Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Rami: balance de mitad de mandato

Por Fernando Monacelli

Querido Bevi: es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Ya estoy a la mitad de mi mandato y casi no lo puedo creer (nadie puede). Me parece que fue ayer cuando me pediste con esa cartita graciosa que no me volviera loco, "gordito". "¡Mirá si me iba a volver loco!", pensé en aquel momento. Igual, no te preocupes; sabía que estabas bromeando. Volverme loco yo, ¿a quién se le ocurriría en serio?

Como sea, esta primera etapa de mi gobierno pasó tan velozmente (como un destello o una chispa sobre pasto seco) que anoche soñé que por decreto (mío, se entiende) me quedaba otro ratito. Te confieso que me gustaría, así que, si querés seguir afuera una semanita más, o todo un año, metele, que acá tenés las espaldas cubiertas con gestión, sentido de la oportunidad y cordura, las tres cosas que me definen. Y si no, fijate todo lo que logré en apenas medio mandato.

1 ) Bajé el desempleo en Bahía Blanca. El Indec lo anunció el martes y yo había asumido el domingo anterior, conste. Así que deciles a los que me critican que haber echado a esos tres no fue para tanto.

2 ) Otra. Les di el bono de fin de año a todos MIS empleados (estas dos semanas son míos, míos, míossss). En fin: meses de debate por el bono y yo lo resolví en un ratito.

3 ) En el frente interno, conseguí unificar en la ciudad a sciolistas y massistas. Gracias a mí, se juntaron por primera vez para emprender un proyecto común: insultarme. Otros que no dejan de aplaudirme (y reírse a carcajadas) son los de Randazzo, Feliú y compañía. Me aman, Bevi.

4 ) Y en esta búsqueda de consenso, además, logré el mejor elogio, el de los enemigos. Fijate que todos los opositores dicen que les caí del cielo. Yo les agradezco y sigo trabajando, porque no soy soberbio (pero creo que contradecirlos sería falsa modestia).

Ahora, Bevi, pienso en qué falta para terminar con todo. Tengo un par de buenas ideas pero prefiero sorprenderte de nuevo. Es que, no te voy a mentir, me gustan los halagos. Te digo que por estos días, me es difícil no creerme Napoleón; bueno, un poco me creo Napoleón. Besos para todos allá. Rami