Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Hay 1,2 millones de toneladas de trigo sin vender en el Sudoeste Bonaerense

La parálisis del mercado dificulta enormemente la colocación de la última cosecha. La siembra global en nuestro país vuelve a caer, por cuarta campaña consecutiva.
Foto: Rodrigo García-La Nueva.

Norman Fernández / nfernandez@lanueva.com

Mientras los sectores agropecuarios se preguntan cuál será la actitud del próximo gobierno nacional frente al campo, luego de doce años de un kirchnerismo caracterizado por su claro enfrentamiento con la producción rural, las últimas estadísticas reflejan una tendencia negativa en las intenciones de los agricultores.

Según informes privados conocidos en la semana, por cuarto año consecutivo decae la siembra de granos en la Argentina. A tal punto que, de acuerdo con las fuentes, la restricción oscilará entre 800.000 y casi 2 millones de hectáreas.

El dato se completa con otro no menos contundente: hacía 75 años que no se conocían cuatro campañas consecutivas en las que disminuyera la siembra de granos finos y gruesos.

A todo esto, en los doce distritos del sudoeste bonaerense, el escenario triguero va en sintonía con aquella evolución: la Bolsa de Cereales y Productos ha ratificado que la siembra declinó este año un 25% con respecto a la temporada anterior, pese a que la incidencia pluviométrica resultaba favorable en la época en que debía decidirse el comienzo de los trabajos de rigor.

“Los productores están desanimados, porque las dificultades que tuvieron para vender el trigo de la última cosecha los llevaron a sembrar menos”, indicaron fuentes de la entidad.

Algunos números esenciales reflejan el panorama actual en la materia: de la última cosecha en esos distritos, solamente se vendieron casi 500.000 toneladas de trigo, cuando la producción fue de 1.700.000 toneladas. Quiere decir que todavía quedan 1,2 millones sin colocar, y con perspectivas poco auspiciosas respecto de su eventual negociación, tal cual lo indicó el licenciado J. Gabriel Foco, de la BCP.

En la presente campaña, la siembra de trigo en la región ha sido algo superior al medio millón de hectáreas, por lo cual cabe esperar una cosecha del orden del millón de toneladas. Vale decir, una caída de 700.000 toneladas respecto de la última zafra.

En consecuencia, se acumulará una importante cantidad de trigo en manos de los productores, circunstancia que, además, conspirará contra los precios que pudieran lograrse en última instancia.

“¿Para qué vamos a sembrar, si no podemos vender?”, señalaba en las últimas horas un productor del partido de Saavedra, quien dijo que únicamente tiene la esperanza de que “el próximo gobierno modifique las reglas de juego y termine por entender lo que no ha entendido el kirchnerismo; es decir, la gravitación del campo en la economía nacional”.

El consultor Gustavo López dijo que la siembra de trigo en el país habría sido este año de 3,4 millones de hectáreas, similar a la de tres años atrás, cuando se registró el área más pobre en 113 años de historia agrícola.

Ernesto Ambrosetti, economista de la Sociedad Rural Argentina, expresó que la soja podría sembrarse menos en la campaña venidera. En el NOA y en el NEA, así como en zonas alejadas de los puertos, resulta antieconómico sembrar la oleaginosa.

En cuanto al maíz, diversas fuentes vaticinan que soportaría una merma del orden del 22% en la próxima siembra.