Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Las pasantías en empresas ya existen, con mayoría de elogios

Empresas de distintos rubros reciben a estudiantes del último año de las escuelas técnicas de nuestra ciudad.
Fotos: Facundo Morales y Sebastián Cortés-La Nueva.

Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   En la Capital Federal unas 30 escuelas estuvieron tomadas por alumnos casi un mes. Rechazan la reforma educativa que el Gobierno anunció para 2018, la cual entre otros cambios prevé que los alumnos del último año de la escuela secundaria realicen pasantías laborales tanto en empresas como en entidades públicas.

   Si bien, tal como los mismos alumnos admitieron, no se conoce en detalle cómo funcionarían dichas pasantías, los principales protestas hablaban de mano de obra gratuita para las empresas, menos horas para estudiar las materias de la escuela y alumnos trabajando en fábricas y empresas en condiciones precarias.

   Si bien las correctamente denominadas “prácticas profesionalizantes” ya estaban previstas por una ley nacional sancionada durante el gobierno kirchnerista, la implementación se realizaría recién ahora, primero en entidades de la Capital Federal y posiblemente luego en la provincia de Buenos Aires, aunque no necesariamente de la misma manera.

   Para entender cómo funcionan, de qué se tratan y qué oportunidades o desventajas implican para los propios alumnos, qué mejor que hablar de la realidad de Bahía Blanca, donde las escuelas técnicas ya las realizan hace tres años, tanto con empresas grandes o medianas, como con instituciones públicas como la Municipalidad, la OMIC o el Consejo Escolar.

"Todos los chicos quieren ir"

   En Bahía Blanca hay 5 escuelas técnicas: 4 estatales (Ingeniero White y las de calles Azara, Líbano y Florida) más una privada, el Instituto Técnico La Piedad. Las prácticas profesionalizantes se realizan no solo aquí, sino en cada una de las 252 escuelas técnicas de la provincia.

   “Se llevan adelante dentro de un marco legal muy estricto, prolijo y cuidado, en el cual intervienen la escuela, las empresas, el Ministerio de Trabajo, Provincia Seguros, entre otros. Sin todos estos pasos, los chicos no empiezan las prácticas, que tienen un mínimo de 200 horas anuales pero suelen ser muchas más porque ellos quieren y porque de esa forma pueden hacer experiencia en más empresas”, explicó el director de la Escuela Técnica N°1 de White, Guillermo Pierolivo.

   El docente contó que los 55 alumnos del 7° año están actualmente realizando prácticas en firmas como Dow Argentina, Profertil, Husal SRL Construcciones, Pampa Energía, el Hospital Penna y el Consejo Escolar.

   Agregó que hay distintos tipos de pasantías, ya que si bien algunas se pueden hacer fuera de la escuela, otras ocurren dentro de los talleres del establecimiento para ayudar a la comunidad o un sector social, como podría ser un jardín de infantes.

   “Los chicos están un máximo de 6 horas diarias haciendo las prácticas y en 2 meses suelen cumplir con las 200 horas mínimas requeridas por la materia. Pero cada vez estamos firmando más actas-acuerdo con distintas empresas e instituciones, por lo que los chicos aprovechan todo el año lectivo para hacer más experiencia. Para lograr esto van rotando los equipos de alumnos, siempre procurando que se desenvuelva cada uno en lo suyo: por ejemplo los técnicos químicos están en el laboratorio de Dow o del Penna, el electromecánico está en la planta y el electrónico en la parte instrumental”, detalló Pierolivo.

   Los alumnos, en su mayoría de 18 o 19 años porque las escuelas técnicas tienen hasta 7° año, no tienen responsabilidades serias dentro de la empresa a la que asisten, tienen un tutor, están asegurados en caso de cualquier accidente y a sus tareas las supervisan los empleados a cargo.

   Además, los profesores de la escuela recorren los distintos organismos o empresas para asegurarse de que se cumpla lo pactado.

   Sobre el significado de estas pasantías para los jóvenes, Pierolivo sostuvo que “todos los chicos quieren ir, no hay uno solo que diga que no, menos todavía cuando les hablás de empresas importantes. Y es obligación mía como director brindarles oportunidades a todos, porque esto a quien más les sirve es a los chicos. En mi época de alumno había pasantías, pero solo iban los de mejor desempeño académico”.

   Agregó: “El 90% de los padres de alumnos de primer año de una técnica quieren que sus hijos tengan un arma de defensa para incorporarse al mercado laboral. Nosotros comenzamos en 2015 con estas prácticas y de los 98 egresados hasta el momento, 28 tienen un empleo real, adquirido a través de las empresas en las que realizaron las prácticas, mientras que los otros 70 continuaron sus estudios en la universidad. Incluso algo bueno que hacen las empresas es acomodarle los horarios a aquel que quiera seguir estudiando para que pueda hacer las dos cosas, ya que a las empresas también les sirve que el chico se capacite”.

   Consultado por la posibilidad de implementar las prácticas profesionalizantes en otras modalidades de educación secundaria, como pueden ser las contables, naturales, artísticas o humanísticas, señaló:

   “Yo digo que sí, es muy positivo para otras modalidades, porque llevo 25 años de antigüedad en la educación técnica y lo que siempre se buscó fue cortar la brecha que había entre el alumno que egresaba y la realidad laboral. Nos pasa en todas las carreras y en distintos niveles educativos, ya sea secundario, terciario o universitario. Y hay que agregar dos cosas: por un lado que si bien hace muchos años estas pasantías podían convertirse en un trabajo maquillado, ahora se las analizó durante 5 años y se las encuadró legalmente de la mejor manera posible; y, por otro, que si bien realizarlas es obligatorio para el alumno del último año, nada ni nadie lo obliga a seguir trabajando después, ya que si lo desea puede seguir estudiando una carrera universitaria”.

“Muchos quedaron trabajando”

   La Técnica 3, que durante décadas funcionó en Charlone y Castelli, hace ya dos años se ubica en Líbano 670. Las prácticas profesionalizantes comenzaron en 2013 y, año tras año, la totalidad del alumnado del 7° año las realiza.

   “La experiencia de esta escuuela es excelente, desde el primer año tuvimos a todos los chicos de ambas modalidades –-Administración de las Organizaciones y Electromecánica-- en prácticas externas, con inserción en el mercado laboral, tanto en empresas como en organismos estatales, como la UTN, la OMIC y la Municipalidad”, comentó la directora Silvia Betancur.

   “Las devoluciones que hemos recibido por parte de las empresas fueron en todos los casos muy buenas, sobre su responsabilidad, participación, inserción en el marco laboral y aporte de ideas. De hecho, muchos de los chicos de nuestra escuela quedaron trabajando en las empresas donde hicieron pasantía”, agregó.

   Según Betancur, el hecho de que las empresas les abran la puerta a los alumnos, cuando en cualquier otro caso es al revés, es un lujo para chicos de 18 y 19 años. Aseguró que entienden que es un chico que todavía está en su etapa escolar y lo ayudan, lo complementan.

   Acerca de la posibilidad de que estas prácticas se expandan más allá de las  escuelas técnicas, sostuvo que “en algunas escuelas puede resultar un poco más difícil que en otras, dependiendo de cada ciudad y su entorno laboral, que tal vez no tenga amplitud para todos, pero aun si no continúan trabajando en la empresa de la pasantía, la experiencia por sí sola es espectacular. Además, se llevan un diploma avalado por la empresa en el que constan las horas de práctica realizadas, que les aporta mucho para el currículum”.

   Luego recordó que en el primer año de la experiencia “los chicos tenían ciertas dudas, pero a la semana ya se les disiparon y perdieron cualquier tipo de miedo. Bastó el primer año para que cada camada escuchara las cosas positivas de los años superiores y querer realizar masivamente las prácticas”.

En tres secundarias habrá prueba piloto

   La inspectora jefa distrital de Educación, Inés Petris, anticipó que esta semana se capacitará a directivos de la ciudad y, en breve y hasta mayo, se realizará una prueba piloto de reforma educativa en tres escuelas secundarias de nuestra ciudad: la 8, la 19 y la 27.

   “A diferencia de la Capital Federal, donde se habla de que están imponiendo una reforma, en la provincia es mejor el sistema porque nos consultan a padres, alumnos, docentes, directivos, y nos permiten entender de qué se trata y proponer ajustes. Bahía será el único distrito de la provincia con tres escuelas incluidas, ya que los demás tendrán solo dos. Los directivos se estarán capacitando esta semana y a la vuelta ya pondrán en marcha la experiencia en las escuelas, a priori hasta mayo, donde habría que hacer los ajustes para tener el proyecto definitivo de reforma”, explicó Petris.

   Respecto de las prácticas profesionalizantes, opinó que “están buenísimas” y que “la realidad dista mucho de la idea de que los alumnos son mano de obra gratuita para las empresas”.

   “Es la práctica de lo que aprenden, de lo que tienen que saber hacer según el título con el que egresan. El marco es muy riguroso, se requieren convenios, proyectar las actividades que realizarán los alumnos y además los profesores de prácticas los acompañan. En Bahía Blanca se trabaja con muchas empresas y organismos, hay tantos alumnos de rubros como electromecánica, informática, automotor, maestro mayor de obras, química, administración, etcétera, que una sola empresa no podría absorberlos a todos”, agregó.

   Sobre la labor que realizan los alumnos de escuelas técnicas hace tres años en la ciudad, Petris aclaró que los mismos “no tienen responsabilidad, los responsables son el profesor, el coordinador y el dueño de la empresa que permite el ingreso de los alumnos. Se trabaja en talleres, plantas, laboratorios, obviamente está todo cubierto por el seguro escolar”.

“Hice la pasantía y ahora soy un empleado de planta permanente”

   IIan Salamanca tiene 21 años, es técnico informático egresado del Instituto Técnico la Piedad, realizó una práctica profesionalizante en 2015 en este diario y actualmente continúa trabajando para “La Nueva.”

   “Cuando surgió la posibilidad estaba muy contento, vinimos cuatro alumnos de La Piedad al diario, pasamos la etapa de entrevistas y terminé quedando. La práctica duró unos 5 meses y la responsabilidad que tenía era mínima, más que nada tenía que venir, cumplir horario y hacer las tareas que me asignaban mi jefe o mis compañeros. Cualquier cosa que no supiera hacer, me la explicaban, porque de la secundaria no salís sabiendo todo”, contó Ian.

   “Cuando terminó la pasantía, terminé el colegio y empezaron mis vacaciones, pero al poco tiempo me llamaron y me dijeron que me necesitaban para trabajar en el área de técnica y sistemas. Acepté, me efectivizaron y soy empleado fijo, haciendo las mismas funciones que los demás, aunque todavía en un grado junior. Paralelamente sigo estudiando Ciencias de la Computación en una universidad a distancia”, agregó.

   “Para mí, la posibilidad de hacer una pasantía es excelente. Por un lado, en la escuela nadie te presiona ni te ilusiona con que quedes trabajando en la empresa a la que vas. Y por otro, aun si no hubiera quedado como empleado fijo, me habría encantado hacerla, porque si el día de mañana querés buscar trabajo, ya tenés experiencia laboral para tu currículum”, concluyó.

?“Nos oponemos a que los chicos sean mano de obra gratuita”

   “Lo primero que hay que aclarar es que, a diferencia de la Capital Federal, en la provincia de Buenos Aires todavía no hay reforma, solo anda circulando un power point que habla de prácticas profesionalizantes pero no explicita las formas. A lo que nosotros nos oponemos es que los chicos sean mano de obra barata o gratuita para empresas”, dijo la titular del Suteba local, Ana Canullo.

   “Nos parece totalmente distinto que un chico haga una práctica especializada en una escuela técnica, tutelada por la escuela y que al chico le sirva como una capacitación a futuro, a que le solucionemos a las empresas el problema de contratación”, agregó.

   La docente destacó los contenidos teóricos que se enseñaron tradicionalmente y desea que los mismos no sean reemplazados por el aprendizaje de habilidades. “Los chicos tienen que recibir contenidos, no necesariamente para el mundo del trabajo, sino también para ampliar su cultura y continuar sus estudios. Tienen que seguir aprendiendo historia, geografía, matemática, literatura y todo lo que la escuela pueda brindar, y que no se sigan quitando estos contenidos para ganar en habilidades, porque después las dificultades para conseguir trabajo son cada vez mayores, aun para los de escuelas técnicas, que supuestamente ya salen preparados para el mundo laboral”, indicó Canullo.

   Sobre las prácticas que ya se realizan en Bahía Blanca, dijo que “no me parece bien que una empresa le dé directivas a una escuela sobre qué necesita, cuando sabemos que después las empresas del Polo representan menos del 1% del empleo en la ciudad y que la mayoría de los puestos de trabajo se dan a través de empresas contratistas y de manera precarizada”.

   Consultada por la posibilidad de que los alumnos realizaran prácticas fuera del horario escolar, sin afectar el dictado de las materias tradicionales –-uno de los principales reproches--, la docente respondió: “No sé de qué manera podrían realizarse las prácticas, nos negamos a que se transformen en mano de obra barata para las empresas”.