Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Entre recuerdos, nostalgia y la suerte de disfrutar del sueño de los fundadores

Ana María Salerno, hija de Salvador, pionero de la localidad, rememora la creación de la primera escuela que funcionó en su casa por 14 años. El acto oficial será hoy, a las 11, en la plaza que lleva su apellido. Agencia Sierra de la Ventana / laregion@lanueva.com
Ana María Salerno, en la escuela en la que vivió y trabajó durante muchos años.

Para ella, hija de Salvador, uno de los fundadores de la localidad, Villa Ventana es mucho más que un lugar de residencia: es el cofre de sus recuerdos más queridos.

En su casa funcionó la primera escuela de la villa que abrió sus puertas el 24 de abril de 1954 gracias a la gestión de su padre y de otros vecinos que tenían dificultad para enviar a sus hijos a centros educativos distantes.

“Mi padre y mi mamá, Ana Gómez, cedieron dos habitaciones de la vivienda para su funcionamiento”, recuerda Ana María Salerno, hija del fundador de la localidad que hoy cumple 67 años de vida.

Convivieron 14 años con la escuela en su casa y con el albergue de las docentes que dictaban las clases, entre ellas, Edith Josefina Alonso de Dunrauf, por quien profesa un sincero cariño.

“Aún creo ver a mi mamá preparándonos la merienda y secando en la cocina a leña, las medias y zapatillas de los alumnos que llegaban con el calzado mojado”, rememora.

Ya recibida de maestra normal nacional, trabajó durante tres años en su casa hasta que la escuela se mudó al actual edificio, en 1968.

Hoy ya jubilada, cuenta que trabajó en otras escuelas del distrito y de Coronel Suárez hasta 1989, cuando llegó a la Escuela Nº 21 Constancio Carlos Vigil como directora, cargo que asumió hasta 2001.

En su juventud también formó parte en distintas instituciones de la localidad.

“Es el rincón de mis tristezas, alegrías, de satisfacción personal y de felicidad absoluta que hoy comparto con toda la familia que siempre soñé tener y que me colma de tanta dicha añorando con nostalgia a los que ya no están pero que nos iluminan y nos guían”, añade.

“Tengo la suerte de ver junto con mis hijos Osvaldo Jorge, María Alejandra, Pablo Fernando, María Lorena, Luis Alberto y María Laura Manieri, mis yernos, nueras y mis diez nietos lo que mi padre don Salvador Salerno y mi tío don Ramón Salerno visionaron por aquel 1947 para este lugar enclavado en el corazón de la Comarca Serrana: un paraíso por donde se lo mire”, comenta.

Ana María reconoce que Villa Ventana es muy joven y le hacen falta servicios.

“Me gustaría ver nuevamente las avenidas, con el amarillo de los aromos en julio y agosto; son pocos los que quedan.

"Si bien añoro la época cuando todo era un descampado con explotación agrícola-ganadera y, más tarde, con las plantas pequeñas; aquellas familias todas conocidas y amigas, siento la satisfacción de gozar el sueño de sus fundadores”, remata.