Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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“No veo por qué la gente de Monte se opone”

Silverio Mazzella, un whitense con dilatada trayectoria en la pesca de la zona, opinó que la llegada de los marplatenses puede generar unos 300 puestos de trabajo. Sergio Prieta / sprieta@lanueva.com
“No veo por qué la gente de Monte se opone”. La región. La Nueva. Bahía Blanca

Para Silverio Mazzella, el conflicto que los pescadores de White mantienen con sus pares de Monte Hermoso significa el último que vivirá de cerca, ya que su vida como trabajador de la pesca está llegando a su fin tras 52 años.

Todavía recuerda como se vinculó con el oficio de pescar: con sólo 16 años y un puesto asegurado en un comercio céntrico, le dijo a su jefe que el padre se había enfermado y que tenía que salir a trabajar en el barco durante dos meses. La realidad, es que en ese momento quería tener un poco más de dinero para salir con sus amigos y la pesca artesanal de aquellos años le podía garantizar ingresos superiores.

Así fue que en caluroso día de enero del año 1962, Silverio estuvo durante 30 días en un pequeño barco. A fin de mes, el sueldo de empleado de comercio, el que no lo conformaba, se había multiplicado por 10.

“Desde ese entonces una sola vez en mi vida dudé del trabajo. Es que un día de tormenta el barco se movía para todos lados y el mareo que me agarró fue tal que pensé en abandonar todo”.

Sin embargo se acostumbró y no hubo mar de fondo ni nada que lo pudo detener.

Silverio parece indignado. Cree que los buenos tiempos de la pesca son parte del pasado y que los pocos pescadores que quedan en White necesitan cambios. Y por eso quiere que las cuatro embarcaciones provenientes de Mar del Plata listas para realizar la pesca de arrastre, y generar unos 300 puestos de trabajo, comiencen a operar cuanto antes.

“Antes se pescaba 11 meses al año y la gente podía tener un sueldo estable. Sin embargo ahora, con las primeras heladas se corta todo y no se vuelve a trabajar hasta agosto o septiembre. Es todo muy complicado”, destacó.

Por esos motivos, Silverio cree que se necesitan cambios.

“No veo por qué esta gente de Monte se opone a que los barcos descarguen en Bahía Blanca. Dicen que el problema es la pesca de arrastre y los daños medioambientales que provoca, pero si esa modalidad de pesca se hace a más de 5 millas náuticas de la costa no dañamos nada. El temor de esa gente es que estos barcos no respeten esa distancia mínima, y nosotros queremos lo mismo, ya que los principales perjudicados si depredan el medioambiente vamos a ser nosotros”.

El hombre al borde del retiro piensa que para que haya una resolución que conforme a todos, Prefectura deberá garantizar que se respete esa distancia.

“Ellos siguen la trayectoria de todos los buques, se dan cuenta si un barco disminuye la velocidad o está haciendo algo indebido. Eso resolvería parte del conflicto”, confiesa.

Pese a las diferencias, sabe que sus pares de Monte Hermoso llevan una vida tan sacrificada como la de él. La de vivir mojado las 24 horas en invierno o verano, la de las manos cortajeadas de tanto forzarlas con las redes, y quizás lo más duro de todo: ser un padre ausente en casa.

“De todas formas, pienso que en este conflicto hay otros intereses”, sospecha.

La otra cara del conflicto: "La pesca de arrastre es la peor amenaza a nuestras familias"

Ariel Lozano es uno de los pescadores artesanales que está en la ruta 3 luchando para que White dos buques de pesca industrial.