Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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¿Cómo se llama cuando te pega Pera?

Una pregunta: si te pega un martillo es un martillazo; si te pegan un ladrillo es un ladrillazo; si te pega una cabeza es un cabezazo; si te pega Pera... ¿eso qué es?

Y así llegamos al punto álgido de este espacio, porque todo tiene que ver con todo, y fútbol y política, en la Argentina y en la ciudad, son como dos hermanos unidos, inseparables, a la hora de hacer cag..., macanas, como Moyano y Bebote, D'Elía y la barra de Old Boys, y cuántos más.

Es creer o reventar. Por uno de esos misterios que sería muy largo de explicar aquí (en esta columna solo creemos en casualidades cuando nos conviene) ocurre algo increíble por estas horas.

Es que si te pega Pera es un Perazzo; y, a como viene la realidad en la primera cuadra de calle Sarmiento, tiene que haber alguna suerte de mensaje escondido en el hecho de que Pera y Perazzo estén, al mismo tiempo, con un pie afuera de sus respectivas bancas, con tan pocos metros de distancia, por razones exactamente opuestas. Perazzo por no pegar una y Pera... bueno, como decíamos, por lo opuesto, por andar repartiendo perazzos.

Aunque, a decir verdad, para los amigos de la UTA, su querida y alegre hinchada que lo alienta cada jueves desde la popular del recinto deliberativo, los de Pera no fueron más que unos cuantos fules en los picaditos recontra-amateurs y aburridísimos de Estomba y Sarmiento.

Cositas de nada: ponerle el cuerpo a una anciana de duelo por su nieta (para él fue un foul en ataque de la señora, aunque le cobraron obstrucción), una patadita en la rodilla de un oponente del tipo de la que Krupoviesa le metió al Rolfi Montenegro (Pera jura que él fue a la pelota) o un cabezazo a lo Zidane contra Mazzarella, digo, Materazzi (los dos suenan parecidos. ¿No? Otra misteriosa causalidad).

Y en el caso de Perazzo, que no pega una, el DT también tiene sus explicaciones. "El equipo está creciendo" y ¿cómo se crece si no es a los golpes? Eso sí, al contrario de Pera, que contrata asesores, Perazzo diseña su propio sistema de juego defensivo. Defiende con 1, él. El resto son todos atacantes, lo atacan de todos lados.

Una cosa más los une. Ambos despiertan mucha ansiedad por estos días en el resto. Es que el que es Pera desespera. Cuac. ¿Y si renuncian? Es difícil porque no hay que pedirle Peras al... ¡Bueno, cortala con los juegos de palabras pavotes, Monacelli!