Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Querido Rami: atendeme bien el teléfono rojo

Por Fernando Monacelli

Querido Ramiro: antes que nada quiero agradecerte por aceptar, durante estos quince días en los que estaré alejado, cuidarme el rancho (yo le digo rancho, porque "despacho del intendente" nunca me gustó, pero la presión... bueno, ese es otro tema).

Para mí, después de tres años inmóvil, alejarme fue una decisión difícil. Como ya lo he dicho, muchos me decían que tendría que haber pedido licencia antes; otros, en cambio, me aconsejaban seguir de licencia acá mismo, sin innovar. Lo evalué y prefiero irme. Es que, aunque me abstraigo de todo, igual no descanso bien en la residencia de Alsina 65. No hay como viajar para despejarse, y si no preguntá lo que se ha despejado todos estos años. En fin. La decisión está tomada, así que, mundo, allá voy. Y para facilitarte las cosas, te dejo un par de indicaciones.

1) Sé que estás interesado en los 600 pedidos de informes del CD. Como sos un fanático del trabajo, me tomé el atrevimiento de traerlos conmigo para no ponerte en la obligación de andar por las secretarías tratando de que alguien los responda. Además, me dijeron que en los viajes uno puede necesitar papel de urgencia y, bueno, acá los tengo siempre a mano. Despreocupate.

2) Los cajones de la derecha del escritorio tienen doble cerradura y un sistema de clave encriptada que diseñó Mirofsky para guardar los papeles de Gobierno Abierto. No los abras porque se autodestruyen con fuego y puede volver a quemarse todo. (Me dice Esteban que, cuando llegamos a Barcelona, nos hacemos una selfie y te la tuiteamos).

3) En los cajones de la izquierda, están las carpetas del Coprotur. Si querés, miralas, total las conocés. Lo otro que hay es la agenda de maratones y triatlones; se las olvidaron el otro día. ¡Ojo! Que no se vaya a perder, que nos matan.

4) Ahora viene lo más importante. Hay tres teléfonos. Dos normales y uno, no. Le decimos teléfono rojo, pero es igual a los otros para que nadie se avive. Funciona así. Suena, levantás y decís: "Ya mismo lo hago". Es como el juego de la Su. Si decís otra cosa, perdés y viene el siguiente participante. Ojo que es fácil distraerse. No digas "Hola, Susana" porque perdés igual. La frase es "Ya mismo lo hago".

Bueno, Rami, si me acuerdo de algo más, te mando un mail. Yo te prometo buscar en la Vía Condotti el arito que me pediste. Pero favor con favor se paga, así que si podés, regame las macetas y podame el jardín. Además, no te vuelvas loco, no vale la pena, gordito. 15 días se pasan volando. Besos a todos. Bevi