Desde luego que los cortafuegos son muy importantes en cualquier caso, pero más en estos en particular. Y no se puede decir que no hayan servido, sino que el incendio ha tenido tanta potencia, por el viento, que sorteó cualquier límite”, dijo Fabián Vissani.

Meridiano V. “Muchos creían que un límite era el Meridiano V, pero cuando se lo quiso controlar se desató por otro costado. Es difícil frenarlo con pasturas altas y un viento constante”, agregó.

De punta. “Incluso, el fuego hizo mucho daño en los alambrados porque iba de punta (en la misma dirección de la línea) y no atravesándolo, cuando pasa y listo”, dijo.

Viento veloz

"El fuego avanzó 20 kilómetros en unas pocas horas"

Descontrol. “Cuesta creerlo, en especial para alguien que vive en la ciudad, pero en un campo cercano el fuego transitó 20 kilómetros en unas pocas horas. Algo así es imposible de controlar, por más cuerpo de bomberos que haya”, aseguró

Vissani.

Combo. “El viento y la velocidad resultan un combo difícil de desarmar. Entiendo que los incendios se pueden controlar con estrategias, pero ahora no se puede por el viento y por la simultaneidad de hechos en distintos sectores”, agregó el ganadero de Villarino.