Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Vieron a nenes trabajando y llamaron al 911, pero los operadores no fueron

Retuvieron a los chicos durante 50 minutos.
Foto: Archivo La Nueva.

Por Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com

     Sol Azcárate / sazcarate@lanueva.com

   Rocío está trabajando en un local del barrio Pedro Pico y entra un nene de unos 4 años ofreciendo repasadores. Está solo y no es un desconocido: el pequeño va 2 o 3 veces al mes desde hace un año.

   Ella nunca le había comprado para "no incentivar" el trabajo infantil, pero esta vez se acordó de que hay que llamar al 911 para denunciar este tipo de situaciones.

   El reloj marca las 12 y hace el primer llamado. Del otro lado le prometen que van a dar aviso y mandar a un operador de calle. Rocío espera, mientras un compañero entretiene al nene. Pasan 30 minutos y nada.

   —Rocío, llamá de nuevo, ya no sé cómo entretenerlo —le dice su compañero.

   La joven vuelve a llamar e insiste.

   —Te vuelvo a pasar el reclamo —le responden.

   Rocío y su compañero no paran de hacerle preguntas al nene. Ya no está solo: su hermano de unos 11 años entró para ver por qué el chiquito no salía.

   —¿Van a la escuela?

   —No vamos a la escuela, vendemos repasadores.

***

   Ana, otra empleada del local que siempre les compra "por miedo a que los maltraten", decide ir al supermercado y traerles una leche y galletitas para que tengan algo en el estómago. Y de paso, retenerlos un rato más.

    Ya pasaron 40 minutos y el operador no aparece. Una nena de unos 14 años entra para buscar a sus hermanitos porque "ya es hora de volver a casa".

   Pero a Rocío se le ocurre contarles una historia para que no se vayan. Les dice que hace poco se le metió un murciélago al departamento y los nenes la miran fascinados.

   —Te das cuenta de que tienen que actuar como grandes, pero no dejan de ser unos niños: la historia es más fuerte que ellos y se quedan charlando —cuenta Rocío.

   Pero el entusiasmo dura poco. A los 10 minutos la mayor de los hermanos recuerda que es hora de irse. Quiere quedarse, pero las obligaciones pesan más.

   El reloj marca las 12:50 y los nenes se despiden. Rocío les pregunta para dónde van por si aparece el operador.

   Pero el operador nunca aparece.

***

   Rocío y sus compañeros de trabajo son solo algunos de los que llamaron al 911 en los últimos 15 días. LU2 registró varios reclamos de vecinos que tampoco obtuvieron respuestas.

   Hace menos de dos semanas La Nueva. publicó un informe sobre trabajo infantil y el Municipio pidió que la gente no les compre ni les dé plata a menores.

   —Hay que llamar al 911 y ni hablar si uno puede observar si está el adulto, porque en realidad hay que denunciar al adulto —dijo días atrás la subsecretaria de Promoción y Protección de Derechos, Soledad Monardez.

   En el caso de Rocío y sus compañeros de trabajo, el operador no fue. Pasó una semana y aún se preguntan si la falla fue del 911 que no pasó el reclamo o de los operadores que no se presentaron.

   El director de Hogares, Prevención y Protección, Germán Roth, explicó que hay un solo vehículo disponible para trasladar a los operadores, por lo que generalmente se manejan caminando.

   Pero la movilidad en este caso no fue una dificultad: el local en el que trabaja Rocío está a menos de dos cuadras de Sueño de Barrilete, el centro de día del que parten los operadores y en el que se contiene a más de 30 chicos.

   Actualmente hay 5 operadores en función y el Municipio aguarda la llegada del sexto, para completar lo que consideran el número "ideal". 

Gráfico: Gustavo Asnes-La Nueva.

   Entre julio de 2015 y noviembre de 2016 hubo 194 intervenciones de operadores de calle por chicos en situación de trabajo infantil, de acuerdo al registro municipal.

*Rocío y Ana son nombres ficticios, pero el relato es verdadero. Las identidades se reservan para preservar a las denunciantes.

La gente opina

   Más de 2.000 personas participaron de la encuesta de La Nueva. sobre trabajo infantil y la mayoría (40,1 %) respondió que si ve un chico vendiendo o pidiendo en la calle, no le da plata ni le compra.

   Pero casi el 27 % optó por la opción contraria y sí está dispuesto a comprarles o darles dinero. En tanto, el 25,3 % indicó que les ofrece comida.

   Llamar al 911 no fue muy elegida: menos del 5 % se inclinó por esta opción. Finalmente, el 2,8 % respondió que no le importa.

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