Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Trigo mágico en el SOB: la suba de la superficie sembrada llegó al 25%

Las expectativas iniciales eran del 20%. Al final se implantaron 515.000 hectáreas (450.000 Has. en 2015/2016). La zona norte se destaca por los paquetes tecnológicos. En el relevamiento hay una pequeña sección de La Pampa.
Los cuadros sembrados en el SOB al inicio de la ventana de siembra se encontraban con excelentes reservas hídricas.

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

Lo que tanto se esperaba para la siembra de trigo en la región del sudoeste bonaerense, finalmente se pudo trasladar a los números finales.

La campaña 2016/2017 tendrá un incremento en la superficie del 25%, casi 5 puntos más respecto de las estimaciones.

Será entonces de 515.000 hectáreas, respecto de las 450.000 Has. de 2015/2016, incluyendo aquí una pequeña sección del sur de la provincia de La Pampa.

El relevamiento lo realizó, en la región, el departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

De acuerdo con el informe, el importante aumento tiene su origen en la mejora del marco económico-productivo del cereal y en la necesidad técnica de la inclusión de gramíneas en las rotaciones agrícolas.

Al momento de la gira de los especialistas de la entidad, el estado de los cuadros de trigo era de bueno a muy bueno.

Los cuadros sembrados al inicio de la ventana de siembra se encontraban iniciando el período de macollaje con excelentes reservas hídricas.

Asimismo, los cuadros que fueron sembrados durante el último mes se encontraban entre emergencia y la diferenciación de las primeras hojas.

El nivel de tecnología aplicada, una de las prédicas que circuló con mayor insistencia para la actual campaña, es variable en función de las diferentes zonas.

En los partidos de Patagones y de Villarino, por ejemplo, el nivel de tecnología para el trigo es de medio a bajo, ya que la zona tiene potenciales bajos de rinde.

En cambio, hacia el norte del sudoeste bonaerense aumentó el uso de fertilizantes nitrogenados y la calidad de las semillas, con la consiguiente repercusión a la hora de la cosecha.

La campaña se caracterizó por la demora en las labores de las máquinas producto de la falta de piso y el clima húmedo durante gran parte de la ventana de siembra.

Eso fue evidente en sectores productivos de la provincia de La Pampa y el oeste de las sierras del sistema de Ventania.

La presencia de napas cercanas a superficie complicó tanto la cosecha de los cultivos de gruesa como las labores de siembra de cebada y de trigo.

También, la demora en la cosecha de soja fue otro factor determinante en los atrasos en la siembra de los cereales de invierno.

Las condiciones del tiempo húmedo, durante el otoño, extendieron la recolección de la oleaginosa con más de 40 días en comparación a la campaña previa.

Frente a este panorama, parte de los lotes presupuestados para fina no lograrían sembrarse, pasando al circuito de gruesa.

Desde el punto de vista climático, la campaña se caracterizó por registrar precipitaciones por sobre los valores normales para la región. De este modo, se favoreció a los cultivos de verano, ya que se dieron en los momentos críticos. En contrapartida, generaron complicaciones hacia el final de la campaña de gruesa y principio de la fina.

Alguna de ellas son la demora en la cosecha de soja, el retraso en la siembra de fina, la imposibilidad de iniciar los barbechos largos de invierno y los cortos para girasol.