Más bahienses apuestan a la salud a través de una actividad física

Redacción de La Nueva.

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Rodolfo Angeletti

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El desarrollo de una actividad física o práctica supervisada estaban reservados, hace un tiempo, a los más jóvenes o a los profesionales, pero pocas veces se identificaban como la mejor alternativa para evitar o prevenir desde lesiones leves como una contractura hasta otras más delicadas como una hernia de disco, un desgarro, o simplemente modificar un estado de ánimo.

El advenimiento de la tecnología digital y las doce horas diarias de trabajo sedentario seguramente aceleraron la necesidad de la sana costumbre de la práctica de actividades físicas, sin reparar en edades, ni horarios.

De la mano de la búsqueda de un mayor bienestar y del aumento promedio de la edad de vida, la ciencia médica comenzó a recomendar desde más temprano poner especial atención en estas actividades. Su déficit es uno de los factores que la mayoría de los argentinos reconoce como perjudicial para su salud y bienestar. Sin embargo, según las encuestas más serias, un 32% de las personas consultadas no realiza nunca ejercicio, y el 53% practica actividad física apenas una vez al mes, muy lejos de la recomendación mínima de hacerlo tres veces por semana, durante una hora, o 30 minutos diarios.

El mercado en general, y en particular la plaza local fueron cada vez más receptivos frente a una demanda de servicios que hoy empuja a sus protagonistas a seguir invirtiendo. La ocupación de mayores espacios por parte de gimnasios y locales de fitness de larga trayectoria y la apertura de nuevos proyectos corroboran las favorables expectativas de sus actores.

La respuesta del comercio tampoco se hizo esperar. Llegó de la mano de la apertura de locales especializados en venta de equipos y accesorios para la práctica de actividades físicas. Jaime D'Amico, responsable de K.O Sport, sostiene que “hoy la gente acude a su local convencida de la necesidad de cuidar su salud, y no sólo por recomendación médica”. Manifiesta que sus clientes superan una media de 30 años de edad, son en su mayoría mujeres, y muchas vienen motivadas por la posibilidad de hacer un mix entre dieta y ejercicio físico.

“Para una mujer, bicicleta, cinta, elíptico, suele ser lo más recomendado tratándose de máquinas -señala-, porque trabajan todo lo que es aeróbico y además fortalecen la musculatura”.

En esa franja los precios comienzan en $ 2.700, para una bicicleta fija hogareña, a cinta, y escalan hasta 8.000 pesos para una semiprofesional, que luce mucho más reforzada, con rodamiento magnético y mayor comodidad de movimientos. En la franja de movimientos combinados -elípticos- los precios pueden variar desde $4.000 en adelante.

“El hombre viene más atraído por la compra de algún tipo de pesas,bancos, mancuernas, cinta, pero no puedo distinguir o diferenciar por rango de edades. Generalmente comienzan por un bici y siguen por un elíptico y un banco”, comenta Jaime.

No sólo músculos

En Bahía Wellness, Mauricio Alvarez, uno de sus responsables, no oculta su capacidad para interactuar con los “socios” del gimnasio, que lo saludan a cada paso. Asegura que familiarizarse con quienes comparten varias horas por semana, es un poco el secreto de su afianzamiento comercial.

Hace casi 9 años que el local ofrece prácticas de musculación, funcional, spinning, body combat y body pump, entre otras, y el balance de sus dueños es “muy positivo”.

“Siempre tuvimos muy claro que había que apostar por un buen asesoramiento con foco en el cuidado de la salud. Creemos que, entre los más jóvenes, el tiempo de crear masa muscular como único objetivo quedó un poco de lado”, manifestó Mauricio.

Bahía Wellness tiene un público muy variado, tanto en edades como en sexo, según sus responsables, que a pesar de sus preferencias admiten no poder evitar totalmente las “necesidades” que instala la publicidad y el marketing. Hoy suenan con fuerza en ese segmento, por ejemplo, cangu jump, crossfit, y un poco más lejos funcional, una actividad de iniciación al crossfit, donde se trabaja más la cuestión metabólica, y se establecen circuitos y estaciones. Los asistentes del local, profesores de educación física o instructores, son ocho y se reparten en tres turnos para atender a unas 500 personas cada mes. Los turnos s extienden lo que demanda cada rutina aunque, por lo general, no superan los 90 minutos, y tanto los días como los horarios los manejan los socios.

Muchas de las actividades que se incorporan al mercado provienen de alguna franquicia comercial. Son instaladas publicitariamente, primero en el exterior y luego en la Capital, por firmas especializadas, y eso facilita su penetración. Se ofrecen a través del pago de una membresía mensual, directamente relacionada con la cantidad de profesores que imparten la disciplina. Zumba , la disciplina aeróbica con mayor cantidad de público femenino cuya creación se atribuye al colombiano Beto Pérez, cuesta unos 500 pesos mensuales por instructor.

La franquicia, que usó la figura de Jesica Cirio para popularizar la práctica en la Argentina, es dirigida por una empresa de los Estados Unidos, que cobra la membresía mediante tarjeta de crédito. La franquicia aporta la capacitación de los instructores, el material musical, y habilita la explotación de la marca comercial.

Explosión de zumba

Desde Club Ser, Analía Colantonio, su esposo Yohan y Ana Scancarello desbordan de alegría por la evolución que vienen mostrando las actividades. Llevan trece años en la brecha, que no son pocos, y están convencidas de que la incorporación de zumba ha sido un verdadero acierto en todo sentido.

“Lo que logra zumba no lo había presenciado nunca antes. Es una práctica que permite liberar endorfinas, divierte, relaja y crea un ambiente muy positivo. Está acercando a los gimnasios a gente que nunca se lo había planteado antes”, afirma Analía. De eso podemos dar fe, después de presenciar por unos instantes una clase de Yohan.

Los profes gritan y la gente se acopla. Eso es parte de la rutina y es notable la energía que se libera y las tensiones que se descargan, pero "no toda la gente se entrega fácilmente al baile, por eso es decisivo que el conductor le imprima ritmo”, explica Yohan.

Allí, al igual que en otros gimnasios, también se practica funcional, una introducción al crossfit. Su característica es que permite quemar calorías al mismo tiempo que tonifica el cuerpo. Se puede trabajar en circuitos o en forma grupal. Se emplea la fuerza, resistencia, equilibrio, elasticidad, coordinación y compromete todos los grupos musculares, aseguran los profesionales.

“La gente no se acerca a un gimnasio, primero, porque no está conforme con su cuerpo, pero cuando comprueba que la actividad está a su alcance encuentra placer. Toda revolución hormonal modifica para bien el humor de las personas”, dice Ana.

Analía, por su parte, confirmó la tendencia positiva que viene experimentando la práctica de actividades físicas no competitivas, con fuerte participación en su local de la mujer y una franja de edades muy heterogéneas, que arranca en los 25 años.

Admite que existen disciplinas que se instalan publicitariamente con éxito y que luego de un período decaen, pero sostiene que en todos los casos, se mantienen aquellos que profesionalizan su trabajo.

Marcos Paties, es instructor en el natatorio H2O, que además explota la pileta de natación del Batallón 181. Profesor de educación física, y exatleta federado del Natatorio de Olimpo, además de guardavidas en la playa de Monte Hermoso, sostiene que la actividad está en franco crecimiento. Maneja grupos por lo general mixtos, de 10 a 12 personas, donde se reparten quienes se inician en la práctica de la natación, hasta los que acuden con el objetivo de mejorar su estado físico y de paso corregir viejos defectos.