“Paco”, el perro que viajó casi 2.400 kilómetros para volver a su hogar
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Agencia Sierra de la Ventana / laregion@lanueva.com
La de “Paco”, el perro de la familia Echegoyen, es una historia de amor con final feliz.
Empezó cuando lo adoptaron, de cachorro, en Sierra de la Ventana hace 5 años y pasó por su experiencia más dramática en febrero último, cuando el cocker desapareció de su hogar –en la comarca serrana-- mientras sus dueños tomaban unos días de descanso en las playas de Colón (Entre Ríos), y lo habían dejado al cuidado de Isabella, una amiga que vive con ellos.
La familia de “Paco”, compuesta por Marcelo Echegoyen, su esposa Susana y sus hijas Milagros, de 16 años y Carolina, de 22, al enterarse de lo que había sucedido, interrumpió las vacaciones y regresó a Sierra de la Ventana.
Hicieron de todo: recorrieron cada rincón de la villa serrana, repartieron folletos, llamaron a veterinarias de la zona, enviaron mails, publicaron avisos en Facebook y en los clasificados de “La Nueva.”, difundieron la noticia en medios locales, movilizaron a los vecinos y hasta aparecieron en la tele, en Canal 9 de Bahía Blanca. Estaban desesperados.
Tras varios meses de intensa búsqueda, lo hallaron.
Pero la felicidad se vio empañada por un detalle: Paco, a quien su nueva familia ahora llamaba “Rocco”, vivía en Paso de Indios, en el centro de la provincia del Chubut, a 260 kilómetros de Esquel. Hasta allí debían viajar si querían recuperarlo.
El primer dato certero había aparecido el 25 de marzo, cuando encontraron una foto del perro en los avisos clasificados del sitio OLX con la leyenda “Regalo perro cocker, muy cariñoso”.
La mujer que lo había publicado, Lorena, fue la primera en encontrar a “Paco”, en Bahía Blanca. Lo había visto extraviado, triste y mojado. Lloraba todas las noches.
Lorena entregó el perro a Carlos, un vecino del barrio noroeste quien, a su vez, se lo regaló a su cuñado Nacho y a su esposa Azucena, quienes viven en el sur, en Chubut. El matrimonio había sufrido la muerte de su mascota, también cócker y Carlos y su esposa Vilma creyeron que le haría bien tener otro perrito.
Los Echegoyen viajaron 15 horas para volver a verlo.