Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Hogares de Belén: un puente que conduce a un mejor destino

El grupo está formado por familias que, ante la situación de desamparo de un menor, le brindan contención y asistencia. Recientemente abrigaron a la bebé abandonada en Punta Alta.
Fotos: Facundo Morales-LN. y Google

   El hallazgo de Amparo, la bebé abandonada en un baldío de Punta Alta, volvió a poner en escena al voluntariado de Hogares de Belén, un servicio del Movimiento Familiar Cristiano que suma más de veinte años de solidaria labor en nuestra ciudad y la zona, y que en ese tiempo abrigó a más de 150 pequeños en situación de riesgo.

   “Cuando una situación amerita un abrigo, las autoridades nos consultan si tenemos a disposición a una familia para recibir al bebé. Nosotros recibimos a pequeños de hasta tres años, pero normalmente el mayor porcentaje de niños no supera el año y medio, y la mayoría de las veces son bebés”, afirma Paula Calvo, coordinadora del grupo.

   La mujer define a Hogares de Belén como “un puente entre la situación que vive el niño y su destino”.

   “Somos un dispositivo más cuando hay una situación de vulneración de derechos, llamémosle abandono, episodios de violencia o de cualquier tipo de riesgo para el niño, y en el que intervienen las autoridades. Se cuenta con otros dispositivos, pero cuando se trata de bebés acuden a nosotros”, asegura.

   Actualmente hay once niños abrigados por otras tantas familias y sólo un matrimonio más a disposición.

   “Es un momento de profunda emoción cuando hay alguna familia con la posibilidad de decir que sí. Es maravilloso tener a personas que se quieran comprometer teniendo en su casa a un bebé, y darle todo su amor y contención; cuidarlo como un hijo más”, dice Paula.

   “Recibir un bebé nos llena el alma, porque sabemos que detrás de él hay una situación complicada. Nos pone contentos poder darle una mano, comprometiéndonos con su problemática. Todas las familias, no sólo la que recibe al bebé, nos ponemos a disposición de esa criatura”, asegura.

   Explica que “sabemos que mientras dura el abrigo es sumamente importante para el niño crecer dentro de esa contención, porque en el período hasta los tres años su cerebro se desarrolla más que en cualquier otro momento de la vida. Para nosotros es fundamental que estén en una familia, porque creemos que los fortalece crecer en el amor y en el cuidado; y esa es nuestra función”.

   Quienes observan desde afuera suelen temer al sufrimiento que supone el final del abrigo.

   “Verlos partir nos pone contentos en el punto que hicimos algo concreto por ellos. No pensamos en nosotros, sino que nos pone felices que Hogares de Belén exista para eso”, comenta.

Brindarse al prójimo

   Paula cuenta que “conocimos al servicio a través de un matrimonio que estaba abrigando a una beba, y como familia nos pareció la mejor manera de brindarnos hacia el prójimo; hacia la persona más indefensa, que es un bebé. Nosotros tenemos dos hijos maravillosos y nos gustan mucho los chicos; y, como podíamos, queríamos agradecer a la vida todo lo que nosotros teníamos. Lo vivimos como un proyecto de familia, que eso es Hogares de Belén, donde todos se comprometen a amar a alguien, en estos casos a una personita que lo necesita”.

   La actual coordinadora califica como “una maravilla” la experiencia de abrigar.

   “Lo recibís en tu casa sabiendo que es por un tiempo determinado, pero nosotros lo volvimos a intentar. En la primera experiencia el bebé llegó con cinco meses y se fue al año y medio; en la segunda, la beba arribó con dos días de vida y se fue con seis meses. En ambos casos quedaron con papás adoptivos. Y en la tercera, cuidamos a un varoncito durante quince días, y luego volvió con su mamá. La idea es comprometernos con la niñez y ayudarlos”.

   Belén Gullacci también integra el grupo y explica cómo llegó.

   “Mi vínculo nació con una nota televisiva. La observé y me pregunté porqué no animarse. Tenemos que dejar de lado el egoísmo. Mucha gente dice no poder hacerlo porque se moriría cuando deba irse el bebé. Y en realidad uno no se muere por eso. De hecho, tuve una experiencia muy larga, de casi tres años, y no sólo no me morí, sino que seguimos apostando”.

   Si bien la posibilidad de abrigo y la coordinación del grupo van cambiando de intérpretes, la solidaridad esta inalterablemente presente en quienes desarrollan la obra.

   “Luego de ver esa nota empecé a investigar, me reuní con el matrimonio coordinador de ese momento y me encantó. Creí que nunca me iba a tocar, y el día menos pensado nos golpearon la puerta con un gordito que nos llenó la vida. Fue la experiencia más maravillosa que tuve en la vida, obviamente sin considerar lo vivido con mis hijos”, dice.

Compromiso

   El abrigo compromete a todo el grupo familiar, por lo que la posibilidad de realizarlo es consensuada previamente

   “Esto tiene cosas mayoritariamente buenas, aunque si hay algunas amargas les ponemos la otra mejilla y lo volvemos a intentar una y mil veces más. Después de esa experiencia pasé a ser como tía, porque cuando tuvimos al gordito quedé embarazada de mellizos. De todos modos, lo tuvimos un año más y conformamos una gran familia ”, comenta Belén.

   Actualmente, su rol en el grupo es distinto.

   “Ahora sigo como tía, ayudando a las chicas a tenerlos cuando no pueden o trabajan. Hay que decirle a la gente que se anime, porque esto es maravilloso, es lo mejor que se puede hacer en la vida: dar incondicionalmente. Uno podría decir que lo hacemos sin pedir nada a cambio, pero la realidad es que se recibe mucho de esa criatura, al verlo feliz, crecido. Eso no nos cuesta nada a nosotros y es importante para ellos. Es sólo animarnos”.

   Paula reafirma que “para nosotros, la prioridad es el niño. Y en cuanto a las vinculaciones, siempre estamos dispuestos luego que la criatura es adoptada".

   “Los niños vienen con una historia de vida, que no es un libro en blanco que comienza a escribirse cuando van en adopción. Ellos tienen una historia complicada y nosotros estamos para ayudarlos cuando lo necesitan”, agrega, sin pretender inmiscuirse en la decisión del matrimonio adoptante en cuanto a mantener o no algún vínculo con quienes abrigaron al bebé.

   Con mucha satisfacción indica que “a una familia le ha pasado de encontrar en la playa al chico que había cuidado diecisiete años antes y darse un abrazo. Eso es muy fuerte para las vidas de los niños; conocer que alguien estuvo cuando lo necesitó. Quienes adoptan deben entender que ese niño tiene una historia de vida y ellos deben ponerse a disposición de él”.

Conceptos sustentados en el amor

   Indispensable. “Es condición que el matrimonio tenga hijos propios, porque sino sería muy difícil abrigar un niño y después dejarlo partir” (Paula Calvo).

   Dar. “Este es un servicio de amor y entrega, absolutamente ad honorem” (Belén Gullacci)

   Ayuda. “Siempre recibimos leche y pañales, pero también cunas y cochecitos que estén en buen estado, porque los criamos como a nuestros hijos. Estamos muy agradecidos de las donaciones” (Gullacci).

   Colaboración. “Si lo necesita y da lugar, Hogares de Belén también se compromete con la familia a la que le otorgan el bebé para darle una mano” (Gullacci).

   Salud. “Los gastos médicos corren por nuestra parte, pero también hemos usado los hospitales públicos. Hace poquito se sumó a nuestro servicio el pediatra Lucas Lucarelli y siempre estamos invitando a sumarse a especialistas” (Calvo).

   Plazo. “El período del abrigo es de 180 días, pero puede ser extendido de acuerdo con la problemática del niño” (Calvo).

   Contactos. Facebook Hogares de Belén Bahía Blanca. Se puede llamar al (291) 4411293 o escribir a hogaresdebelenbb@gmail.com