Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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#SaludMental: tiene 8 años, sufre al menos un brote psicótico por día y le cuesta atenderse

Su mamá dice que cuando se altera rompe todo y en las guardias no lo reciben.
Foto: abc.es

Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com
Matías Mugione / mmugione@lanueva.com
Maximiliano Buss / mbuss@lanueva.com

   A Mateo le agarran brotes. Brotes psicóticos. Grita, llora, patalea y tira todo lo que tiene a su alcance. Mateo se lastima y sangra. Mateo lastima. Mateo tiene 8 años y su mamá Mariana no sabe qué hacer para controlarlo. En un principio aparta a sus tres hermanitos para protegerlos y ahí empieza una odisea. 

   Mariana intenta contenerlo, pero no puede y decide llevarlo al Hospital Penna. En la guardia le dicen que tienen psiquiatra, pero solo para mayores de 18. Y Mateo tiene 10 años menos, aunque su fuerza en momentos de crisis lo haga parecer más grande.

   Vuelve a la camioneta y se dirige al Municipal, donde le dicen que no pueden atenderlo sin turno. Mariana pide que la psiquiatra lo vea, porque el nene es su paciente.

   Tras la insistencia de la mamá, la doctora sale del consultorio. No la hace pasar: la atiende en el pasillo y solo le indica que le dé un cuarto más de la pastilla que ya le había recetado.

   Más adelante, Mariana se daría cuenta de que la pastilla tiene solo una ranura, para partirla en dos partes, por lo que un cuarto solo “hace el efecto de una Aspirineta”.

***

   La vida de Mariana es impredecible: Mateo tiene al menos un brote psicótico por día y ella tiene que adaptarse a sus tiempos.

   El que no se adapta es el sistema de Salud Mental: una mañana en la que tenían un turno con la psiquiatra, el nene empieza con un brote a las 8 y se tranquiliza recién dos horas después. Cuando Mariana llama al Municipal, le dicen que la hora ya pasó y que debe esperar un mes para otro turno.

   Un mes, como si la enfermedad mental en un momento agudo pudiera esperar...

***

   Un estudio epidemiológico publicado por la Universidad Nacional de La Plata dice que una de cada cuatro personas sufre o sufrirá algún tipo de padecimiento mental en algún momento de su vida.

   El porcentaje es alto y a Mateo le toca estar del lado de esos tantos millones de personas con padecimiento mental. Le toca, porque esas cosas no se eligen y, como dice Federico Hidalgo (coordinador de un taller del Hospital de Día del Penna), es muy delgada la línea que separa lo que es "locura" de lo que no.

   La atención no es fácil para nadie y para los chicos aún menos: Mateo tiene obra social, pero OSECAC no cubre psiquiatría infantil. Por eso su mamá está tramitando el certificado de discapacidad, para que pueda atenderse de manera gratuita en cualquier clínica privada del país.

   Mientras tanto, a raíz de la falta de respuestas en el ámbito público, se está atendiendo de manera particular con Julieta Mena, una psiquiatra que también trabaja en la Clínica Privada Bahiense.

   Su mamá explica que los brotes del nene son como “berrinches, caprichos, que van de 0 a 100 en dos minutos” y que en el último tiempo se agravaron.

  Antes solo tenía trastornos de conducta, que empezaron por la convulsiones que tuvo a los 6 años cuando le agarraron ataques de epilepsia.

   Aunque Mariana asegura que puede pagar 700 pesos por una consulta particular, se pone en los zapatos de otros padres bahienses y se pregunta cómo se las arreglan.

* Mateo y Mariana son nombres ficticios, pero la historia es verdadera.

Qué ofrece Bahía

   A nivel público, en el Municipal hay una psicóloga y una psiquiatra infanto-juvenil que atienden con turno.

   Alejandra Mele, la psicóloga, cuenta que están solas en el área y tratan por consultorio externo, aunque muchos ingresan por guardia.

   En el Penna, también hay psiquiatras en Pediatría, pero la guardia psiquiátrica es solo para adultos.

   Sin embargo, el psiquiatra infanto-juvenil Eduardo Seminara explica que cuando llega un chico o adolescente por una urgencia igual lo reciben y al día siguiente definen su situación.

   "No tenés un lugar para derivar, es un problema grave. En algún caso derivamos a Tres Arroyos. Los que tienen obra social pueden ir a la Clínica Bahiense", cuenta.

   Y agrega: "Lamentablemente no tenemos psicólogos o psicopedagogos para tratar a chicos o adolescentes. Otra cosa que no tenemos es atención para autismo o trastornos de desarrollo".

   A nivel privado, los hospitales tampoco tienen guardia psiquiátrica. En el caso del Italiano, por ejemplo, sí hay atención, pero solo ambulatoria.

   Internación de chicos con trastornos psiquiátricos hay en la Clínica Privada Bahiense y en la clínica de Punta Alta.

   Fuera de lo que es hospitales, funciona el Centro Integral de Atención al Niño (CIAN), donde se atienden 180 chicos, aunque tampoco hay internación.

   La psicopedagoga Carolina Donato cuenta que reciben niños con diferentes patologías, como trastornos de aprendizaje, discapacidad intelectual o retraso madurativo.

   Llegan chicos con obra social, de manera particular o becados —se les da media beca o una entera de acuerdo a la situación—.

Foto: Facebook CIAN Centro Integral de Atención al Niño

   Por su parte, Julieta Mena, psiquiatra de la Clínica Privada Bahiense, explica que los menores son internados en casos excepcionales y cuenta que ha visto distintas enfermedades mentales: trastornos anímicos, discapacidad intelectual con trastornos conductuales, autismo, trastorno generalizado del desarrollo y hasta inicio de esquizofrenia, aunque es menos frecuente.

   —En teoría, el hospital general tendría que recibir al chico y evaluarlo. Si hay psiquiatra en el momento, por ahí lo pueden atender y evaluar; depende de la edad y el cuadro. Y después puede ser que se indique internación o no y se lo derive o no. 

   Julieta también cuenta que hay muchas instituciones que trabajan con niños: centros de día, centro de diagnóstico y tratamiento, centros de estimulación temprana, salas médicas con psicología. Pero todos manejan tratamientos ambulatorios: el problema son las internaciones a nivel público y las emergencias.

Qué dice la OMS

   La Organización Mundial de la Salud elaboró un Manual de Recursos sobre la Salud Mental en el que, entre otras cosas, habla de los niños y dice lo siguiente:

   -En muchos países no existen servicios de salud mental especializados para niños y niñas, y la legislación puede jugar un papel importante en la promoción del establecimiento de estos servicios y el acceso a ellos.

   -La legislación debe desalentar el ingreso involuntario de niños y niñas en instituciones de salud mental.

   -Si los niños o niñas son colocados en instituciones, el área en la que se los aloje debe estar separada de la de los adultos. El entorno en el que vivan debe ser apropiado a su edad.

   -Los niños y niñas deben tener acceso a un representante personal que represente adecuadamente sus intereses, en especial cuando sean admitidos en instituciones de salud mental y durante el transcurso de su internación. En la mayoría de los casos, será un miembro de su familia.

   -La legislación también debe atender la cuestión del consentimiento de los niños y niñas para el tratamiento. Un importante número de menores de edad tienen la madurez y la comprensión suficiente para prestar o negar su consentimiento.

   -La legislación debe prohibir las intervenciones irreversibles como forma de tratamiento sobre los niños, en especial la psicocirugía y la esterilización.

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* Cuáles son los trastornos más atendidos en Bahía, según 4 profesionales.

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